[resumen.cl] Arnolfo Cid es un escritor chorero avecindado en Concepción. Ha publicado el libro de cuentos «Perversiones en la Ciudad» y «Poesía para antes de Tirar la Cadena», impresos por la editorial en que el mismo trabaja. Los relatos, como él afirma intentan «incomodar, dialogar en cuanto a aquello que tenemos internalizado como normal», a través de denuncias y reflexiones respecto a las miserias propias de la pobreza, el capitalismo y su cultura.
Resumen conversó con Arnolfo sobre las razones de su trabajo y las situaciones que lo han determinado. Aquí están nuestras interrogantes y sus respuestas.
Algunos poemas y varios cuentos parecen evocar lugares y calles de Talcahuano, específicamente el sector Arenal y la calle Bilbao. Si es así, cuál es la importancia que tienen estos lugares para ti.
Sin duda estos espacios forman los escenarios donde transcurren algunas de las historias, sobre todo algunos cuentos de Perversiones en la Ciudad. "La arenal", Bilbao, San Vicente, el puerto, la Partal, La Libertad son los lugares donde crecí y me mal crié. Específicamente el barrio que se forma junto a la calle Bilbao, es el centro comercial antiguo de Talcahuano, la calle, no extensa, comienza en la antigua estación Arenal y desemboca en calle Colón, punto de la bohemia antigua del puerto. Junto a Colón dos manzanas repletas de locales nocturnos, que vivieron su esplendor por más de cuatro décadas, hoy negándose a desaparecer. Sus calles en el día eran transitadas por la gente que visitaba el comercio, los camiones que se dirigían a los puertos a descargar, los camiones que transportaban cargas repletas de jurel. Trenes que llevaban el acero, etc. De noche se transformaba, sus calles se iluminaban de colores, vestidos cortos con lentejuelas despegadas, marineros con ojos rasgados, marineros gringos, pescadores, ñokos, portuarios, huachipatinos, etc. En fin, una diversa fauna nocturna donde sucedían innumerables historias. El barrio en sí responde a la esencia misma de un territorio como el puerto, que se enriquece a partir de la destrucción de este mismo, succiona sus recursos, vive la vida loca, y envejece. Hoy en día decadente y sombrío. Un barrio que ni el mismo terremoto pudo rejuvenecer.
Los cuentos tienen a personajes que representan a gente común. Sus particularidades devienen de la exploración que haces de sus pensamientos, sentimientos y vivencias. ¿De qué manera los vas construyendo? ¿Cuáles son los elementos que van orientando tu creación?
La mayoría de los personajes encarnan a gente común, que uno ve constantemente al transitar por las calles, sin embargo la complejidad no está en lo evidente. La idea es poner a esos personajes frente a las distintas problemáticas. Darles carne, darles verdad, confrontarlos en sus vivencias. Para aquello, debes ir a buscarlos, conocer su intimidad. Cómo hablan, cómo se visten, cómo caminan, a qué huelen, qué les molesta, con qué sonríen y con qué se enervan. Es un tema muy importante éste, para que no sean solo caricaturas. La idea es que se sienta la vivencia que se pretende mostrar. Que se provoque la ternura, la rabia, la pena, etc. En definitiva los personajes, al menos en lo que yo hago, deben ser reales. Por ende te conviertes en un constante observador, en un intruso de intimidades, se debe tener presente todas las sutilezas que se ameriten.
En tus textos hay una constante crítica a la cultura capitalista, a sus valores y su sentido común. ¿Qué intentas provocar con tus cuentos y poemas en los lectores?
Los cuentos de Perversiones en la Ciudad nos ponen en situaciones de confrontación frente a la moral imperante, la mayor parte de las historias quedan abiertas e invitan al lector a participar desde sus propios valores en los desenlaces de los conflictos. Pretenden incomodar, dialogar en cuanto a aquello que tenemos internalizado como normal y las situaciones crudas, sórdidas que se presentan. ¿Quiénes robaban? Los gatos o las pesqueras que casi extinguieron el jurel. ¿Quiénes son ladrones? ¿Los peñi que sacan la madera de los fundos de las forestales?
Poesía para antes de Tirar la Cadena son síntesis más directas, también busca incomodar, generar la reflexión pero de una forma más dura con el lector. En su conjunto es un vómito, un desprendimiento de la construcción cultural capitalista patriarcal, una constante denuncia. Pero sobre todo directa, entendible para el común de las personas.
Las personas pueden recordar, imaginar o ensoñar situaciones, pero no muchas las desarrollan y plasman en una narración. ¿Qué circunstancias o razones te indujeron a escribir? ¿Cómo fue tu proceso de aprendizaje? Si es que tienes, cuáles son tus referentes literarios y qué valoras de ellos?
Desde pequeño armaba mundos, generalmente jugaba solo, creando historias en las cuales participaban una serie de personajes, héroes y villanos. Los juegos que armaban tenían continuación, una especie de serie de varios capítulos. Luego cuando descubro el teatro me doy cuenta que puedo seguir jugando como cuando niño. Pero en ese momento los héroes y villanos eran más complejos. Existían, eran reales, caminaban por ahí igual que yo. Di el salto de jugar mis historias con juguetes, a escribirlas y algunas veces representarlas. Cuando estudiaba ingeniería en la UBB [Universidad del Bío Bío] ingresé al teatro, conocí a la que fue mi directora por más de diez años Ximena Ramírez. Ella me presentó otro mundo, el de la realidad y sus símbolos. Las historias micro representaban todo un mundo gigante. Leí a [Juan] Radrigán y veía a mi gente, me enamoré de la dramaturgia de Jorge Díaz, un weón pesao. Bertolt Brecht y el conflicto antagónico de clase. La poesía de Gabriela, la crudeza de Bukowski. La despreciada sociología. Pero sobre todo la observación de mi mundo inmediato.
«Los Gatos» es un cuento dedicado a quienes fueron conocidos por ese mismo nombre. Muchachos que, para subsistir y para el consumo de la población, sacaban una ínfima parte de la pesca del jurel que era trasladada en camiones desde los sitios de desembarque hasta las plantas procesadoras, donde este nutritivo pescado se convertía en harina para alimentar chanchos, gallinas y salmones de criadero. Por mucho tiempo se sostuvo una constante campaña de criminalización en su contra que cesó con la detención y encarcelamiento de muchos de ellos. Hoy, prácticamente, no queda jurel. Los desembarques, alcanzan exiguas cantidades en comparación a lo capturado antes de 1994. ¿Por qué hiciste este cuento? ¿Qué representan Los Gatos para ti?
Cuando tenía como 8 años fui a cantar con el coro de la escuela 5 a la cárcel de Talcahuano que estaba al costado de la estación de trenes, quedé impactado al ver a muchos cabros ahí presos, todos pelados. Y recuerdo un chiste que hizo un gendarme y que quedó en mi memoria, "eso es lo que pasa por robar pescao". A mí se me quedó grabado. Obvio que todos los que estaban escuchando el coro no estaban encanados por ser gatos. Pero sí había muchos. Y las calles en ese entonces estaban repletas de gatos. Con mis amigos recorríamos los ahumaderos y veíamos a algunas de sus mamas vender el ahumao en la feria. Más crecido y al entender todo lo que significó el jurel en Talcahuano, empiezas a entender la importancia política que tuvieron éstos. Siempre quise reivindicar su historia y romper con la facilista criminalización. Hoy en día creo que es necesario masificar este tipo de historias. Los gatos generaron una economía informal de sobrevivencia en plena dictadura militar y todo lo que ello significa. Muchos fueron encarcelados, algunos muertos y otros quedaron inválidos al caer de los camiones. Con mucho respeto traté de revivir esas historias.
«Los Gatos», «Doble Dragon» y «Te felicito» son cuentos donde pareciera que evocas experiencias de alguna adolescencia, tuya o de cercanos a tí. Si es así, qué relevancia tienen éstas en la realización de estos relatos.
Perversiones en la Ciudad, es un libro que en su conjunto evoca espacios y personajes que emergen de épocas distintas. «Los Gatos», es un rescate histórico que hago desde los ojos de mi niñez, algunos de esos personajes fueron cercanos de algún modo a mí. Los Gatos, cuando era niño, eran para mí una especie de superhéroes, una especie de Robin Hood. Mucha gente salía a recoger el jurel que ellos lanzaban de los camiones. El jurel, creo que para muchos, formó parte esencial en nuestra alimentación.La sobrevivencia es un tema central ahí.
«Double Dragon», es el encuentro con la calle más "piante", el barrio donde me mal crié, el barrio de los ñocos, las putas, los travestis, las iglesias, los choros, los brígidos, de los pacos, de los ratis. Un mundo oscuro, donde los niños eran lanzados ahí, a sobrevivir bajo códigos muchas veces de crueldad. El neoprén iba en retirada y se le daba la bienvenida a la pasta, niños y niñas se prostituían. En las tardes desfilaban autos subiendo a niñas y niños que chupaban el pico por quinientos pesos, mientras otros jugaban a la pelota en la calle. Double Dragon y Prostitutas es el resultado de entrelazar una serie de historias, muchas reales y otros mitos que escupían sus calles.
«Te felicito», es un relato popular, folclore de la calle que yo patudamente adapto y los transformo en uno de mis cuentos. Pero eran de esas historias que se escuchaban en los velorios y donde te matabas de la risa junto al finao, algo reloco.
Tú también trabajas en una editorial, de hecho has publicado tus libros en ella (Kurrakewün). Si consideras que el Segundo Estudio de Competencias Básicas de la Población Adulta, publicado en septiembre de 2013, afirmó que "un 44.3% de la población adulta en Chile se encuentra en una situación de analfabetismo funcional en textos». ¿Cuáles son los alcances que, según tu opinión, tiene la producción de textos en este contexto y qué acciones crees que puede desarrollar una editorial para transformarlo?
Desde aquellas imágenes de milicos quemando libros, existe un asesinato entre otras cosas del proceso educativo popular. En la época donde crecí y en mi condición social, los únicos libros a los cuales tenía acceso, eran los que te pasaban en la Escuela, y que debías devolver a fin de año, porque su uso estaba pensado para tres generaciones. Hoy en día lo plástico, la basura está instalada. El acceso a la información está al alcance de todos o de la mayoría. Pero creo, que lo que tiene que ver con los libros, la gente común lo asocia a un mundo lejano, que no les pertenece, la intelectualidad y esas mierdas. Yo en lo particular busco acercarme en lenguaje e historias a aquel mundo reflejarlo y difundirlo. Y como editorial nos proponemos, aún sin grandes logros, generar un espacio para que las personas que escriben, puedan publicar desde la lógica de la autogestión. Y con expectativas de difusión hacia aquellos mundos que están en nuestros propios espacios que frecuentamos y desde donde emergen las historias.
¿Cuáles son tus proyectos más urgentes?
Lo más próximo en cuanto ha escritura es lanzar mi tercer libro, una novela corta: "Entre Cuervos, Jotes y Otras Aves de Rapiña", donde abordo el tema de la reproducción. Está la idea de realizar trabajos audiovisuales de un "piño" de personas que hace poesía desde lo marginal y por sobre todo tratar de posicionar la editorial como espacio para la materialización de trabajos de escritores "marginales".