Proceso Constitucional: “Los gatos a cargo de la Carnicería”

[resumen.cl] Tras 19 meses de cantinfleos, anuncios y descartes, finalmente Michelle Bachelet anunció ayer 13 de Octubre que se dará inicio al Proceso Constituyente que generará una nueva Constitución. Pero lejos de las demandas ciudadanas, quien finalmente decidirá la implementación del proceso será el próximo Congreso electo.

Según explicó la Mandataria el proceso avanzará por dos vías. La primera, constituida por la ya clásica "participación" ciudadana consultiva y no vinculante, que a través de cabildos y diálogos ciudadanos construiría un informe cuyas propuestas serían presentadas al Congreso. Habrá que estar atentos a quienes serán los "expertos" encargados del informe, pues Bachelet cuenta con varios precedentes en este tipo de iniciativas: el último fue la Comisión Bravo que, pese a dejar registrado en el informe la gran oposición ciudadana al sistema de AFPs y el gran apoyo que consignaba el sistema de reparto entre los principales afectados -los trabajadores cotizantes- se decidió por apoyar el sistema de AFPs sin haber mostrado la propuesta final ni siquiera a los comisionados "expertos".

Para que hablar del Consejo consultivo de educación encabezado por Sergio Bitar, padre de la G90 de Peñailillo y quien implementó el mefítico CAE.

La segunda vía por la que avanzaría el proyecto sería el Congreso. El nuevo Congreso del 2017 sería quien vería finalmente cual será el mecanismo con el cual se implementará la Nueva Carta. Bachelet anunció cuatro posibilidades que serían evaluadas por los parlamentarios: formar una Comisión Bicameral de Senadores y Diputados, una Convención Constituyente mixta de parlamentarios y ciudadanos, una Asamblea Constituyente, o bien la convocatoria a un plebiscito.

Esta vía resulta del todo sospechosa pues los mismos partidos políticos que chapotean en escándalos de corrupción por platas políticas tienen un férreo control sobre el parlamento y serán ellos quienes finalmente decidirán el mecanismo a implementarse . Es decir, como señala el saber popular "los gatos a cargo de la carnicería".

La Asamblea Constituyente ha sido de estas 4 opciones la que ha contado con mayor difusión, discusión y apoyo desde las organizaciones sociales chilenas, que han visto en procesos constituyentes en otros países latinoamericanos ejemplos a seguir para superar problemas fundamentales en sus naciones. En el caso "ideal" – o lisa y llanamente viéndolo con ingenuidad- de que fuera este mecanismo el que lograra imponerse en el Congreso de los gatos, para que la vía sea implementada debe contar con los 2/3 del parlamento. Eso significa que los gatos tienen el férreo control de la carnicería.

El proceso Constituyente nace muerto en su propia concepción. Así como han nacido las "reformas" o "ajustes" educacionales, laborales y tributarios cuyos anuncios dicen una cosa y finalmente sus contenidos promueven lo contrario: siguen fortaleciendo los pilares del modelo que promueve la desigualdad, la corrupción política y finalmente el saqueo del Estado y de los trabajadores por parte del Gran empresariado nacional y transnacional.

La vía Bachelet se da justamente en un momento esperado por la clase política: un descenso en el nivel de movilización social y una desmoralización en los principales movimientos de masas de los últimos años. Sin esta fuerza social cualquier "nueva" fórmula constituyente será una estafa.

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