La sangre y la esperanza: A un mes del Ni una menos

Coordinadora contra la violencia de género, Puerto Montt

Nos llenamos de espanto cuando nos enteramos que Lucía, en Argentina murió tras ser violada y empalada. Nos llenamos de rabia cuando supimos que en nuestra ciudad, Puerto Montt, Vanessa y Bernardita habían sido asesinadas por sus parejas. Y nos llenamos de dolor cuando apareció el cuerpecito quemado y descuartizado de Florencia en Aysén. Así, por ellas y por todas, el 19 de octubre se desarrollaron manifestaciones en Chile y Argentina, además de México, Uruguay, Perú, Estados Unidos y España.

Las mujeres ocupamos las calles y plazas unidas bajo el grito ¡Ni una menos! En Chile fuimos 150 mil y en Puerto Montt, cerca de 5 mil. Y estábamos todas: la chica de expansiones y tatuajes, la señora a la que le gustan los románticos, las ejecutivas que usan arito de perla, las secundarias reggetoneras, las militantes, las niñitas que van al colegio de monjas, las de morral y chaleco chilote. Estábamos todas. Estábamos todas y no faltó ninguna. Estábamos todas y más acompañadas que nunca.

Y es que ya estamos hartas de esta violencia que se ejerce contra una persona sobre la base de su género: contra nosotras, las mujeres, contra homosexuales y trans. Estamos hartas de esta violencia que se expresa desde el acoso callejero del día a día, a los celos, las violaciones e incluso, el femicidio. Ocho femicidios han ocurrido en el último mes, llegando a sumar 48 en lo que va de este año, además de los incontables casos de violencia contra las mujeres y la disidencia sexual, como le pasó a Lorenza, una comunera mapuche que fue obligada por gendarmes a parir engrillada, o a uno de los hermanos Zamora, quien perdió la visión en un ojo tras sufrir una agresión homofóbica.

En Puerto Montt la manifestación fue una catarsis y adquirió formas distintas a las de una manifestación convencional: se creó un espacio íntimo, un abrazo colectivo, en que, además de los puños en alto, las consignas, las banderas, los lienzos y los discursos, aparecieron también otras voces, muchas mujeres con ganas de compartir sus testimonios de violencia. Hablaron ellas, las que por mucho tiempo no se atrevieron a hablar y escucharon, otras, las que nunca antes se habían manifestado.

El grito que levantamos el 19 se dio en tres niveles. El primero de ellos, un emplazamiento que nos hicimos a nosotras mismas, reclamando nuestros cuerpos y el derecho a estar vivas: ¡vivas nos queremos! El segundo, es un emplazamiento a tod@s nosotr@s, a la sociedad en su conjunto, a cambiar las formas de relacionarnos, a cuidarnos entre todas, a evitar la violencia, a exigir que no nos acosen, que no nos peguen, ni que nos maten. Es una invitación a un cambio cultural y a revisar nuestras acciones del día a día. Y el tercero, el emplazamiento al Estado y la institucionalidad, demandando un aparto de justicia que proteja a las mujeres víctimas de la violencia machista.

Posterior a la histórica jornada del 19 de octubre, en Puerto Montt se está construyendo un espacio de coordinación y confluencia contra la violencia de género. La sangre y la esperanza, es lo que nos convoca. Y desde allí se desprenden muchas tareas: muchas discusiones que dar entre nosotr@s mism@s (sobre género, sobre feminismo, por ejemplo), además de la necesidad de instalar un discurso que supere el reclamo por el derecho a que no nos maten, con el que logremos visibilizar (y luego transformar) otras expresiones de violencia machista, por un lado, y que además integre cuestiones como los derechos sociales igualitarios (o sea, sistemas previsionales de salud y de pensiones que no castigue a las mujeres), el fin a la desigualdad salarial, la ley de identidad de género y el debate sobre el aborto. El primer paso lo daremos este viernes 25 de noviembre, día en que recordamos el asesinato de las hermanas Mirabal a manos del dictador Trujillo en República Dominicana, haciendo el llamado a reunirnos en la plaza del Camahueto (frente al terminal de buses) a las 18:00 para participar de una movilización por la eliminación de la Violencia contra la Mujer.

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