Proceso a Santiago Sinclair: Las implicancias criminales de un protegido de Pinochet y la derecha

El día de hoy se supo que el pasado 16 de enero la Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago decidió someter a proceso a 5 militares en retiro que tuvieron responsabilidad directa en el Episodio Valdivia de la Caravana de la Muerte. El suceso alude a la serie de homicidios cometidos los días 3 y 4 de octubre de 1973 sobre 12 personas que se encontraban detenidas en poder de los militares y ejecutados en dependencias del Ejército de la ciudad de Valdivia.

En aquella oportunidad, mediante ejecuciones sumarias, y luego del arribo a la zona valdiviana de la comitiva de Sergio Arellano Stark, su helicóptero y sus matones, fueron ejecutados 12 militantes del MIR de la región de los lagos. El día 3 fue ejecutado José Gregorio Liendo Vera, el líder del MCR y dirigente del MIR en la zona del Complejo Forestal y Maderero de Panguipulli. El día 4 fueron ejecutados Pedro Purísimo Barría Ordoñez, José Barrientos Wagner, Sergio Bravo Aguilera, Santiago García Morales, Enrique Guzmán Soto, Víctor Fernando Krauss Iturra, Luis Pezo Jara, Víctor Rudolph Reyes, Rudemir Saavedra Bahamondez, Víctor Saavedra Muñoz y Luis Valenzuela Ferrada. El primero de los asesinados tenía la particularidad de ser minusválido y se desplazaba apoyado en muletas; la casi totalidad eran trabajadores de CFMP.

El 13 de mayo pasado la ministra Patricia González  determinó procesar como autores del homicidio de José Liendo Vera  a los ex miembros del Ejército Sergio Arellano Stark, Pedro  Espinoza Bravo, Marcelo  Moren Brito, Carlos  López Tapia y Juan  Chiminelli Fullerton; como cómplices  fueron procesados Antonio Palomo Contreras y Emilio De La Mahotiere González.

En otra resolución la magistrada procesó además a los ex miembros del Ejército  Pedro Espinoza Bravo y Marcelo Moren Brito  como autores de los homicidios de los 11 prisioneros asesinados el día 4.

Ahora, la resolución de la Quinta Sala de la Corte de Santiago procesó a Santiago Sinclair Oyaneder, Juan Carlos Michelsen Délano, José Feliú Madinagoitía, Mario Rafael Manterola Garrido y Hugo Alberto Guerra Jorquera y revoca así la decisión de la ministra González que en septiembre pasado había negado el procesamiento de los mencionados ex oficiales de ejército.

De acuerdo  a la resolución:  «el día 03 de octubre de 1973, aterrizó en Valdivia un helicóptero «Puma» con un grupo de militares bajo el mando del entonces General de Ejército, Sergio Víctor Arellano Stark, delegado por quien a la fecha era Comandante en Jefe del Ejército, Augusto Pinochet Ugarte, con el objeto de cumplir labores de coordinación de criterios institucionales de gobierno interior y de procedimientos judiciales o de revisar y acelerar los procesos;  Que, a raíz de la llegada de los militares mencionados, el día 04 de octubre de 1973, se ordenó sacar desde la Cárcel Pública de Valdivia, a Rudemir Saavedra Bahamondez, Víctor Eugenio Rudolph Reyes, Víctor Segundo Valeriano Saavedra Muñoz, Santiago Segundo García Morales, Luis Mario Valenzuela Ferrada, Sergio Jaime Bravo Aguilera, Luis Hernán Pezo Jara, Víctor Fernando Krauss Iturra, Pedro Purísimo Barría Ordoñez, Enrique Del Carmen Guzmán Soto y a José René Barrientos Warner, a quienes se les condujo al predio militar de Llancahue, específicamente en el polígono de tiro de la Guarnición Militar de Valdivia, lugar en donde se les fusiló a consecuencia de una sentencia pronunciada en un supuesto Consejo de Guerra, cuya materialidad no existe»

Para el caso de Liendo Vera se determinó que: «A raíz de la llegada de los militares mencionados, se ordenó sacar desde la Cárcel Pública de Valdivia a, Gregorio José Liendo Vera, estudiante de Agronomía, militante del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y dirigente del Movimiento Campesino Revolucionario, a quien se le condujo al predio militar de Llancahue, específicamente en el polígono de tiro de la Guarnición Militar de Valdivia, lugar en donde se le fusiló a consecuencia de una sentencia dictada en un supuesto Consejo de Guerra cuya materialidad no existe».

 

El protegido de la derecha.

A la época de los crímenes, Santiago Sinclair tenía el grado de coronel y comandaba el Regimiento Blindado Cazadores N°2 de Valdivia. El comportamiento de este sujeto en las acciones represivas cometidas tanto en Valdivia como en Chihuío y Liquiñe, le valieron las adulaciones de Pinochet y su séquito; en 1975 lo designan agregado militar en Corea en donde permaneció por un período de dos años. En 1977 fue nombrado Director de Operaciones del Ejército y luego Director de Personal; en 1979 es designado como Ministro Jefe del Estado Mayor Presidencial, una función y entidad que solo es entendible en el marco de una dictadura, y en 1982 Pinochet lo designa Ministro Secretario General de la Presidencia, otra entidad y función surgida de la constitución e institucionalidad dictatorial.

El próximo paso en el ascenso del protegido fue el de Vice Comandante en Jefe del Ejército cargo en el que fue asignado en 1985; en esa ocasión es ascendido al pomposo título de teniente general del ejército.

Con ambos títulos encima en noviembre de 1988, luego de perdido el plebiscito por el dictador y su séquito, Sinclair asume como miembro de la Junta Militar en representación del dictador, permaneciendo en ese puesto hasta 1990.

En 1990 el protegido de Pinochet es designado por los dictadores como Senador Institucional, ocupando un puesto en el enclave que dictadores y derechistas establecieron en el Congreso para mantener sus políticas y controlar el poder. En esta situación se mantuvo hasta 1998 cuando comenzó la debacle de su amo detenido en Londres.

Hasta ahora, Sinclair había logrado conservar la impunidad que él y sus iguales urdieron en la maraña institucional y judicial para evitar responder por delitos cometidos al amparo del terror y bajo el imperio de las armas. El año 2008 ya estuvo procesado por el Ministro Mario Carroza por la responsabilidad que le cabía en la detención y desaparición de 5 militantes del FPMR ocurrido en septiembre de 1987. Es de esperar, que esta vez, las infames redes de la impunidad no vengan de nuevo en auxilio de un criminal miserable.

Resumen.

Foto 1: Fernando Kraus, «Pelao»

Foto 2: José Liendo, «Pepe»

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