Crónica de Ruperto Concha: Belicismo

 

Parte 1

Parte 2

El mundo occidental se mostró muy asombrado por el estallido de protestas multitudinarias en todo el vasto territorio de Turquía. La prensa occidental así como los grandes medios y agencias noticiosas orientales, coincidieron en que las movilizaciones populares en todas las ciudades, contra gobierno turco, que encabeza Tayyip Erdogán, han reunido centenares de miles de personas, cuya actitud, aunque enérgica y muy desafiante, en ningún caso revistió caracteres de violencia que justificara la represión brutal ordenada por el gobierno. De hecho, el saldo de la represión según las autoridades europeas, superó los 5 mil heridos de consideración, además de un número indeterminado de detenidos, que aparentemente serían varios miles.

En contraste con esas movilizaciones, el partido oficialista Justicia y Desarrollo, no logró reunir más que unas 10 mil personas para dar una orquestada bienvenida al primer ministro Erdogán que regresaba de una opaca gira por África.

Tras cuatro días de protestas masivas, la Unión Europea y Estados Unidos emitieron declaraciones condenando la violencia excesiva del gobierno, y en el Parlamento Europeo se exigió constancia del autoritarismo poco democrático del gobierno turco, y señaló que con ello se vuelve cada vez menos probable que Turquía pueda ser admitida como miembro de la Unión Europea.

El reasumir el gobierno, Tayyip Erdogán negó que su gobierno fuera autoritario y poco democrático. Además declaró que Estados Unidos y la Unión Europea son hipócritas, y rematando su retorno al poder, ordenó que se suprimieran las protestas, que se impusiera rígida censura a Internet, y señaló que las redes sociales y los blogs son, fijese bien, "entidades diabólicas y terroristas".

¿Qué estaba ocurriendo en Turquía, ese poderosísimo país, miembro de la OTAN, y que con un territorio casi igual al de Chile, tiene un producto interno bruto cuatrocientos por ciento más grande que el de Chile?…

La verdad es que los europeos, Estados Unidos e Israel estaban atónitos. Para ellos Turquía era una carta de triunfo en el control del Oriente Medio, y el más poderoso sostenedor directo de los rebeldes en la guerra civil de Siria.

De hecho, Estados Unidos se apresuró a complacer las exigencias de Tayyip Erdogán de instalar una base de misiles Patriot en su frontera sur, bajo el poco creíble pretexto de que tenía miedo de que Siria lanzara un ataque contra Turquía.

También para complacer al gobierno de Tayyip Erdogán, incluso el mismo Israel tuvo que tragarse su orgullo y se resignó a pedirle disculpas públicas por el ataque de naves israelíes contra una embarcación turca que llevaba auxilios humanitarios a los palestinos de Gaza. Recordemos que en esa acción los israelíes mataron a varios de los voluntarios que iban en la embarcación, incluyendo a 9 ciudadanos turcos.

Además, como si fuera poco, Erdogán había logrado un acuerdo de paz con los guerrilleros independentistas kurdos, que, al menos en parte, se comprometieron a retirarse hacia el norte de Irak, aunque conservando sus armas y pertrechos de combate.

Igualmente, Turquía aparecía como socio estratégico y aliado de los reyes petroleros árabes, en un vasto esquema apuntado a controlar los más importantes países árabes de esa zona: Irak, Siria y el Líbano. De hecho, los aportes en dinero, los enormes embarques de armas, municiones y pertrechos logísticos de los rebeldes, eran canalizados por Qatar y Arabia Saudita a través de Turquía, así como el desplazamiento de miles de combatientes mercenarios de Libia, de Chechenia y de las comunidades islámicas de Europa.

Tan todopoderosa aparecía Turquía en la crisis del Medio Oriente, que se permitió hacer contratos ilegales para comprar petróleo directamente a los kurdos del norte de Irak, saltándose el derecho legal del gobierno central iraquí.

Y, aún más, se permitió también desafiar de nuevo al gobierno de Israel, anunciando que protegerá y otorgará pleno apoyo al pueblo palestino de la Franja de Gaza, y a la organización palestina Hamás, calificada como terrorista por Israel y Estados Unidos.

Es decir, el primer ministro turco Tayyip Erdogán era sin duda el más potente y eficaz ejecutor de los planes de la OTAN para el control del Medio Oriente, y, aunque con insidioso disimulo, también para amagar a Irán y a Rusia, aunque mantiene excelentes relaciones comerciales con ambas naciones

El estallido que pilló de sorpresa tanto a Israel como a la OTAN, se produjo en coincidencia con la dramática victoria final del ejército leal de Siria en la liberación de la ciudad de Qusair, ocupada durante varios meses por fuerzas rebeldes que habían instalado allí su principal plaza fuerte para sostener la guerra civil en la región central de Siria.

Una semana antes, el ejército había logrado liberar la totalidad del caso urbano, que había estado defendido por una fuerza de 2.500 rebeldes muy bien armados. Desde el norte, frontera con Turquía, los rebeldes enviaron alrededor de 1.500 hombres de refuerzo, con pertrechos y municiones.

La batalla continuó en la zona norte de Qusair, donde los rebeldes habían construido casamatas y trincheras, hasta que el jueves 6 los últimos remanentes rebeldes abandonaron sus últimas posiciones en una fuga desordenada en que abandonaron gran cantidad de armas y pertrechos.

La prestigiosa revista israelí Debka Files, calificó la caída del bastión rebelde de Qusair como una "debacle" para Estados Unidos, y anticipó que ello traerá el derrumbe de las posiciones rebeldes que habían logrado ocupar grandes zonas fronterizas de Siria, incluyendo las Alturas del Golán, frente a las tropas israelíes.

Efectivamente, las fuerzas leales al gobierno han continuado un avance inexorable recuperando zonas rebeldes y capturando depósitos de armas, combustible y pertrechos. De hecho, el ejército leal retomó el control de toda la zona fronteriza con Israel así como las ciudades portuarias de Aleppo y Homs, garantizando sus líneas de comunicación y abastecimiento.

Ante el impacto de esta serie de victorias de las fuerzas leales, fuentes de la OTAN permitieron filtrar informaciones recolectadas durante el mes de mayo, a partir de los informes de instituciones independientes, y también de activistas pro occidentales destacados en territorio sirio.

Esas informaciones fueron publicadas en Estados Unidos por la revista News of The World, de Washington, y por los más importantes medios informativos de Asia, incluyendo el Asia Times, de Singapur y The Santos Republic, de Filipinas, además, por supuesto, de las agencias noticiosas rusas Itar Tass y Ria Novosti.

De acuerdo con este informe recopilado por la propia OTAN, las victorias logradas por el gobierno sirio deben, fundamentalmente, a que el gobierno de Basher al Assad cuenta con el resuelto apoyo de una abrumadora mayoría del pueblo sirio.

Oiga... ¿acaso no se acusaba al presidente Assad de ser un tirano que se apernaba en el poder mediante la fuerza bruta?

Bueno, las cifras recogidas por la OTAN revelan que, fíjese bien, un 70 por ciento de la gente apoya que el gobierno de Basher Assad se mantenga en el poder y lleve a efecto las reformas que ha ofrecido a la nación.

Otro 20 por ciento se declara neutral, indiferente a cual sea el resultado de la guerra civil, y sólo anhela el retorno de la paz. Y, por último, apenas un 10 por ciento de las personas se declara partidaria de los rebeldes.

Y esta investigación fue realizada por informantes de confianza de la OTAN.

Es decir, aquel supuesto Gobierno Legítimo de Siria Libre, no representa a más del 10 por ciento de la gente de Siria... y aún ese 10 por ciento se encuentra dividido en grupos que desconfían unos de otros, y entre los cuales se cuenta el frente Al Nusra, que juró obediencia a Al Qaeda, y un estimado de 10 a 15 mil libios del Comando de Al Qaeda en el Norte de África.

En tanto, la propuesta de diálogo de paz entre el gobierno sirio y la oposición, para buscar una solución pacífica al conflicto, se ha ido debilitando cada vez más. Primero, el inicio de las conversaciones se había fijado en los últimos días de mayo, pero debió postergarse a junio, y ahora los representantes de los rebeldes declaran que no acudirán a ningún diálogo, a no ser que Europa y Estados Unidos comiencen a enviar armas de alto poder para fortalecer la rebelión. Si no les mandan armas, no irán a ninguna negociación de paz.

Mientras tanto, los más fieros partidarios de intervención de la OTAN en Siria, el británico David Cameron y el francés François Hollande, declararon a voz en cuello que existirían pruebas fehacientes de que el gobierno sirio habría utilizado armas químicas contra los rebeldes. Igualmente el senador estadounidense John McCain, tras haberse colado ilegalmente a Siria desde Turquía, inició una guerra de declaraciones llamando a que Estados Unidos lance bombardeos masivos contra el gobierno de Siria y las posiciones del ejército leal.

Pero el presidente Barak Obama ya tiene en claro que su gobierno ya no está en condiciones de echarse encima a la opinión pública de su país. Según las principales encuestas de opinión, más de dos tercios de los norteamericanos se oponen a que Estados Unidos se meta en otro conflicto bélico.

Y, una vez más, Obama coincide con el presidente ruso Wladimir Putin, exigiendo que los señores Cameron y Holland den a conocer cuáles serían esas supuestas pruebas en contra del gobierno sirio.

Asimismo, la OTAN reiteró esta semana que no habrá intervención militar directa sobre territorio sirio.

Por supuesto, la prensa oficialista occidental ha silenciado los hechos más estruendosos de la semana. Cuando los corresponsales extranjeros acreditados en Washington indagaron ente la OTAN las informaciones de enorme popularidad del presidente sirio, simplemente se les respondió "sin comentarios". Y eso significa, de hecho, que no se desmiente aquella información.

Igualmente el miércoles se informó que tropas fronterizas turcas habían capturado a un grupo de 12 agentes de la organización siria al Nusra, la principal fuerza combatiente de los rebeldes en territorio sirio, y obediente a Al Qaeda.

Estos agentes fueron capturados en la zona de Adana, fronteriza con Siria, y en su poder se encontró, además de dinero y un cargamento de pertrechos de combate, dos contenedores cargados cada uno con un kilo de gas sarín, el más letal agente venenoso para la guerra química. Un gas que, siendo incoloro e inodoro, provoca lesiones y muerte antes de que las víctimas alcancen a darse cuenta. Esos dos kilógramos de gas son suficientes para dar muerte a dos o tres mil personas.

Igualmente, en Bagdad, Irak, las fuerzas de seguridad apañaron un laboratorio de Al Qaeda donde se estaba fabricando gas sarín y había siete contenedores ya cargados.

Es decir, estos hechos acusan que son los rebeldes los que probadamente han hecho uso de armas químicas.

En una declaración de la cancillería de Rusia, el viernes, el ministro de Realaciones Exteriores Sergei Lavrov instó al gobierno de Turquía a revelar en detalle la captura de gas sarín en Adana.

Estando las cosas en ese punto de desarrollo, una vez más la publicación israelí Debka Files golpeó con la noticia de que un fuerte contingente de tropas estadounidenses, alrededor de 1000 efectivos, habían desembarcado secretamente en el puerto jordano de Akaba, en el mar Rojo.

Esta fuerza militar se desplazó bajo fuerte custodia militar de Jordania y al resguardo de una cadena de serranías, hacia un emplazamiento cerca de la frontera siria. El gobierno de Jordania trató de mantener secreto absoluto sobre ese desembarco, pero, al filtrarse la información, el propio comando norteamericano admitió que era verdad y lo justificó como parte de un ejercicio de maniobras conjuntas con el ejército de Jordania.

Pero la explicación no ha resultado del todo convincente. ¿Se trata de preparativos para una intervención militar en Siria, sin aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas?…

Y en ese caso, ¿se cuenta con que Rusia, China e Irán se conformarían con mirar pasivamente mientras tropas occidentales se apoderan del centro mismo del mundo árabe fuera de la península arábiga?

Como hemos visto en crónicas anteriores, las intenciones recónditas de las ricas monarquías petroleras árabes, dejan muchos repliegues ocultos y sin explicar. Y en este caso, una avalancha de incendiarios sermones de los más importantes clérigos musulmanes de la secta sunnita, muestran que hay propósitos cada vez más difíciles de mantener escondidos.

Recordemos que los reyes de Arabia Saudita son también los protectores supremos del islam Sunnita, y que de esa secta del islam surgen ramificaciones como los feroces grupos radicales de Al Qaeda y los wahabitas de Chechenia y el Dagestán en el sur de la Federación Rusa.

Tras la caída de Hozni Mubarak en Egipto y de Muammar Khadaffi en Libia, la principal fuerza religiosa y política de esa región pasó a ser la Hermandad Musulmana, actualmente en el poder en Egipto, y principal fuerza organizada en Arabia Saudita y las otras monarquías.

También la Hermandad Musulmana ha penetrado con fuerza en Turquía y en Sudán, y ha tomado bajo su protección a los palestinos de la franja de Gaza, que aparecen como miembros del islam Sunnita..

Es decir, se perfila un diseño estratégico para el control de la Hermandad Musulmana como fuerza abrumadoramente dominante en todo el oriente medio, y con el objetivo de barrer con los estados de mayoría shiíta, específicamente el Líbano, Siria, Irak, Azerbaiján e Irán.

Los objetivos finales, casi por completo indisimulados, serían unir todo el occidente asiático en un conjunto de califatos musulmanes sunnitas.

Se ha mencionado ya bastante que hay indicios de contactos secretos de Arabia Saudita con agentes de Pakistán e incluso de Corea del Norte, en procura de traspaso clandestino de tecnología atómica de uso militar.

Arabia, Qatar y otras de las monarquías petroleras ya han hecho público su interés en construir centrales nucleares para generar electricidad, y ya hay enjambres de expertos europeos, chinos y rusos, interesados en llegar a acuerdos que, en la coyuntura política actual, no podrían ser objetados ni por Estados Unidos ni por Europa.

Bueno, es en ese contexto que el gobierno de Turquía, bajo Tayyip Erdogán, comenzó a dar un vuelco que comenzó a causar inquietud en las bases sociales. El compromiso político del partido de Erdogán, que lo llevó a ganar las elecciones con un 50% de los votos, fue básicamente defender el carácter laico, libertario, moderno y con gran diversidad cultural en una Turquía que postula fervientemente a entrar en la Unión Europea.

Pero algo cambió recientemente. En los últimos meses, Erdogan comenzó a imponer en forma autoritaria medidas que fueron terriblemente impopulares. De hecho, prohibió bajo pena de multas y detención vergonzosa, que las parejas se3 besen en público. Igualmente dispuso acciones policiales para molestar y humillar a las mujeres que usen faldas cortas. Señaló que el deber de toda mujer turca es parir a lo menos tres hijos, y que la realización de las mujeres no se da en el ejercicio de una profesión sino en las tareas propias de la maternidad.

Cosas de ese tipo. En realidad muchísimas pequeñas medidas de ese tipo. Además limitó la publicidad al café y las bebidas alcohólicas e impuso restricciones e impuestos para la venta de esos productos.

Fue en ese contexto que decidió también hacer talar los enormes árboles de la principal y más popular plaza de la ciudad de Ankara que tiene 7 millones de habitantes, y ordenó la construcción de un mal, un hotel y otros establecimientos comerciales, prácticamente eliminando la plaza como tal.

Eso detonó la rebelión.

¿Se está convirtiendo la estrategia de Estados Unidos en un monstruo de Frankenstein fuera de control?

En su odio al gobierno de Siria, ¿está la OTAN armando justamente a los que odian a Occidente?

La ruina económica de occidente, traerá además una guerra generalizada y muchísimo mayor?… Las señales y los nubarrones oscuros se acumulan en el cielo del futuro.

 

Foto: http://www.naiz.info

 

Etiquetas
Estas leyendo

Crónica de Ruperto Concha: Belicismo