Escrito por Glen Scherer/Mongabay
Traducido por: Resumen.cl
El reconocido biólogo E.O. Wilson, al evaluar la sexta gran extinción de la Tierra en curso, describió el futuro como el ojo de una cerradura que se encoge por la cual todas las especies deben pasar, mientras la humanidad responde, y esperemos, evite la catástrofe. Un nuevo estudio publicado en la revista Science, muestra que este ojo de la cerradura se podría estrechar drásticamente con cada grado de incremento en la temperatura global debido al cambio climático.
El exhaustivo estudio del ecologista Mark Urban, de la Universidad de Connecticut, sintetiza información de 131 publicaciones que estiman riesgos de extinción para grupos de plantas y animales en el mundo. Urban concluye que "Está previsto que el riesgo de una futura extinción global por el cambio climático, no sólo aumente sino que se acelere a medida que las temperaturas globales se incrementen."
Su estudio halló que los riesgos de extinción global se incrementan de 2.8% en el presente a 5.2% con un calentamiento post-industrial de 2°C, un objetivo de política internacional que la mayoría de los expertos ahora creen que sobrepasaremos. Si la Tierra se calienta 3°C, el riesgo de extinción se eleva a 8.5%. Si continuamos nuestra actual trayectoria de seguir como siempre, de aumento de 4.3°C, entonces una de cada seis especies (16%) se podría extinguir.
La tasa de extinción actual varía de región a región. Norteamérica y Europa tienen los riesgos estimados más bajos (5% y 6%, respectivamente), mientras Sudamérica (23%) y Australia y Nueva Zelanda (14%) tienen los mayores riesgos, dice el estudio. Las significativamente altas extinciones proyectadas se explican por varios factores: estas regiones enfrentan nuevos climas para los cuales no hay comparación histórica, esas zonas "hospedan diversas colecciones de especies endémicas con rangos pequeños" y tienen "pequeñas masas de tierra que limitan los cambios a un nuevo hábitat."
Calcular el costo biológico del fracaso de la humanidad en frenar el cambio climático es extremadamente difícil. Las estimaciones de extinciones globales pasadas divergen muy ampliamente, fluctuando desde cerca de 0% a 54%, dependiendo del criterio usado. Los nuevos estudios pueden ser más robustos que otros a causa de sus meta-análisis de grandes cuerpos de trabajo, y porque evalúan muchas variables, incluyendo como "los riesgos de extinción varían dependiendo del incremento futuro de la temperatura global, grupos taxonómicos, regiones geográficas, endemismo, técnicas de modelado, supuestos de dispersión y umbrales de extinción".
Urban advierte que las regiones pobremente estudiadas pueden enfrentar riesgos mayores, pero falta información. Sólo cuatro estudios pasados, por ejemplo, revisan riesgos de extinción en Asia, mientras más del 60% de los estudios evaluados analizaban Norteamérica y Europa. Esta disparidad señala una necesidad urgente de enfocar los esfuerzos de investigación en las regiones menos estudiadas y más amenazadas.
También señala que podríamos estar subestimando seriamente los futuros riesgos de extinción, dado que la biodiversidad es mayor en los trópicos donde se han realizado muy pocos estudios. El trabajo de Urban tampoco toma en cuenta todas las otras presiones sobre las especies silvestres, que van desde la pérdida y fragmentación del hábitat debido a la agricultura y el desarrollo, la polución, especies invasoras, caza, y más. Añadir a ese calentamiento global mecanismos e impactos que la ciencia esté aún por identificar, o la posibilidad de abruptos shocks climáticos, debidos a mega-sequías o súper-tormentas no vistas antes, o peor, puntos de inflexión donde ecosistemas enteros o biomas colapsen, y el porcentaje de extinción se podría disparar. Modelar tantas variables caóticas y desconocidas podría ser virtualmente imposible.
El estudio también advierte que el número de especies en riesgo de extinción es mucho menor que el número afectado por el cambio climático: "Incluso especies no amenazadas directamente por la extinción podrían experimentar cambios sustanciales en abundancia, distribución e interacción, lo que a su vez podría afectar los ecosistemas y sus servicios a los humanos."
La extinción de especies causada por el cambio climático, aunque todavía poco común, se está incrementando. El mundo, escribe Urban, está alcanzando un umbral donde podemos empezar a ver claramente los efectos sobre la biodiversidad. "Se espera que los riesgos de extinción por el cambio climático no sólo se incrementen, sino que se aceleren por cada grado de aumento en las temperaturas globales," concluye el estudio. "La señal de las extinciones inducidas por el cambio climático se volverá cada vez más evidente si no actuamos ahora para limitar el futuro cambio del clima."