Una monja rompe los protocolos y se detiene a un costado del féretro del fallecido Papa Francisco, lugar reservado solo para cardenales, la foto recorre el mundo. ¿Quién es aquella moja de la mochila verde?
Por Joaquín Pérez
La monja de la mochila verde es la francesa Geneviève-Josèphe Jeanningros (82 años), sobrina de otra monja, Leonie Duquet, torturada y desaparecida en el centro clandestino de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) durante la dictadura militar Argentina.
Leonie Duquet fue secuestrada junto a la religiosa francesa Alice Dumon en diciembre de 1977, en lo que en la época se llamó el operativo de la Iglesia de la Santa Cruz. Un golpe represivo destinado a terminar con un grupo de familiares que posteriormente daría origen a la histórica organización de derechos humanos "Madres de Plaza de Mayo". Esta acción además costó la vida de tres mujeres precursoras de las Madres de la Plaza de Mayo: Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, también de otros siete militantes de la causa de los derechos humanos como: Ángela Auad, Gabriel Horane, Raquel Bulit, Patricia Oviedo, Remo Carlos Berardo, Horacio Elbert y José Fondevila, marco un hito en Argentina. A partir de estos crímenes, la población argentina conoció lo que denominarían "vuelos de la muerte".
En esta cacería fue fundamental el actuar de Alfredo Astiz, apodado "El rubio" o el "Ángel de la muerte", quien consiguió infiltrarse en el grupo haciéndose pasar por el hermano de un desaparecido.
El grupo de monjas, madres de desaparecidos y activistas de derechos humanos fue secuestrado y llevado hasta la ESMA, hoy Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como sitio de memoria. Allí, luego de ser salvajemente torturados, a las monjas francesas Alice Dumon y Leonie Duquet (tía de la monja que se acercó al féretro del Papa Francisco), se las obligó a posar con un bandera de la organización "Montoneros" (peronismo revolucionario), además de escribir una carta atribuyendo su secuestro a un grupo de izquierda opositor a la dictadura.
A finales de 1977, varios cuerpos aparecieron cerca de dos localidades costeras de la Provincia de Buenos Aires: Santa Teresita y San Bernardo. En agosto de 2005, un equipo de antropología forense anunció la identificación de los restos de siete personas enterradas como NN. Cinco correspondían a madres de desaparecidos y a las mojas francesas. Las autopsias revelaron que las fracturas que tenían eran compatibles con las causadas por una caída desde gran altura. Este hallazgo permitió demostrar la existencia de los denominados "vuelos de la muerte".
Jeanningros, la monja de la mochila verde junto al féretro del Papa, siempre se hizo cargo de su historia familiar y de la denuncia de las violaciones de derechos humanos cometidas durante la última dictadura cívico-militar en Argentina y del silencio cómplice de la iglesia católica. Siguió de cerca el juicio en Italia al "Plan Cóndor" (coordinación represiva de las dictaduras de Sudamérica) y el día que asumió el Arzobispo Bergoglio como Para Francisco, hizo notar su profundo malestar con la iglesia, escribiendo una carta al nuevo Papa haciéndole ver su responsabilidad y complicidad con los crímenes de la dictadura de Videla en Argentina.
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El 2005 cuando aparecieron los restos de las monjas, se realizó un entierro en la iglesia de la Santa Cruz de Buenos Aires, lugar desde donde fueron secuestradas. El funeral y entierro de las monjas en la iglesia molestó profundamente a la monja Jeanningros, como lo dejó manifiesto en un video compartido por sus compañeras de orden "Congregación de las Hermanitas de Jesús", donde señaló: «La iglesia estaba llena a reventar, pero no había ni un solo representante del obispado". La Orden de Jeanningros, es bastante particular, fundada en 1939 por la francesa Magdeleine Hutin (1898-1989), en sus comienzos se dedicada exclusivamente a población nómada y musulmanes, pero no para convertirlos.
Jeanningros veía que la alta curia católica en Argentina, no solo era cómplice de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, sino además de la impunidad y el negacionismo durante la democracia.
El Arzobispo Bergoglio y la Monja Jeanningros
Cuando en octubre de 2005 el Arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, visitó Roma por motivo de un "Sínodo de Obispos", la religiosa Geneviève-Josèphe Jeanningros, quien trabaja junto a su congregación en las afueras de la ciudad, le escribió una carta y le dejó un número de teléfono. Bergoglio la contactó y se reunió con ella, allí le dio las gracias por escribirle y le explicó que fue él quien autorizó que las religiosas desaparecidas fueran enterradas en la iglesia desde donde fueron secuestradas, pero la monja no quedó conforme e insistió en su reclamo.
Ocho años después, tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, el año 2013 Bergoglio y Jeanningros, volverían a encontrase, en la Iglesia de Santa Marta en Roma, donde vivió y murió el Papa, allí pronunció un discurso a favor de una iglesia de los pobres.
Geneviève-Josèphe Jeanningros, decidió dar una segunda oportunidad a Bergoglio, ahora Papa Francisco, en definitiva su tía dio la vida por una iglesia a favor de los más pobres. Durante los años fueron teniendo sucesivos encuentros, cada vez más frecuentes. Jeanningros visitaba al Papa y se hacía acompañar por trabajadores circenses, la comunidad LGTBQ, migrantes, en alguna ocasión visitó al Papa junto a grupo de travestis, siendo asesinada una de ellas posteriormente. Ella llevó la foto de esta persona al Papa cuando ello ocurrió y rezaron por ella.
En julio de 2024, el Papa Francisco visitó a Geneviève-Josèphe Jeanningros en el Luna Park de Ostia, a unos 30 kilómetros al suroeste de Roma, donde vive en una autocaravana junto a feriantes, trabajadores de circo, gente nómade. el Papa al llegar a su hogar señalo: «No pensé que tuvieran un Santísimo en el remolque».