[resumen.cl] Son 5 800 trabajadores y trabajadoras de un centro de distribución de Amazon en Bessemer, Alabama, quienes están en proceso de formación del primer sindicato de la historia de la megacompañía de Jeff Bezos, caracterizada por su política contraria a la organización sindical.
«Jennifer Bates deja su lugar en el almacén de Amazon en que labora, para ir a comer, el reloj empieza a correr. Tiene exactamente 30 minutos para llegar a la cafetería y regresar de su receso. Eso implica atravesar un almacén del tamaño de 14 campos de fútbol americano, lo que le cuesta tiempo valioso. Bates también evita llevar comida desde casa porque calentarla en el microondas le tomaría aún más tiempo, así que opta por un emparedado frío de cuatro dólares de la máquina expendedora y se apura a ocupar nuevamente su puesto.
Si lo logra, tiene suerte. En caso de no lograrlo, Amazon podría reducirle su salario, o peor aún, despedirla.»
Es este tipo de condiciones laborales, citada por el medio mexicano Excelsior, las que han dado pie a la organización de los trabajadores y trabajadoras para crear el mayor intento sindical en la megacompañía desde su fundación en 1995. Paradójicamente, ocurre en Alabama, uno de los estados con menor protección laboral y sindical de EEUU.
Amazon, una de las empresas más grandes del mundo y que tiene a su dueño, Jeff Bezos, como la persona con más dinero en el planeta, ha intentado a toda costa aplazar la votación para la conformación del sindicato en Bessemer, llegando incluso a exigir votación presencial, en medio de la crisis sanitaria.
La compañía además controla la cantidad de paquetes hechos por jornada, si son pocos hay advertencia y luego despido, una situación de precarización poco vista en Estados Unidos.
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Jennifer Bates asegura que debe permanecer de pie la mayor parte de su jornada laboral de 10 horas, mientras empaca y desempaca productos. Junto a su reclamo por los horarios de comida, afirma que también sus visitas al sanitario son supervisadas, incluso tomar agua o a buscar un nuevo par de guantes de trabajo.
En 2020, Amazon despidió a Christian Smalls, un trabajador que encabezó una movilización en un almacén en Nueva York solicitando mejores condiciones sanitarias de trabajo en relación a los cuidados por la pandemia y a todos quienes se sumaron a la huelga. Un ejecutivo de Amazon renunció en protesta en la primavera del año pasado, señalando que no podía permanecer en la compañía mientras sus empleados estaban siendo silenciados.