¿Arde París?: ¿Cuál es el mensaje de los atentados de 13 de noviembre?

Por Hugo Montesino Arratia

 

«Siembra viento y cosecha tempestades. Cuando llueve,todos se mojan. Dios castiga pero no a palos» si, ¿y que créstas de culpas tienen los ciudadanos comunes,sea en Francia, en Siria, Libia , o donde sea?. Me duelen estas muertes absurdas, pese a toda la historia de imperialismo y abusos de los países desarrollados sobre otros pueblos, la que también existe tras estos actos.

No se puede justificar lo injustificable, una verdad autorreferente y para peor supuestamente religiosa, de los jihadistas, a los que les importa un bledo lo que pensemos total ellos tienen las armas y el apoyo de su dios, la «verdadera verdad» que ni siquiera busca una revolución sino una involución. «Mañana será otro día», si..mañana las explicaciones, hoy simplemente el repudio de esta inútil barbarie y tratar de hacer pié en el hecho para el análisis que debe seguir.

Sólo espero que no cedan los franceses ante esta fuerte y enorme provocación… es claro para mí que quienes enviaron estos ataques desean que Europa agudice su violencia en la intervención aumentando la espiral en una escalada e involucre definitivamente a sus pueblos, posiblemente en un «Nuevo Vietnam» al estilo del siglo XXI : global y no localizado, ubícuo e inasible.

No creamos que las consecuencias no nos llegarán a Chile. Entraremos en un baile sin siquiera habérsenos invitado, no es necesario,estamos «amarraditos». Pagaremos platos rotos sin haber gozado ningún beneficio…si es que los hay. Los que pierden siempre en estas guerras son las personas sencillas, el pueblo, lo sabemos.

Así como se repudia este acto miserable en París, debemos exigir fuera las manos imperialistas de Medio Oriente, que han construido en gran medida esta realidad, inclusive hasta han diseñado sus mapas y creado estados ficticios no hace mucho; basta de poner y quitar gobiernos y auspiciar grupos fundamentalistas, vendiéndoles armas, dándoles entrenamiento y dinero; el doble estándar es lo más hipócrita que se puede ver hoy , elevado a escala de política exterior del «Primer Mundo» y esto cultiva y profundiza la ausencia de valores de validez más universal que las fronteras culturales (¿los Derechos Humanos?).

La política internacional debe dejar de ser la «pichanga del barrio» de las potencias, que auspician a uno u otro grupito, sin medir las consecuencias. Es tan terrorista esta muerte masiva e indiscriminada de gente en París, como el reguero de «víctimas colaterales» que nos han dejado los ejércitos y gobiernos occidentales en Irak, Afganistán, Libia y otros países, pese a los drones y supuestos ataques «quirúrgicos» de dudosa mayor precisión.

El mensaje ha sido claro hace rato: la vida humana no vale nada, «si no estás de acuerdo conmigo», una estupidez muy vieja en todo caso, no inventada por los terroristas actuales (¿Cárcel y tortura de árabes y afganos en Guantánamo?).

La violencia es estructural en la medida que se torna el modo de relación predominante entre países y pueblos, bajo una nueva ola de dominio y opresión. No esperemos que no nos salpique esto, eso es imposible por la cadena de la llamada globalización. Responsables, en mucho, son los mediocres políticos como Tony Blair, Aznar y otros que han mentido a sus pueblos y justificado invasiones y guerras recientes, de la mano de USA. Los que pagan, lo vemos, son los pueblos y las personas indefensas, origen y fin de toda la Historia.

También es cobardía y abuso la prepotencia de los imperios sobre otros pueblos……la diferencia por ahora es el modo en que se tiran las bombas, unos desde el aire con sofisticados aviones y otros con el cuerpo de fanáticos. Hay que desmontar este engranaje o la neobarbarie se instalará definitivamente, siempre hay margen para una acción más humana por una paz verdadera sostenida en la mayor justicia y el respeto a la autodeterminación de los pueblos: eso incluye a Palestina, a los Kurdos y al Tibet, sólo como notables ejemplos de naciones irredentas a mencionar, por culpa del juego de intereses internacionales de las potencias , de ayer y de hoy.

Si repudiamos el efecto, repudiemos también sus causas, o ¿ acaso tememos ir más lejos en el pensamiento que los funerales de las víctimas de ayer viernes en París? . Ser radical en el pensamiento es ir precisamente a las raíces del asunto, lo demás es lugar común de los obvios titulares de diarios de tercera categoría. Detrás de esta punta, yace aún el iceberg con mucha Historia, Esperanza y Dolor de los pueblos.

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