La región ha producido 3 mil toneladas de miel durante la reciente temporada, según las declaraciones de Paola Tima, directora regional de Indap, publicadas por El Sur. En la región, existen 2.194 centros de producción apicola, de los cuales 1.193 son de familias campesinas. Osea que, más de la mitad de los centros apícolas son de familias que tienen ahí una fuente de sustento.

Decir que estas 3 mil toneladas son un éxito es negar un conjunto de situaciones perjudiciales para los pequeños productores y para la comunidad en general.

La expansión de las plantaciones forestales ha provocado una disminución del alimento para las abejas. El eucalipto da flor, pero el pino no da, por lo que es un árbol que no produce alimento para las abejas. El bosque nativo es el lugar que ofrece las condiciones para que las abejas puedan alimentarse y producir miel para nosotros, pero en nuestra zona este ha sido arrasado por el negocio de las forestales. Hace 20 años atrás, cada cajón de abejas producía de 60 hasta 80 kilos de miel por temporada, ahora lo máximo que producen es 30 kilos en el año.  

La fumigación de las plantaciones forestales que han provocado la muerte de colmenares completos, por la toxicidad de los pesticidas. Cuando atacó la Polilla del pino, las forestales fumigaron todas sus plantaciones y con ello murieron casi todas las abejas de la región. Los campesinos demandaron a las forestales, pero todo quedó impune.

Estas y otras situaciones, como la la introducción de nuevas enfermedades, impiden que los pequeños apicultures desarrollen su producción y que los 500 millones que el Indap ha entregado a apicultores, según Tima, no logren hacer que ellos sean los productores mayoritarios. Pues, mientras estos tienen una serie de obstáculos, los grandes productores miel la controlan casi por completo.

El 90% de la miel se exporta; Alemania recibe alrededor del 76% de miel producida en Chile. EEUU y otros paises europeos recibenm el resto. En nuestra cultura alimenticia, la miel está ausente, bien parece un producto exclusivo o como «remedio», pero no como un alimento constante en nuestra dieta.