Volvieron a las faenas del Estadio Ester Roa de Concepción los cerca de 1000 trabajadores agrupados en el sindicato SINTEC que mantenían una paralización desde el viernes 13. Los trabajadores exigían una serie de mejoras en sus condiciones laborales que se sintetizaban en 14 puntos, de ellos consiguieron asignaciones de colación y transporte, además de un bono por "término de conflicto".

En conversación con Resumen, Jesús García, Dirigente de Sintec Bío Bío, señaló que la negociación fue bastante insólita pues el sindicato conversó con el gobierno, pero no con la empresa, que no se hizo parte de la solución del conflicto. De hecho explica que es probable que el dinero que recibirán no sea entregado por la empresa, sino que sean montos proporcionados por el gobierno y traspasados a través de ésta. Una actitud "rastrera" e insólita por parte del gobierno -estiman-, pues la empresa no habría tocado nada de los $30 mil 560 millones de pesos que costó la obra, sino que serían montos adicionales proporcionados por el gobierno.

Son $30 mil pesos por asignación de colación y $30 mil pesos más por transporte. A ello se agrega un bono "por término de conflicto" de $150 mil pesos para quienes lleven más de 1 mes con un día trabajando, y $100 mil pesos para quien lleve menos.

Los trabajadores apuntan sus críticas a varios medios de comunicación, autoridades de gobierno y al propio alcalde de Concepción que habría calificado la movilización como una "paralización ficticia". Enfatizan que se les tiró a la "sociedad" encima por la paralización, endosándoles la responsabilidad del conflicto sin entrar a exponer los orígenes del mismo: la precariedad laboral. A ello se agrega, afirma el dirigente, que no los querían reconocer como sindicato para negociar, lo que constituía una situación verdaderamente absurda si se quería solucionar el conflicto. Las palabras del dirigente enfatizan en que se les responsabilizaba de que Concepción se quedara sin Copa América.

Los obreros ya volvieron a sus puestos de trabajo por la mañana, en un proyecto de remodelación que partió viciado tras su "ejecución" por la transnacional española COPASA -involucrada en uno de los casos de corrupción más grandes de la historia del Estado Español en "democracia", y que por cierto entrampó también el Puente Bicentenario- que hizo perder al fisco más de mil millones de pesos y varios meses de trabajo pues el proyecto fue asumido por la empresa Claro Vicuña desde "cero", es decir, sin estimar el 11% avanzado por COPASA.

El Ministerio del Deporte dirigido por Gabriel Ruiz Tagle, en el gobierno de Sebastián Piñera, fue el responsable de esta situación pues elaboró un contrato ad hoc para esta nefasta empresa, a lo menos irregular, en cuanto permitió que en el escrito no se permitiera que el Inspector Técnico de Obras (ITO) no multara a la empresa por retrasos.

Solo restan 87 días para la mentada copa América.