Se funda la Asociación Gremial Regional de Mujeres Rurales e Indígenas Protectoras de la Biodiversidad

Lirayén Reyes / Directora Nacional de ANAMURI- Frente de Jóvenes

«Tenemos nuestra mente y nuestras manos llenas de la semilla de la aurora, y estamos dispuestas a sembrarla en esta tierra y a defenderla para que dé frutos» E. Che Guevara.

El pasado viernes 29 de abril, fuimos convocadas por el Grupo Agroecológico Las Camelias de Quirihue, a reunirnos para compartir un Trafkintü en la Plaza de Quirihue, y acompañar el estreno en la comuna del documental La Ruta de las Semillas, en el que participaron compañeras de su organización y de diversas organizaciones y talleres agroecológicos de la región.

En este contexto fue que nos reunimos mujeres de organizaciones de base provenientes de siete territorios distintos de la región del Bio Bio: Quirihue, Coelemu, Ranguelmo, Lirquén, El Carmen, Quillón, San Nicolás; y aprovechando las energías del tiempo de la "luna de los brotes cenicientos", todas juntas dimos vida a la "Asociación Gremial Regional de Mujeres Rurales e Indígenas Protectoras de la Biodiversidad – REDMUBI A.G", que como organización regional, alza como bandera nuestros valores y principios políticos de la ANAMURI, nuestra Asociación Nacional, por la defensa de nuestros territorios, del agua, las semillas, la transformación de las relaciones entre los seres humanos y de nosotras(os) con la Madre Tierra.

Las organizaciones de base de mujeres productoras campesinas y huerteras, han llevado adelante una larga resistencia en los tiempos que corren, donde el modelo de agroindustria busca en la tierra sólo la generación de capitales, sin importar a qué costo. En este contexto la región del Bío Bío debe hacer frente al avance depredador de las forestales, que con sus pinos y eucaliptus secan las napas subterráneas, acidifican el suelo, desmineralizan la tierra, lavan las laderas de los cerros, generan derrumbes e incendios, y causan pérdida de biodiversidad, además del dramático impacto visual e identitario para miles de personas que se ven rodeadas de estos desiertos verdes.

En el caso de las semillas nativas y el auge del mercado de las semilleras transnacionales, es que los Trafkintü o Intercambios de semillas se vuelve una necesidad para las mujeres de las comunidades campesinas, indígenas, rurales y periurbanas, que buscan preservar y resguardar las semillas, autoabasteciendo de alimento a sus hogares y conservando especies nativas características de cada territorio, y sobre los cuales se edifican los pilares de las culturas locales.

Se vuelve urgente entonces, fortalecer el trabajo de formación y concientización dentro de nuestras organizaciones de base, con una pertinencia territorial y local, pero a la vez articuladas en nuestra organización regional, que dará fuerza al accionar conjunto. La construcción de un discurso y su difusión en la región, que defienda las prácticas ancestrales de hacer agricultura, sin depender de insumos externos, y respetando los ciclos de la tierra, es una forma de construir agroecología política que persiga la autonomía de las comunidades, en resistencia a los tratados de libre comercio y a la violencia del sistema capitalista neoliberal hacia la biodiversidad, lo que también es violencia hacia las mujeres.

Apuntamos a fortalecer nuestra acción apoyadas en la convicción profunda de transformar la sociedad, a partir de LAS SEMILLAS COMO PATRIMONIO DE LOS PUEBLOS AL SERVICIO DE LA HUMANIDAD.

¡DEFENDER LA TIERRA, HONRAR LA VIDA!

¡¡GLOBALICEMOS LA LUCHA, GLOBALICEMOS LA ESPERANZA!!

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