El nombre de esta comuna se debe a la propiedad del militar Medardo Reyes, el primer vecino de este lugar, que tenía por nombre Los Álamos. La población comunal es de 18.632 habitantes; de los cuales 16.394 son urbanos y 2.238 son rurales, según cifras del censo de población de 2002. La superficie del municipio asciende a 599,1 km2.
Las crónicas de la conquista ubican en la comuna la batalla de Antihuala, que se registró el 5 de febrero de 1558 y en la que los españoles entraron violentamente en el campo indígena, tomando como prisionero a Caupolicán, luego de este secuestro, el jefe mapuche fue llevado a Cañete y en esa plaza fue empalado para escarmiento de la población originaria de este territorio.
La actual comuna de Los Álamos fue siempre un territorio perteneciente a la comuna de Lebu, el capitán del ejército chileno Medardo Reyes instaló hacia el año 1885, en el camino real o ruta principal, una posada para atender las necesidades de descanso y comida de los viajeros que transitaban entre Cañete, Curanilahue y Lebu.
El desarrollo paulatino del poblado fue constituyendo la futura cabecera comunal, pero la consolidación definitiva vino con la instalación de la línea férrea, como parte del ramal Los Sauces-Lebu, hecho fundamental para la integración de este territorio al estado chileno, en el marco de la invasión del Wallmapu. Hasta ese momento este territorio era cubierto por campesinos mapuches e hispano-chilenos que se ven impactados por la incursión militar y el desarrollo de una nueva economía de la mano del tren y la minería del carbón.
Hacia fines del siglo XIX una comunidad de vascos provenientes de las comarcas dominadas por el estado francés se asientan en la provincia de Arauco, también en Los Álamos hay vestigios de esta emigración que con el tiempo se trasladaría a otras ciudades del país, aun se pueden encontrar patrimonios como la casa Eyheramendi pero en un pésimo estado de conservación.
La ley de comuna autónoma que se promulgó en 1891 consideró la creación de la comuna de Los Álamos, segregándola de la administración de Lebu, esta última se vio afectada económicamente al dejar de percibir los ingresos de impuestos territoriales y urbanos de la nueva comuna, pese a ello, los alameños defendieron su autonomía.
Un Decreto Supremo del Presidente Pedro Montt le confirió el título de Villa a Los Álamos en 1907, el 22 de diciembre de 1981 ya se le había declarado comuna al territorio de la quinta subdelegación de Lebu, definida en 1876 como tal y que corresponde a la actual superficie comunal. La comuna tuvo un sostenido crecimiento en las primeras décadas del siglo pasado, gracias al auge de la minería del carbón, el comercio y la agricultura.
Se describe a Los Álamos en 1930 como un corto caserío con servicios de correos, telégrafos y registro civil, además de contar con escuelas públicas y otros servicios que, debido a su rol de centro comunicador, se hacían imprescindibles.
El centro minero más significativo de esta comuna fue Pilpilco, del cual han desaparecido los vestigios, arrasados por el desierto verde de pino que ha instalado la industrializada forestación de las últimas décadas, hoy es una comunidad rural de poco más de 200 habitantes. Existieron diversos puntos de extracción carbonífera aledaños a la extensión del ferrocarril, el siglo XX fue fundamentalmente minero para los alameños, quienes cayeron en una profunda crisis económica una vez destruida esta producción en la zona, iniciada en dictadura y terminada por los gobiernos concertacionistas.
La comuna de Los Álamos nunca pudo generar una cabecera municipal de importancia, razón por la cual su población se dispersa en diversas comunidades como Los Ríos, Cerro Alto, Tres Pinos, Antihuala, Sara de Lebu, Pangue, entre muchos otros; es una comuna que refleja en sí misma el carácter de toda la provincia, que tampoco posee un centro urbano que destaque por sobre los otros.
La principal actividad económica de Los Álamos es la forestal que se ha convertido en los últimos años en producción fundamental, representada por pino insigne y eucalipto. El 68% de la superficie comunal está ocupada por esta actividad. La minería del carbón se practica en numerosas faenas medianas y pequeñas de diferentes pirquenes. La actividad agrícola se desarrolla sólo para el autoconsumo.
En el sector de Trongol Bajo se desarrollan las típicas carreras a la chilena que cuentan, además, con cocina tradicional. En la segunda quincena de noviembre tiene lugar el Torneo Provincial de Esquila que se acompaña de ramadas, comida criolla y expresiones culturales. La semana alameña se celebra en febrero y cuenta con un carnaval y actividades artístico – culturales.
Existen en la comuna varias comunidades mapuches, principalmente en el área rural, los tejidos mapuches de Los Álamos son de gran calidad y constituyen una atracción. En la década del noventa la comunidad Pablo Quintriqueo, en Cullinco, asediada por forestales y fuerzas especiales de carabineros resistió la ocupación iniciando un proceso de recuperación de tierras que fue de los primeros hechos que instalaría en la agenda pública las reivindicaciones del pueblo mapuche.
Los ríos Trongol, Pilpilco, Caramávida y Cupaño acogen actividades como la pesca deportiva, camping, picnic y excursión, estos lugares son aptos para el desarrollo del turismo. En parajes como Pangue, existen dunas y ríos para practicar diversos deportes, también la cordillera de Nahuelbuta tiene grandes extensiones para visitar, lamentablemente estas opciones no se encuentran desarrolladas para la comunidad alameña y sus necesidades laborales.
En el último tiempo el movimiento social de la provincia de Arauco ha tenido expresión en la comuna, si bien las agrupaciones de cesantes siempre han estado activas y demandantes frente al estado, en el último año han potenciado sus movilizaciones, acompañadas por las otras comunas de la provincia, igualmente postergadas por el estado chileno.