Según Roger Waters, hay músicos estadounidenses que apoyan el boicot a Israel en la cuestión de los derechos de los palestinos pero están aterrorizados de hablar por temor a ver sus carreras destruidas.
El líder de Pink Floyd -destacado partidario de la campaña de boicot, desinversión y sanciones (BDS) contra Israel desde su creación hace 10 años- dijo que la experiencia de verle constantemente etiquetado de nazi y antisemita asustó a la gente y la llevó al silencio.
«La única respuesta al BDS es que es antisemita», dijo Waters a The Independent , en su primera entrevista importante en el Reino Unido sobre su compromiso con el activismo israelí. «Lo sé porque he sido acusado de nazi y antisemita durante los últimos 10 años.
«Mi afán ha sido particularmente insistente para levantar una voz [contra Israel]. Estamos Elvis Costello, Brian Eno, Manic Street Preachers, yo y una o dos personas más, pero no hay nadie en los Estados Unidos, donde vivo. He hablado con muchos de ellos y están cagados de miedo.
«Si dicen algo en público, se quedarán sin carrera. Los destruirán. Tengo la esperanza de animar a algunos de ellos a dejar de estar asustados y ponerse de pie y sumarse, porque los necesitamos. Los necesitamos desesperadamente en este debate de la misma manera que necesitábamos a los músicos para unirse a los manifestantes contra la guerra de sobre Vietnam».
Waters comparó el tratamiento de Israel a los palestinos con la Sudáfrica del apartheid. «La forma en que el apartheid de Sudáfrica trató a su población negra, pretendiendo que tenían algún tipo de autonomía, era una mentira», dijo.
«Al igual que es una mentira que existe alguna posibilidad en la actual situación actual de que los palestinos logren la libre determinación y alcanzar, al menos, un Estado de derecho en el que puedan vivir, criar a sus hijos y emprender sus propias industrias. Se trata de una antigua civilización, brillante, artística y muy humana que está siendo destruida delante de nuestros ojos».
Un viaje a Israel en 2006, durante el cual Waters había planeado hacer un concierto en Tel Aviv y era al final de la etapa europea de su gira para presentar El lado oscuro de la Luna en vivo, transformó su visión de Oriente Medio.
Después de hablar con los artistas palestinos, así como con manifestantes contra el Gobierno israelí, quienes le han pedido que se utilice el concierto como una plataforma para hablar contra de la política exterior de Israel, Waters cambió el concierto en el parque Hayarkon de Neve Shalom, un pacífico pueblo árabe israelí. Pero a medida que las entradas se iban vendiendo, el público seguía siendo enteramente israelí judío.
Waters dijo: «Fue muy extraño presentarnos para audiencias completamente segregadas, porque no había palestinos allí. Sólo había 60.000 judíos israelíes, que no podría haber sido más acogedores, agradables y leales a Pink Floyd. Sin embargo, dejó una sensación incómoda».
Viajó por las ciudades cisjordanas de Jenin, Ramala y Nablus, viendo cómo se segregaron las dos comunidades y también visitó el muro que separa Israel de los territorios ocupados utilizando un pulverizador para dejar un mensaje firmado de su trabajo más conocido The Wall, que decía: «no necesitamos ningún control del pensamiento».
Waters se unió pronto al movimiento BDS, recibiendo el oprobio y la condena por haberse atrevido a hacer algo por lo que tan pocos músicos se la juegan. «Estoy contento de haberlo hecho», dice, mientras la gente en Israel es «tratada de manera muy desigual en función de su origen étnico. Los ciudadanos israelíes palestinos y los beduinos son tratados completamente diferente de los ciudadanos judíos. Hay entre 40 y 50 leyes diferentes dependiendo de si son o no judíos».
Waters sabía que sería abucheado por los críticos, pero es la acusación de nazi loa que considera más absurda, sobre todo teniendo en cuenta que su padre, el teniente Eric Waters que pertenecía al 8º Batallón Real de Fusileros murió a los 31 años en una batalla contra los nazis en Anzio, Italia, a principios de 1944. Su cuerpo nunca se encontró, pero su nombre se conmemora en el cementerio del Commonwealth War Graves en Montecassino.
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El dolor de no haber conocido a su padre, que murió cuando Waters tenía cinco meses, influyó en algunas de las canciones más famosas de Pink Floyd.
«Hay veteranos que llegan a todos mis conciertos y me reúno con ellos. En un concierto en 2013 un veterano se me acercó, tomó mi mano y sin soltarla me miró a los ojos… apenas te puedo decir esto sin emocionarme. Me dijo: ‘Tu padre habría estado orgulloso de ti'».
«Mi padre murió luchando contra los nazis, mi madre [una gran luchadora por el desarme mundial y fuerte partidaria del laborismo] dedicó su vida a hacer todo lo posible para crear un mundo más humano».
«Nos estamos haciendo preguntas que nunca nos habíamos hecho hasta hace un par de años, que están provocando la ira del lobby israelí que cae sobre la gente como yo y todos los demás que se atreven a cuestionar y criticar.
«[El lobby israelí] está decidido a no permitir el desarrollo de un debate para que la gente pueda escuchar y es por eso que nos acusan de nazis. Esta idea de que el BDS es el extremo delgado de una especie de cuña genocida nazi que termina en otro Holocausto, bueno no es así».
Nick Mason, batería de Pink Floyd, escribió acerca de Waters en su autobiografía: «Una vez que ve una confrontación como necesaria, se siente totalmente comprometido a ganar todo lo que lanza al combate y esto puede ser bastante aterrador».
El embajador de Israel entrante en el Reino Unido, Mark Regev, exportavoz de Benjamín Netanyahu, parece ser el siguiente hombre en la mira de Waters en «esta batalla de las palabras».
«Les puedo decir lo que Mark Regev va a decir acerca de cualquier situación. Va a decir: «¿Qué haría usted si sus hijos estuvieran siendo sacrificados por los terroristas? ¿No tenemos derecho a defendernos? ‘ Y ese es el mantra», dijo Waters.
Waters resalta el creciente activismo en los campus universitarios de Estados Unidos -a menudo de los estudiantes judíos- como razones para el optimismo de que el statu quo puede cambiar en el transcurso de su vida. A menudo escribe cartas a aquellos alumnos que, dijo, se implican para desempeñar un papel tan importante en el futuro de Israel como el que los manifestantes contra la guerra de Vietnam jugaron para influir en la política exterior estadounidense en los años 1960 y 1970.
«Hace que mi corazón cante al ver estos jóvenes organizándose y yo los aplaudo por tomar una posición en lo que creen frente a tan enorme oposición», dijo.
«Se trata de jóvenes valientes y no pueden ser comprados. Creen en su empatía y amor por los demás seres humanos. No creemos en la construcción de muros. Es muy importante entender la mutua humanidad y cooperación entre nosotros para crear un lugar mejor para nuestros hijos y nietos».
Traducido del inglés para Rebelión por J. M