Fallecio Irene Romero activa militante de los primeros movimientos antidictatoriales en Concepción

ADIOS A IRENE FELICIDAD ROMERO NARANJO. 21 NOVIEMBRE 2008

Hoy viernes 21 de Noviembre a las 14:02 he recibido recién este correo:

«Por medio de este mail, les informo la Partida de una gran amiga y por sobre todos una persona con un corazón enorme…ella es Irene Felicidad Romero Naranjo.» (Su nieta Catalina, desde México.)

Mi amiga Irene. ¿Quién era? En cortas palabras, alguien de Concepción, la suegra de Miguel Enríquez, octogenaria y hermosa amiga. Abuela de la hija de Miguel Enríquez, Javiera Enríquez Pizarro y de mi amiga y sobrina de cariño Catalina Cuevas Pizarro, entre otros nietos más.

Fundadora de la «Agrupación de Madres Javiera Carrera» en los años 80s, que dieron la lucha por el retorno de sus hijos exiliados,

se consideraba a sí misma, «la mirista más vieja de Chile».Una leyenda en vida. No le gustaba le dijeran "abuelita" sino irene o abuela.

Un día, leyéndole unos poemas del libro «Timor», de Manuel Astica que  llevé a su casa, para mi sorpresa continuó ella los versos de memoria. Astica, el cabo Astica, telegrafista, fue el líder de la insurrección de la marinería en los años 30 y fue un amor epistolar, platónico que se prolongó por décadas. Esos poemas, del libro que inaugura la literatura utópica o «Ucronías» en Chile, se los dedicó a ella, que en San Felipe visitaba en la cárcel junto a sus amigas de la alianza de intelectuales, creada a partir de las tertulias literarias y al calor de la solidaridad con la España Republicana. Allí conoció a Pablo Neruda y a muchos otros, siendo amiga también de Gonzalo Rojas entre muchos otros intelectuales hasta ahora.

De paso por Costa Rica, en su exilio, quiso saludar a la actriz Sara Astica, hija de Manuel.

«Yo sé de Usted, por favor pase a mi camerino» le dijo la actriz. Allí saludándose como conocidas de siempre, con mucho cariño, viéndose por primera vez, ambas fuera de la patria y suena el teléfono, avisan que Manuel Astica ha muerto en Chile.

Así llena de magia, dolor y amor fue la vida de esta mujer tan fuerte.

En Concepción, Irene fue amiga de Violeta Parra y la que le dio a conocer el folclore de Hualqui haciendo ambas largas cabalgatas donde las cantoras campesinas; y Violeta en Concepción en 1961 fue su maestra de guitarra, amiga y confidente, siendo Irene Esposa del Gerente zonal del Banco del Estado en esos años.

Sobre su ingreso a la política revolucionaria, ya viuda, Irene nos contaba que a mediados de los 60s

Durante una toma en la U. su hija Javiera, ex reina de belleza de la Universidad de Concepción, acudió en apoyo de ese proceso. Al día siguiente Irene se encontró con un joven que se hacía una paila de huevos en la cocina desayunando:

 «Buenos días señora, espero no molestar»- dijo y ella, tranquila le dice «no se preocupe joven si sé quien es Usted».

De ese modo se inició una amistad que sería eterna, entre Miguel y su futura suegra, incluso después de enviudar Miguel en 1972 de su hija. Ya eran camaradas. Las últimas cartas de Miguel a ella, a quien llamaba con cariño «gordita»,según leí, son para encargarle una vez más a su hija Javiera. Se vieron por última vez en Santiago unos 11 días antes de morir Miguel en combate el 5 de octubre de 1974.

Su casa en Concepción, en la calle Exeter,  fue sede del Comité de Defensa de los Derechos del pueblo CODEPU en los tempranos años 1980, donde nos conocimos.

Sus últimos años los vivió en Santiago con su hija, la eminente doctora en Literatura Ana Pizarro.

Amiga de las juventudes, hasta pocos años dio charlas y tuvo trato con los jóvenes de la Universidad de Concepción, siempre dispuesta a dar su testimonio.

No puedo seguir, Irene amerita una despedida mucho mejor. Seguro la tendrá como o merece por parte de los cidadanos y amigos de nuestra región.

No creo poder ir a San Felipe donde mañana sabado 21 de Noviembr la sepultan. Creo que le haré una despedida desde acá en privado.

Comparto con Uds. estas líneas porque Irene es no sólo mi amiga sino parte de nosotros y parte ya de nuestra memoria colectiva.

Le gustaba cantar y cantábamos juntos en su casa y en Hualqui, la Habanera de Ausencia, de Violeta Parra y en esa canción pienso ahora:

«Como se han ido volando ingratas

raudas las horas de un tiempo cruel

hoy de ti lejos y en otros brazo

y de tí amiga tan cerca ayer».

 

Todo mi cariño ahora a la distancia para mi sobrina de afecto Katty, nieta también, a quien reitero todo el amor que nos tenemos y que me ha avisado de tan triste noticia hace unos minutos.

Irene, beso tu recuerdo con toda la ternura y cariño de siempre nos tuvimos.

Gracias por haber sido tan libre y tan hermosa, amiga, compañera.

¡Hasta la Victoria Final!

Hugo Montesino Arratia.

Concepción viernes 21 noviembre 2008.

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