[resumen.cl] El trabajador e integrante de la Asociación de Víctimas del Asbesto realizó su inmolación en las afueras de La Moneda producto de la irresponsabilidad empresarial y estatal que, hasta esa fecha, había cobrado la vida de 300 personas que aspiraron el mineral durante sus años de trabajo.
El 30 de noviembre de 2001, cerca del medio día, Eduardo Miño, trabajador y militante del Partido Comunista, se inmoló en las afueras de La Moneda en un acto de protesta que marcó la memoria del país.
Minutos antes, Miño entregó a las y los transeúntes copias de una carta en la que señalaba los motivos que lo llevaron a realizar dicha acción.
Esa jornada, el trabajador de 50 años se causó una herida en su abdomen para luego empaparse con líquido inflamable y prenderse fuego en el lugar, siendo apagado por funcionarios de Carabineros y trasladado a un recinto de salud, falleciendo en este pasada la medianoche.
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Las motivaciones de Miño se centraron, indica su carta, en las negligencias e irresponsabilidades para con las víctimas del asbesto, mineral que, al ser inhalado, provoca grandes enfermedades para las personas.
Así, Miño, integrante de la Asociación de Víctimas del Asbesto, daba a conocer que, a la fecha de su muerte, ya habían fallecido 300 personas producto del cáncer generado por aspirar el mineral.
En este sentido, indicó la responsabilidad de cuatro actores: la criticada industria Pizarreño, quien no protegió a los trabajadores; la Mutual de Seguridad; los médicos de la Mutual; y al Gobierno de turno -liderado por Ricardo Lagos- al no realizar labores de fiscalización ni apoyo a las víctimas.
La inmolación de Miño fue producto de una serie de irresponsabilidades empresariales y estatales que dejó en el abandono a cientos de personas, dotando de impunidad a sus propios organismos institucionales y cargando la responsabilidad sobre los trabajadores.
En este marco, pese a que el mismo año 2001 se prohibió el uso del asbesto en Chile, son miles quienes han muerto -y viven- con las consecuencias de exponerse al mineral producto de la irresponsabilidad, avaricia y negligencia producida no solo por las empresas, sino que también al alero de un Estado e institucionalidad pasiva.
A continuación, puedes leer la carta entregada por Eduardo Miño a las y los transeúntes:
A la opinión pública:
Mi nombre es Eduardo Miño Pérez, carné de identidad 6.449.449-K de Santiago. Militante del Partido Comunista. Soy miembro de la Asociación Chilena de Víctimas del Asbesto. Esta agrupación reúne a más de quinientas personas que están enfermas y muriéndose de asbestosis, participan las viudas de los obreros de la industria Pizarreño, las esposas y los hijos que también están enfermos, solamente por vivir en la población aledaña a la industria.
Ya han muerto más de 300 personas de mesotelioma pleural, que es el cáncer producido por aspirar asbesto. Hago esta suprema protesta denunciando:
1.- A la industria Pizarreño y su holding internacional, por no haber protegido a sus trabajadores y sus familias del veneno del asbesto.
2.- A la Mutual de Seguridad por maltratar a los trabajadores, enfermos y engañarlos en contra de su salud.
3.- A los médicos de la Mutual por ponerse de parte de la empresa Pizarreño y mentirle a los trabajadores no declarándoles su enfermedad.
4.- A los organismos de Gobierno por no ejercer su responsabilidad fiscalizadora y no ayudar a las víctimas. Esta forma de protesta, última y terrible, la hago en plena condición física y mental como una forma de dejar en la conciencia de los culpables el peso de sus culpas criminales. Esta inmolación digna y consecuente la hago extensiva también contra: Los grandes empresarios que son culpables del drama de la cesantía, que se traduce en impotencia, hambre y desesperación para miles de chilenos. Contra la guerra imperialista que masacra a miles de civiles pobres e inocentes para incrementar las ganancias de la industria armamentista y crear la dictadura global. Contra la globalización imperialista hegemonizada por Estados Unidos. Contra el ataque prepotente, artero y cobarde contra la sede del Partido Comunista (PC) de Chile. Mi alma que desborda humanidad ya no soporta tanta injusticia.