Haití: El sufrimiento tiene causas.

El 12 enero, Haití comenzó  a ser noticia. Las concecuencias del terremoto que sufre su gente desempolvó  la historia de este país con siglos de injusticias, que se arrumban en el tiempo como los muertos en las fosas comunes. Las condiciones en que vivían los haitianos, antes del terrremoto y en las que viven hoy, nos hacen preguntar ¿Que ha pasado en este país?.

Cristobal Colón, en su primer viaje, llegó a una Isla que llamó La Española. Unos años después, el pueblo originario de esta isla, había sido diezmado por la violencia del conquistador y sus enfermedades. Por ello se hizo necesario hacer llegar esclavos africanos para seguir con la extracción del oro.  

Al pasar los años, Francia se sumó a la colonización de esta isla. En 1697, España le cedió la parte occidental la isla, quedándose con la parte oriental. Este fue el inicio de dos paises; Haití y República Dominicana. Los criollos haitianos, mezcla de indígenas y africanos, y casi nada de blancos, fueron los primeros en independizarse y decretar la abolición de la esclavitud en toda latinoamérica, en 1804.  

Años de lucha contra contra el colonialismo francés le dieron su independencia, no sin que Francia diera el último manazo a la naciente Haití, condenando a su pueblo a pagarles 150 millones de francos oro «para pagar los costos» de su liberación. Según los investigadores, ese era el presupuesto anual de Francia. Sin embargo, esto no fue motivo para que Haití no contribuyera a la independencia de las naciones de Sudamérica, aprovisionando a Simón Bolivar. La ayuda de Haití, fue determinante en la continuación de la lucha independentista.  

Antes de que terminara de pagar esta deuda en 1938, Haití ya era victima de otra invasión. En 1915 desembarcaron los soldados norteamericanos, con la excusa de que Haití corría el riesgo de ser una base militar alemana, en plena primera guerra mundial. Recibieron heroica resistencia. En plena represión, el pueblo y los Cacos, como eran llamados sus guerrilleros, se comunicaban con sonidos de tambores y sus estrategias sorprendieron en multiples ocasiones a los invasores en las selvas y los montes.

En 1919 fue asesinado Charlemagne Péralte, lider de los Cacos. Su cuerpo fue crucificado y exhibido en una plaza pública. Este es el héroe que tienen acuñado las monedas que ordenó hacer el ex presidente Aristide.  

Los Cacos fueron derrotados y el pueblo haitiano sumido en la pobreza y la explotación. En 1934 las tropas yanquis se retiran de Haití, dejando una clase política y un ejercito servil a sus intereses. Por su crueldad es conocida la dinastía Duvalier, que gobernó desde 1957 a 1986.  

El primero de los Duvalier fue François Duvalier, más conocido como Papa Doc. Cuando asumió la presidencia, las mujeres habían ganado el derecho a voto un año antes. Papa Doc volvió a impedirles el voto. Junto a esto, elaboró una constitución a su medida, poniendose en el cargo de forma vitalicia y estableciendo como su sucesor a su hijo; Jean Claude «Baby Doc» Duvalier que asumió cuando murió su padre.

Durante los años de esta dinastía operaron los Tonton Macoutes, grupo paramilitar a los que se les atribuye el asesinato de más de 150 mil opositores. Para Estados Unidos era necesario. Sin esta crueldad, Haití podía tomar los mismos rumbos que Cuba.  

Sin embargo, el pueblo pudo más y una insurrección expulsó a Baby Doc en febrero de 1986. Quien había heredado el cargo de presidente a los 19 años, debía salir arrancando de Haití, asilándose en Francia que le dio calidad de refugiado político. El robo fue a destajo,  la fortuna de los Duvalier se calcula en 900 millones de dólares y sólo en Suiza se sabe de una cuenta a nombre de Baby Doc de unos 5.7 millones de dólares. Esta cuenta está congelada, por la ilegalidad con que fue conseguido el dinero. Baby Doc la reclama para su bolsillo, pero hay solicitudes de que sea gastada en ayuda humanitaria para los haitianos.  

A la salida de Baby Doc, continúan militares al mando del gobierno, hasta que en 1990 el pueblo logra celebrar las primeras elecciones libres de toda su historia, eligiendo a Jean-Bertrand Aristide como presidente. Sacerdote excomulgado de la orden Salesiana por sus llamados al pueblo a luchar contra la dictadura de los Duvalier y sobreviviente de varios atentados en su contra, Aristide era una esperanza.  

Sus compromisos eran levantar un sistema de salud y de educación pública, y subir el sueldo mínimo. No se alcanzó a hacer nada, pues a los 8 meses de haber asumido la presidencia era derrocado en un Golpe de Estado dado por antiguos funcionarios de los Duvalier, como es el caso de Marc Bazin ex ministro de finanzas y asistente del Banco Mundial y Raúl Cedras, que reconoció el apoyo de la CIA en el Golpe.

Aristide se exilió en Estados Unidos, donde le exigieron condiciones para retornar a Haití. Pagar la deuda externa que habían contraído los dictadores y no crear expectativas en un alza del sueldo. Estas fueron las exigencias de EE.UU., con las que Aristide retornó en 1994.  

No pudo repostularse, pues la constitucción se lo impedía, pero René Preval (él mismo que hoy es presidente) se postuló y ganó. Preval era del mismo partido que Aristide y su gestión logró otorgar mejoras sociales, lo que garantizó la elección de Aristide en 2001.  

En este segundo periodo, Aristide no cumple al pie de la letra las exigencias de las potencias. Continúa promoviendo el fortalecimiento de servicios sociales públicos y subir el sueldo mínimo. Esto fue motivo para que desde Francia y EE.UU. se planeará su derrocamiento definitivo.  

En torno a la figura de André Apaid, un norteamericano de origen haitiano, se forma una «oposición democrática». Apaid, es propietario de industrias textiles y ensambladoras en Haití, que en 2004, pagaba 68 centavos de dólar por día. Obreros de sus fábricas, forman parte del 50% de los haitianos que viven con menos de un dólar al día.  

A esta «oposición democrática», liderada por Apaid,  se sumó un «ejercito rebelde». Este ejercito fue constituído por ex Tonton Macoutes y liderado por personajes como Guy Philippe que había recibido instrucción militar en EE.UU.  

El Banco Interaméricano de Desarrollo (BID) y el FMI negaron prestamos que ya estaban comprometidos. Sin esta plata, Aristide no podía cumplir con las demandas más urgentes de la población. En este contexto, los medios de comunicación lanzaron una campaña de desprestigio contra Aristide y representaron a Haití como un país sumido en el caos, pidiendo a gritos la ayuda de algún «país civilizado».  

El 2003 la «oposición democrática» pedía a Francia que mandara guardias que velaran por su integridad y el 2004 el «ejercito rebelde» inciaba su acción, entrando por República Dominicana, que días antes había enviado 300 militares a Irak, a petición de EE.UU.  

Los «rebeldes» estaban mejor armados que la propia policía haitiana, que sufría un embargo de armas por parte de EE.UU., contando con lanzacohetes, fusiles M-16, chalecos antibalas, medios de transporte, etc. El pueblo los reconoció. Torturaban igual que los Tonton Macoutes. Así fue como se le dijo a Aristide; o mueres o te vas. Aristide terminó exiliado en Sudáfrica.

La intervención de EE.UU y Francia tenía que crear una mejor fachada. Para ello, desde la ONU se formó  una «Misión de Estabilización» (Minustah). Aquí es donde Chile tiene la verguenza de participar con dotaciones de militares y de policías. En total son 7.032 soldados y 2.025 policías, apoyados por 482 funcionarios internacionales, 1.228 funcionarios nacionales y 215 voluntarios de la ONU.  

Desde el 2004, este ha sido el ejercito de ocupación de Haiti. Los casos de represión y asesinatos a civiles, y de prostitución infantil en que se han visto involucrados estos «estabilizadores», explican el rechazo de los haitianos a su presencia.  

EL TERREMOTO

Las nuevas elecciones se celebraron el 2006 y las ganó René Preval, siendo hasta ahora presidente. Su gobierno ha cumplido con las pautas de las potencias y el terremoto del 12 de enero sorprendió al pueblo haitiano sobreviviendo entre la miseria y la ocupación militar.  

El anomimato de los cubanos.

En 1998, Haití había firmado un acuerdo de cooperación con Cuba. Por ello es que al momento del terremoto, habían 344 profesionales de la salud, haciendo atención primaria, obstetricia y operaciones oftalmológicas, siendo los primeros en levantar hospitales de campaña y cuando fue necesario, los hospitales se montaron en sus propias casas.  

Después del terremoto, junto a los cubanos, llegaron 280 jóvenes haitianos que se han graduado de médicos en Cuba.  

Con 930 trabajadores de la salud, Cuba aporta el contingente médico más grande enviado a Haití. El silencio en torno a la solidaridad de estos trabajadores de la salud es casi absoluto.  

La «deuda de Haití».

La historia de Haití pasa por el imperialismo, francés y norteamericano, que han obligado a su pueblo a pagar «deudas» que nunca han contraído. La dinámica es la siguiente: Un banco presta plata a un Estado que se compromete a pagar con intereses el prestamo, que se supone, le sirvió para hacer inversiones.  

La realidad no es tan ingenua. Desde 1915, Haití sufre la intervención norteaméricana. De aquí  en adelante sus gobernantes comienzan a pedir prestamos que terminan en sus propios bolsillos. Un caso paradigmático es el de los Duvalier que terminaron con una fortuna de 900 millones de dólares, después de casi 30 años de dictadura en que multiplicaron la deuda externa de Haití en 17.5 veces.  

De esta manera, en junio de 2009 la deuda externa de Haití era de 1.884 millones de dólares. En esta fecha, instituciones acreedoras (BM, FMI, BID) le condonaron 1.200 millones de dólares de deuda. A cambio, Haití tuvo que bajar los impuestos a los productos aimenticios que EE.UU. le exportaba. Esto provocó que la agricultura de Haití, se destruyera, pues los alimentos importados se vendían mucho más barato que los nacionales.  

Haber tenido una independencia en la producción de alimentos, hubiese permitido a los haitianos tener una alternativa de abastecimiento a la insuficiente ayuda humanitaria que llega hoy.

Al fragor de las imágenes del pueblo haitiano, sufriendo las consecuencias del terremoto, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (instituciones a las que Haití «le debe») dieron muestra de su "altruismo". El BM dijo que no cobrará a Haití la deuda de 38 millones de dólares por 5 años y tampoco aplicará intereses. El FMI dijo que «donará» 100 millones de dólares a Haití. Sin embargo, esta «donación» la deberá comenzar a devolver el 2012 y con intereses.  

Para rematar, el FMI dice que es necesario implementar en Haití un Plan Marshall. Es decir, un plan de reconstrucción del país, donde sean ellos a los cuales se les pida la plata.  

Humanidad y portaviones.

Mientras se registran más de 1.2 millones de haitianos durmiendo a la interperie, la falta de alimentos y la proliferación de enfermedades y el inicio del tráfico de niños, EE.UU. envia 14 mil soldados.

Estos desplazaron a las fuerzas de ocupación de la ONU, como lo hace un experto a un aprendiz. El desplazamiento fue tan explicito que Francia denunció que las tropas norteaméricanas habían colapsado las pistas de aterrizaje, por donde debía llegar la ayuda humanitaria de la ONU.  

EE.UU. se echó al balsillo estas acusaciones y siguió con su plan de convertir a Haití en un portaviones. Haití tiene una ubicación estratégica dentro del caribe, pues está al Este de Cuba y al Norte de Venezuela, todo en estrechas distancias.  

Cuando se habla de Haití  sin hablar de su historia, es porque quiere justificarse este plan militar. Los cascos azules de la ONU y los soldados norteamericanos están ahí para convertir a Haití en un portaviones. Chile pone su cuota; 514 efectivos.

Fotos: Charlemagne Péralte asesinado

Ocupación norteaméricana después del terremoto

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