[Ideas + Datos] Por qué una plantación forestal no es un bosque

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-Biodiversidad. En nuestra zona centro sur, el bosque esclerófilo, caducifolio y el siempre verde muestra una inmensa diversidad de especies de flora y fauna. En un bosque veremos que un árbol añoso convive con renuevos de la misma especie y de otras, que donde hay un picaflor como sujetado con el puro pico de un chilco, abajo, como buscando hormigas, pasa un chucao y canta antes de dar unos saltitos para esconderse tras un árbol caído. Y claro, removiendo la hojarasca, podemos ver marchar cientos de hormigas muy decididas a hacer quizá qué cosa. Bueno, en un monocultivo forestal este es un lujo que la industria no permite, pues la vegetación nativa es interpretada como una competencia o amenaza para el crecimiento de los pinos o eucaliptos y por eso se aplica un cóctel de herbicidas, fungicidas y pesticidas, impidiendo a esta maleza y a todos estos bichos y animales que usufructúen ilegalmente del predio.

-Conservación del suelo y producción de agua. Los ciclos vitales de las especies que conviven en un bosque van generando una capa en su superficie, fundamental para estos. Éste es el suelo, compuesto por hojas, troncos, ramas, caca, esqueletos, plumas y diversa materia orgánica degradada a través del tiempo. El suelo es como una esponja, cuando llueve absorbe el agua de la lluvia caída directamente a él o bien la que escurre por el tronco de los árboles, luego de ser interceptada por las ramas y las hojas. Cuando esta «esponja» va llenándose de agua, la drena a unas capas más profundas y en tanto éstas van saturándose van aprovisionando los cursos de agua desde donde podemos tomarla fresca y limpia.

Por el contrario, en una plantación forestal, como se ha impedido el crecimiento a otros seres vivos, no se forma esta capa de suelo. Tampoco se forma porque las hojas del pino y del eucalipto demoran bastante en degradarse, pues son especies exóticas, ajenas a nuestro ecosistema. Pero además, se pierde suelo por las faenas propias de la industria forestal, tales como las talas rasas. Esto ocurre cuando una plantación está en condiciones de ser cosechada y todos los árboles se cortan al mismo tiempo dejando la superficie expuesta a que el suelo sea arrastrado por la lluvia o el viento.

Puedes ir a una plantación forestal y tocar la superficie, comprobando que está compacta y que dista bastante de la esponja de humus propia de un bosque. Y si a esto, adherimos el hecho que en una plantación forestal crecen unos 1600 árboles por hectárea, absorbiendo grandes cantidades de agua y sin condiciones para su reposición, podemos explicar la razón de la escasez hídrica de gran parte de las comunas que soportan plantaciones forestales.

-Regulación de temperatura. El que un bosque contenga grandes cantidades de agua permite regular la temperatura. En verano, se puede apreciar que dentro de un bosque o en sus zonas adyacentes se siente un frescor en el ambiente. No obstante, en una plantación forestal o en sus espacios contiguos impera un calor abrasador.

-Fijación de dióxido de carbono (CO2). La fotosíntesis es un proceso que asombra, pues en él toda la vegetación transforma el gas CO2 en un compuesto sólido fijado a su estructura. Las plantas tienen conductos que podríamos identificar como sus arterias y por ellas son transportados diversos nutrientes desde la raíz hasta sus hojas usando el agua como vehículo. Gracias a ésta, también las hojas están estiradas dispuestas a recibir los rayos del sol para que cuando llegue la savia, puedan sintetizarse todos estos nutrientes bajo la acción de la luz y absorbiendo el CO2 disuelto en el aire.

Este proceso, también ocurre en una plantación forestal y las empresas del rubro han dicho que sirven para contrarrestar el cambio climático, en tanto representan inmensos sumideros de carbono. Bajo este argumento, el presidente de la CORMA, Fernando Raga declara que los «bosques productivos son muy ecoeficientes». No obstante, su aporte es una mentira, pues el CO2 que pudieron fijar los pinos y eucaliptos de una plantación es emanado a la atmósfera, junto a otros gases tóxicos, en las faenas de manejo, cosecha y procesamiento. Aquí, se realizan diversos procedimientos donde el consumo de combustibles fósiles y otros insumos generan una polución que revierte todo el supuesto beneficio ambiental inicial.

-Habitabilidad. Como hemos visto, los servicios ambientales que provee un bosque, las plantaciones forestales los destruyen. Este es un factor determinante en el empobrecimiento de nuestra vida. Cuando constatamos que las comunidades tienden a asentarse en cuencas o cerca de ellas, se evidencia la importancia de los bosques. No son suficientes los monumentos naturales, los parques y las reservas, más aun cuando en Chile, más un 90% de éstas están entre Aysén y Magallanes, es necesario recuperar el bosque para vivir.

Pero, cómo puede evitarse la degradación que conocemos si finalmente la industria forestal parece ser la fuente de subsistencia en muchas localidades en la región.

Para responder debemos seguir desmintiendo los discursos del empresariado forestal, diciendo que la cantidad de puestos de empleo que ofrecen es cada vez menor y extremadamente precarizado, muestra de ello es que las comunas con grandes extensiones de monocultivos y plantas de fabricación de pulpa de celulosa están entre las más pobres del país y sufriendo una cesantía, caracterizada como «crónica». Junto a esto, la industria forestal ha destruido fuentes de subsistencia, como la pequeña agricultura, la pesca o recolección de productos marinos (en lugares con una planta de celulosa), volviendo a las comunidades absolutamente dependientes del empleo que puedan ofrecer.

En este contexto, se hace necesario conquistar el control de nuestro territorio, decidir qué se hace en él y revertir la degradación provocada por la industria forestal. Para ello proponemos algunas medidas que sólo la comunidad podrá imponer, si está informada y organizada.

-Estatizar los terrenos, hoy en manos de empresas forestales, y establecer el manejo de éstos bajo intereses comunitarios.
-Recuperar los cursos de agua, para lo cual es necesario recuperar el bosque.
-Promover la pequeña agricultura, creando vías de distribución comunal y provincial.
-Implementar un proceso de reparación ambiental y social de los daños provocados por la industria forestal.
-Prohibir los monocultivos forestales y manejar la extracción de madera a partir de las necesidades de la población local.

Foto de Archivo: Río Fuy, Neltume.

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