Este lunes se cumplió un año del regreso al poder de los talibanes a Afganistán, tras vencer a las FFAA respaldadas por EEUU y el fracaso de su ocupación. Desde Naciones Unidas, señalan su preocupación por la situación de las mujeres y niñas del país ante el sometimiento a las políticas del fundamentalismo islámico.

Por Alejandro Baeza

El pasado lunes 15 de agosto se cumplió un año de la toma del poder por parte de los talibanes en Afganistán, así como de las imágenes de personas intentando escapar desesperadamente de la forma que fuera del país, incluso en aferrados a las ruedas de un avión en el aeropuerto de Kabul, con las lamentables consecuencias que el mundo entero se lamentaron.

En estos grupos habían personas que trabajaron en profesiones que podrían haber sido sancionadas por la visión talibán, colaboradores de las fuerzas de ocupación y principalmente mujeres.

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Por eso desde el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa) instaron este lunes a la comunidad internacional a no olvidar a las mujeres y niñas del país. Su directora, Natalia Kanem, indicó en un comunicado que aunque el mundo se enfrenta a numerosas crisis que se superponen, no se debe olvidar a las mujeres y niñas afganas, a quienes les son negados sus derechos básicos.

Kanem señaló que sufren una «erosión continua» de derechos como el acceso a la educación y la salud. La directora indicó que Afganistán "se encuentra inmerso en una profunda crisis económica y humanitaria. El aumento vertiginoso de los precios de los alimentos y la energía, exacerbado por la sequía y la guerra en Ucrania, ha provocado que alrededor del 95 por ciento de la población y casi todos los hogares encabezados por mujeres no tengan suficiente para comer".

Por su parte, desde ONU Mujeres denunciaron que las autoridades del Talibán han construido políticas de desigualdad, ante lo cual "debemos seguir alzando la voz de las mujeres y niñas afganas que luchan todos los días por su derecho a vivir libres y en igualdad", según comentó su directora, Sima Bahous.

Además, se ha reportado un aumento de la violencia contra las mujeres. Según datos de la ONU, una de cada diez mujeres ha sufrido violencia por motivos de género.

Sin embargo, los funcionarios talibanes dicen que las mujeres siguen trabajando. Quienes lo hacen son principalmente personal médico, educadoras y trabajadoras de seguridad, incluso en el aeropuerto, en espacios frecuentados por mujeres, consigna la BBC.

Los talibanes también enfatizan que las mujeres, que llegaron a ser una cuarta parte de los empleos del Estado, todavía reciben un pago, aunque una pequeña fracción de su salario y son supervisadas por guardias que vigilan el uso «correcto» del velo que cubre su rostro.

Además, la mayoría de las escuelas secundarias para mujeres están cerradas por orden de los principales clérigos ultraconservadores de los talibanes, a pesar de que muchos afganos, incluidos miembros talibanes, han pedido que se vuelvan a abrir.

No obstante, este ambiente de represión no ha sido impedimento para que las mujeres afganas se manifiesten en las calles exigiendo se respete sus derechos, con el riesgo que implica aquello para su propia seguridad física. Así ocurrió este sábado, donde un grupo de alrededor de 40 mujeres protestó este sábado en la capital del país frente al Ministerio de Educación el capital del país, Kabul, con la histórica consigna «Pan, trabajo y libertad».

«Protestamos hoy para elevar nuestras voces contra los talibanes, pero después de que llegásemos empezaron a abrir fuego para separar a los miembros de la manifestación y ahora estamos escondidas en una farmacia», afirmó una de las manifestantes en un registro audiovisual viralizado en las redes sociales.

Las fuerzas talibanes respondieron con disparos al aire, para luego detener tanto a las mujeres que protestaban quienes se exponen a gravísimas reprimendas por parte del poder fundamentalista.