Hay que destacar la agresión cometida, ese día,  contra un grupo de integrantes feministas y lesbianas de la Red de Mujeres por la Memoria, de Concepción. Al dirigirse,  caminando por las veredas, a un acto cultural frente a los locales donde se torturó a mujeres resistentes bajo la dictadura, fueron interceptadas y agredidas por Fuerzas Especiales. Entre insultos sexistas y homofóbicos por parte de los efectivos policiales, fueron detenidas  8 mujeres, a las que se acusó en el momento de portar cocteles Molotov y otros implementos.  La mayoría fue puesta inmediatamente en libertad, dado lo insano de las acusaciones policiales, no sin antes haber sido golpeadas, tiradas al suelo y arrastradas.

Consideramos que lo que provoca una alteración del orden publico, en el caso de estas manifestaciones totalmente pacíficas, son la prohibición arbitraria de manifestar y el uso de la fuerza policial. Este tipo de decisiones descriteriadas son un terreno fértil para que la prensa a sueldo de la cadena El Mercurio proclame que las manifestaciones populares son necesariamente violentas. El caso de Concepción, el miedo de ciertos responsables del Gobierno Regional a perder el control del orden publico converge con el interés de la derecha y de los aparatos represivos en denigrar y diabolizar toda forma de expresión popular. 

Aunque no es primera vez que una manifestación popular pacífica es reprimida, estos hechos de Concepción suceden en medio del clima malsano provocado por la « Nueva campaña del terror » que la derecha lleva a cabo desde hace meses. Las reformas propuestas por el Gobierno de la Nueva Mayoría, por limitadas que sean, resultan inaceptables para las clases dominantes. Por un lado usan todos los medios institucionales para vaciarlas de sus objetivos, y por otra parte hacen aparecer al Gobierno como débil e indeciso. Todo es útil para hacer una amalgama entre los delitos comunes, los asaltos a bancos y cajeros automáticos, y las manifestaciones populares, sin olvidar las movilizaciones del pueblo mapuche, calificadas regularmente de terroristas.  Esta campaña del terror, que recuerda a las de los años 1970, busca poner al Gobierno a la defensiva y crear en la población un rechazo a la expresión popular de base, que es un peligro a largo plazo, pues cuestiona radicalmente el sistema de dominación.

Resulta penoso el constatar que sectores de Gobierno, en lugar de apoyarse en la expresión de los ciudadanos para hacer avanzar las reformas y defender sus derechos, se entreguen fácilmente a la presión de la Derecha. Es justamente al criminalizar y al hacer más difícil la expresión ciudadana que aparecen reacciones violentas y extremas, de grupos desligados del quehacer popular.

 Una reflexión final sobre los hechos de Concepción : las mujeres del pueblo han sufrido discriminación y menosprecio, no sólo bajo la dictadura, sino desde hace siglos, en esta sociedad chilena patriarcal, conservadora y machista.  Las mujeres feministas y lesbianas organizadas son la expresión de una parte de la sociedad que busca otro tratamiento y una nueva consideración.  Es por ello que resulta inaceptable que la Policía las maltrate, como siempre ha maltratado a los sectores más desprotegidos de nuestro pueblo.  Hacemos llegar nuestro saludo a la Red de Mujeres de Concepción y las instamos a reforzarse y  a proseguir sus actividades.

 Ginebra, 20 de septiembre de 2014