El 26 de mayo de 1985 el estudiante de Ingeniera Mecánica de la Universidad de Concepción, José Randolph Segovia, era detenido por funcionarios policiales de la entonces comisaría de Hualpencillo, tras ser torturado fue lanzado al roquerío de la playa de Rocoto, en la actual comuna de Hualpén.

Un año antes, (28 de marzo 1984) Caupolicán Inostroza Lamas, estudiante de la misma carrera, había sido ejecutado por policías frente a la rectoría de la Universidad de Concepción.

El proceso fue llevado por la justicia militar, en algún momento se detuvo a los subtenientes de Carabineros, Mauricio Vera y Jaime Barría, como forma de aplacar a la opinión pública y la familia Randolph. Sin embargo, fueron puestos en libertad al cabo de poco tiempo.

Tras los hechos, el padre primero y la madre después, se suicidaron. Hoy, 25 años después, la hermana del estudiante asesinado, Catalina Randolph Segovia, ha pedido al juez especial para casos de derechos humanos en Concepción, Carlos Aldana, la reapertura del caso.

Foto: Luciano Aedo asesinado en las calles de Hualpén el 23 de agosto de 1984.