Los que dan el afrecho o Lagos 2018

Por Robinson Silva Hidalgo / resumen.cl

Hubo un Consejo Nacional del PPD hace pocos días, todo parecía tranquilo en la cita partidaria llevada a cabo en la comuna de Lo Prado, los mismos viejos de siempre, la misma estética televisiva con su escenografía, su podio y el comentarista a pie de cancha, en este caso el no por menos incombustible, infumable Francisco Vidal, en fin, lo de siempre, hasta que en la liturgia se menciona al ex mandatario Ricardo Lagos, como por arte de magia se abrió una brecha en el tiempo, y a los militantes les vino un aire noventero, los poseyó el alma de la vieja concertación y comenzaron a vitorear el nombre del vetusto presidente, cercano a los 80 años, como recordando los años mozos de campañas llenas de entusiasmo (y de dinero empresarial no fiscalizado).

El dador de afrecho, bueno, este grupo de funcionarios públicos y alguno que otro dirigente social bien colocado, es una tipología del militante partidario chileno, transversal a todos las tiendas políticas por lo demás, que ve en la figura de este señor la secreta esperanza de reverdecer laureles, esta lectura es tan obvia como patética, pero debemos hacerla ver, para que después no te digan que es el pueblo el que pide a gritos la vuelta del capitán Planeta, lo que vimos fue una operación mediática para intentar pasar la amarga página de Bachelet II y buscar seguir mamando de la teta hasta donde más se pueda, esto de la mortalidad de los humanos es un problema para los dadores de afrecho, bueno, será.

Me interesa que nos detengamos en los dadores de afrecho, los aclamadores, esa masa funcionaria que, con la guata bien llena de sushi y pisco sour, le importa un rábano que sea Ricardo Lagos el próximo candidato presidencial, si, el mismo de las privatizaciones, de la pérdida de soberanía en nuestra economía, colaborador irrestricto de las mafias empresariales que hoy vemos en crónica roja por colusión y financiamiento ilegal de la política, entre otras cuantas maldades que son tan repelentes como su estilo autoritario y añejo, a esa masa de funcionarios le importa un bledo el desastre ecológico de los territorios del país, la caótica situación laboral y de expolio de los trabajadores/as y así para que enumerar, ya ustedes saben.

Entonces, tenemos claro, con esta acción de caritativo afrecho, el sujeto político detrás de la Nueva Mayoría, o por lo menos un parte importante de ella, no está centrada en los conflictos actuales de nuestro país, menos en construir una idea de transformación para las mayorías populares, solo piensan en las diversas posibilidades que les ofrece la articulación de alternativas de poder, en eso se solazan y especulan, este tipo de personajes lo reconocerás porque siempre está visualizando posibles alianzas, pesando conflictos sociales para sacarles partido, tejiendo redes de clientes políticos en y para las diversas reparticiones públicas a las cuales tiene acceso, en fin, un verdadero especimen digno de estudio sociológico.

El dador de afrecho se hará más rabioso en la medida que se acerque alguna elección, lo verás de candidato a concejal o Core o como activo organizador de campañas, pero no temas, no es contagioso, lo recomendable es cagarse de risa cuando lo escuches decir Lagos 2018 y partir raudamente al terminal de buses, a comprar pasajes para el fin de semana de las elecciones.

Y lo de Lagos, ya, si no funciona, probarán con Insulza, con Allende, etcétera, cualquier afrecho es poco si se trata de continuar allí, al decir del viejo refrán mexicano: no pido que me den, sino que me pongan donde hay.

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