Historia de Lebu, la frontera real

La capital de la provincia de Arauco debe su nombre a la voz mapuche «leufu», que se traduce como «río». Tiene una población de 25.055 habitantes; 21.991 urbanos y 3.044 rurales, en base al censo 2002. La superficie comunal es de 547,25 km2.

A 20 kilómetros por la orilla norte del río Lebu, en el Salto de Guagalón, se construyó, por orden de García Hurtado de Mendoza, el Fuerte de Santa Margarita de Austria (1557) para la protección de los colonos, el camino al sur y el centro religioso. El Fuerte fue rectificado en 1603 por el gobernador Alonso de Rivera.

El jesuita Luis de Valdivia, que planeó el proyecto de guerra defensiva, no desmanteló  el Fuerte de Paicaví y fundó una misión al amparo de Santa Margarita, luego de la batalla de Elicura (diciembre de 1612) la misión fue asediada, fue trasladada a Arauco a fines de 1613, la población tuvo más de setenta rucas.

A raíz del terremoto de febrero de 1640, el maestre de campo Alfonso de Villanueva, trasladó  el Fuerte de Lebu hacia la desembocadura del río. El Fuerte fue atacado por los mapuches en 1646, el levantamiento general indígena se declaró en 1655, desapareciendo el asentamiento, no se sabe si evacuado o destruido.

Lebu si bien no sufrió  mayormente la guerra de la Independencia, si vivió crudamente la Guerra a muerte. Montoneros y Lafkenches aniquilaron un destacamento patriota en Cupaño en julio de 1817. Vicente Benavides utilizó a Lebu como puerto abastecedor de sus fuerzas a fines de 1818, las Cuevas de la Ensenada de Millaneco, hoy Cuevas de Benavides, refugio desde donde se embarcó hacia Perú con un pequeño grupo a fines de 1821.

En las ruinas de Santa Margarita el jefe realista Francisco Sánchez dejó instaladas a las Monjas Trinitarias, tras su huida de Concepción en 1819, las monjas se trasladaron al sector de El Rosal, donde vivieron hasta 1822.

Hasta mediados del siglo XIX esta zona quedó olvidada, los únicos hechos relevantes tuvieron que ver con las correrías de montoneros e indígenas, sólo el terremoto de 1835 perturbó la vida de sus habitantes, al destruir las casas.

Sofocada la revolución de 1851 en la zona de Lebu, el gobierno creó el territorio fronterizo de Arauco o primera provincia de Arauco, para colonizar el área, la nueva provincia nació por una ley del 2 de julio de 1852 con capital en Los Ángeles, pues no existía ciudad de importancia en el territorio.

Plena de montoneros hacia 1859, el Intendente Cornelio Saavedra, decidió elaborar un plan de ocupación militar del territorio, la principal medida se adoptó durante la presidencia de José Joaquín Pérez con la construcción del Fuerte Varas, este hecho atrajo inmigrantes, lo que traería la habilitación del puerto y el florecimiento de la industria carbonífera.

Desde 1865 la industria carbonífera floreció en Lebu, marcando el desarrollo local, los pioneros del carbón fueron Juan Mackay y Matías Rioseco, a través de compañías propias funcionando con mano de obra mapuche. La crisis del carbón de 1875, debido a la competencia inglesa y falta de tecnología, provocó que Mackay disolviera su sociedad, vendió su empresa a Maximiano Errázuriz, quien con nuevos capitales la hizo resurgir.

En 1878 se produjo una explosión de gas grisú, dejando treinta y cuatro muertos. En 1894 la industria se recuperó y surgieron en los años venideros la Sociedad Nacional Carbonífera, Compañía Nacional Carbonífera y Compañía Carbonífera Victoria (1906) de Alfredo Possel.

El departamento se creó  el 15 de julio de 1869, considerado territorio de colonización, el primer gobernador fue el sargento Gregorio Urrutia. Las primeras elecciones municipales fueron en 1870; el primer alcalde fue Gregorio Urrutia, segundo Matías Rioseco y tercero Roberto Mackay. En 1875 culminó la integración de la zona a la jurisdicción chilena, creándose la segunda provincia de Arauco, capital Lebu. Se concedió el título de ciudad al puerto y aldea de Lebu por decreto supremo del presidente Federico Errázuriz, el 10 de enero de 1874.

En 1877 un maremoto inutilizó  las minas de carbón, bodegas del puerto, construcciones ribereñas y embarcaciones, el desastre ocurrió en invierno y en medio de fuertes temporales, fracasando el socorro a la población.

La revolución de 1891 sorprendió a Lebu con la ocupación del puerto por parte de la Esmeralda, enfrentándose al Ejército del Sur, la ocupación del poblado al mando de Efraín Vásquez, produjo represalias contra balmacedistas y mineros.

El siglo XX empezó  con la construcción del ferrocarril Lebu-Los Sauces, tras varias tentativas comenzaron los trabajos en 1911, paralizándose en 1912 por quiebra de la empresa; la compañía carbonífera de Lebu tomó los trabajos y entregó los tramos Los Álamos-Peleco (1920) y Lebu-Cañete (1923). El ferrocarril fue comprado por el Estado y completada la ruta Lebu-Peleco, construyendo Peleco-Purén (1927).

La actividad carbonífera se vio impulsada por las guerras mundiales, luego de pasar por distintas manos privadas, tomó gran impulso cuando CORFO apoyó la explotación mediante créditos en 1939. La Compañía Victoria de Lebu se reestructuró en 1947 y logró estabilizar la producción.

El sismo de 1960 provocó  nueve muertos y muchos daños, el 80% de las viviendas sufrieron destrucción de techumbres, fueron demolidas las escuelas veintidós y vocacional, además del Hotel Rocha y antiguas construcciones como la casa Hiriart, la cárcel y la aduana, entre otras.

En el turismo, Lebu posee una costa privilegiada, las Cuevas de Benavides y del Toro, formaciones rocosas de gran belleza, cercana se encuentra la playa de Millaneco, el mirador Cerro la Cruz, desde donde se aprecian vistas se la ciudad, recursos que permiten el desarrollo de actividades como la pesca, fotografía y deportes náuticos.

En la cuarta semana de enero se celebra la Semana de Lebu con un Festival, campeonato deportivo y actividades culturales. Destaca el festival de cine, actividad consolidada que se realiza en el verano.

El puerto fluvial, de construcción fiscal, ha sido de gran ayuda para el desarrollo de la actividad pesquera de tipo artesanal y también de mayor tamaño, en sus inicios fue un puerto ballenero y para aprovisionamiento de carbón.

En el 2008 se cerró  definitivamente la actividad carbonífera, en un proceso que afectó  a Lebu desde los años noventa, con graves consecuencias para la comuna.

Con el terremoto de 2010 el puerto fluvial se vio afectado, pues el curso del río cambió, desecándose, esto produjo daños en la actividad económica de Lebu, significando una gran crisis social.

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