Nikos Iannopulos, miembro de Syriza y activista de Diktio, la mayor red por los derechos sociales de Grecia ha comparado la política con la bicicleta: si retrocedes o te quedas parado te caes.
Muchos pensaban que Syriza estaba manejando mal la bicicleta y se podía caer. La primera sorpresa fue cuando se alió, para formar gobierno, con un partido de derecha. Evidentemente habría sido mucho mejor que Syriza hubiera obtenido la mayoría absoluta, sin necesidad de formar gobierno con ANEL. Pero a lo que parece no tenía muchas alternativas. Lo otro era llamar a nuevas elecciones. Por otro lado, como aclara el diputado Costas Lapavitsas: "ANEL es, básicamente, lo que en Grecia llamamos una derecha popular: tradicionalmente estatista, escéptica en relación al gran capital, y nacionalista y conservadora con una "c" minúscula".
Luego fue la firma del acuerdo con lo que antes se llamaba la Troika y ahora se llama "las instituciones". Más allá de los términos utilizados, en los primeros acuerdos alcanzados entre el Eurogrupo y el gobierno de Tsipras, el gobierno se compromete a reembolsar la deuda de forma integral y en los plazos previstos a los acreedores. Esto constituyó una marcha atrás en relación a los compromisos adquiridos ante el pueblo griego.
Manolis Glezos fue muy duro en esa oportunidad. Le pidió perdón al pueblo griego por haber contribuido a crear una ilusión. Luego recordó: «entre opresor y oprimido no puede haber compromiso, lo mismo que es imposible entre ocupado y ocupante. La única solución es la libertad». Glezos no es cualquier militante más de Syriza. Es un héroe nacional. Se recuerda cuando el 30 de mayo de 1841 subió a la Acropolis a traerse abajo la bandera nazi en plena ocupación. Fue condenado a muerte en ausencia.
Pero el acuerdo sobre la deuda será valido solo mientras se realiza la auditoría para determinar que partes de esta deuda son ilegitimas, ilegales, odiosas o insostenibles. Para aclarar estos conceptos se puede consultar el artículo de Eric Toussaint en publico.es (Ver el enlace más abajo).
Esta auditoría viene precedida de una serie de informes que ya nos permiten saber que los bancos privados europeos aumentaron con intensidad sus créditos a Grecia entre finales de 2005 y 2009 (los créditos se incrementaron en más de 60.000 millones de euros, pasando de 80.000 millones a 140.000 millones), sin considerar la capacidad de Grecia para devolverlos. En un documental difundido recientemente por Arte, M. Batista afirma que todos los administradores del FMI sabían antes de votar la concesión del préstamo que éste servía en realidad para «salvar a los bancos franceses y alemanes, no a Grecia».
El profesor de Derecho, Andreas-Fischer-Lescano, comisionado por la Cámara de Trabajo de Viena, demostró por su parte, de manera irrefutable, que los programas de la Troika son ilegales en virtud del derecho europeo y del derecho internacional. Las medidas definidas en los programas de ajuste a los que Grecia fue sometida y las políticas concretas que son la consecuencia directa de ello violan una serie de derechos fundamentales, tales como el derecho a la sanidad, a la educación, a la vivienda, a la seguridad social, a un salario justo, pero también a la libertad de asociación y a la negociación colectiva.
Pero, además, esta auditoría, no ha sido encargada a cualquier economista. La responsabilidad cae sobre Eric Toussaint. Él es portavoz del CADTM: Comité por la anulación de la deuda del Tercer Mundo y autor de varios libros que cuestionan la política de la deuda. Para ver sus artículos y libros (varios de ellos en versión pdf) puede visitarse la página del CADTM: http://cadtm.org/rubrique1. Para ver su posición sobre la deuda griega su artículo en http://blogs.publico.es/otrasmiradas/4224/por-que-se-debe-realizar-una-auditoria-de-la-deuda-en-grecia/
Por Daniel Mathews para Resumen.cl