La cita se llevó a cabo en Buenos Aires y abordó, a través de los testimonios de dos víctimas, la explotación perpetrada por el Opus Dei en la capital argentina. Según su relato, la trata de personas y el total adoctrinamiento en base a la servidumbre, fueron la tónica durante su obligada estadía al interior de la organización católica de ultraderecha.

Por Juan Contreras Jara

«43 Mujeres víctimas de trata» llevó por nombre el conversatorio realizado este miércoles en la Cámara de Diputados de la Nación, en Buenos Aires, Argentina, instancia que dio cuenta de los horrores y abusos padecidos por cuarenta y tres mujeres al interior de los círculos del Opus Dei en la capital trasandina.

Según informó el medio argentino, págin12, como invitadas y expositoras, participaron Elisa Carmona y Lucía Giménez, la primera argentina, la segunda paraguaya, ambas explotadas y abusadas desde los 13 años de edad por el Opus Dei.

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Tanto Carmona como Giménez eran niñas pobres, una de 13 y la otra de 15 años de edad, quienes relatan que, debido a su condición social, fueron explotadas por integrantes del Opus Dei durante décadas, dejando como evidencia en dicho conversatorio, que, «la obediencia era la norma».

«Una amiga de papá trajo la noticia de que en Buenos Aires había un colegio donde podíamos hacer la secundaria. Mis padres eran gente de palabra, por eso también confiaban en los demás. Nunca nos dijeron que era del Opus Dei», relató Elisa Carmona.

Luego de ser llevadas bajo engaño hasta las casas de integrantes del Opus Dei, fueron «capacitadas» para servir, para ser mucamas, para cocinando y como enfatiza la víctima, para «trabajar, trabajar y trabajar». Lo anterior, a cambio de la supuesta escolaridad que entregarían a las mujeres, provenientes de familias pobres de distintos puntos de Argentina.

Por su parte, Lucía Giménez, oriuda de Paraguay, comentó durante el conversatorio, que, «teníamos que hacer todo lo que ellos decían. Me trajeron sin documentos, con la cédula paraguaya. Me llevaron a una residencia para cocinarle a muchos hombres, yo terminaba molida».

La mujer, víctima del Opus Dei, agregó que, en su primer acercamiento con la secta de ultraderecha, «todo el tiempo hablaron de un colegio, nunca hablaron de Opus Dei. Me pareció una excelente oportunidad. A mis padres les dijeron que ellos nos iban a dar todo lo que necesitábamos».

Estos relatos son parte de las experiencias de 43 mujeres argentinas sometidas a los horrores de la secta religiosa con amplia conexión con las dictaduras latinoamericanas.

Cabe destacar que fue justamente el relato de estas 43 víctimas el que terminó por salpicar al Opus Dei a nivel mundial.

En agosto de 2022, mediante decisión del papa Francisco, les fue retirada la prelatura personal, que les hacía depender del pontífice, dejando de ser presidida por un obispo, tras 40 años de privilegios otorgados por Karol Wojtyla, más conocido como Juan Pablo II.

Esta determinación fue justamente fundada en las decenas de denuncias que evidenciaban casos de abuso sexual y explotación de distinto tipo contra niños, niñas y adolescentes al interior de la secta de ultraderecha.

Al igual que como ocurrió en Chile, durante la dictadura cívico militar, el Opus Dei se aprovechó de familias pobres para explotar niños, mediante la servidumbre y violencia sexual, llegando configurar uno de los capítulos más horrorosos del régimen en nuestro país, al interior de Colonia Dignidad.

En esta línea, el abogado de las 43 víctimas, Sebastián Sal, hizo hincapié en que, «todo esto se hizo en la época de la dictadura militar, cuando los derechos humanos no existían. En el 76, empezaron a recibir 40 millones de pesos mensuales como donativo para esta ‘escuela de mucamas».