La Corte Suprema confirmó el viernes pasado, en fallo unánime, la condena al comando operativo del Centro de Inteligencia Regional, CIRE, por el secuestro y desaparición forzada del militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, Rudy Cárcamo Ruiz.
Rudy Cárcamo fue secuestrado desde su hogar en Talcahuano la medianoche del viernes 27 de noviembre de 1974 y recluido en la Base Naval de Talcahuano de la Armada de Chile.
Allí fue torturado hasta la muerte en los camarines -utilizados como calabozos- del Estadio Francisco Acosta del complejo deportivo de la Base Naval, contiguo al Gimnasio techado y al acceso al astillero de Asmar. Su cadaver fue inhumado en los jardines del Museo Hualpén y posteriormente exhumados sus restos en la denominada "Operación Retiro de Televisores", ordenada personalmente por el déspota, como se acreditó en el proceso judicial.
Los condenados son: el Jefe del Departamento de Inteligencia de la Armada, Ancla Dos, capitán de fragata Hugo Nelson González D'Arcangeli: 5 años y un día de presidio; Ayudante del Jefe del Departamento de Inteligencia, teniente de mar, Víctor Ernesto Donoso Barrera: 5 años y un día de presidio; capitán de Carabineros Conrado Alfredo Sesnic Guerricabeitia 5 años y un día de presidio; Inspector del ex Servicio de Investigaciones de Chile, actual PDI, Osvaldo Francisco Harnish Salazar: 5 años y un día de presidio; y, finalmente, el teniente segundo de la Armada José Raúl Cáceres González: 5 años y un día de presidio. Todas las condenas sin beneficios, es decir, deberán cumplir las penas de presidio efectivamente. Fueron condenados, además, a las penas accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos.
Los grados militares y policiales mencionados son los que tenían a la fecha del secuestro. Por sus servicios represivos luego alcanzaron altos grados en sus instituciones.
En Concepción, tanto el ministro en visita extraordinaria don Carlos Aldana Fuentes, como la Corte de Apelaciones, los habían condenado a 541 días de reclusión, con el beneficio de remisión condicional de la pena, es decir, la cumplirían en prisión sólo en el caso que cometieran un nuevo delito. En resumen, una sentencia irrisoria; en los hechos impunidad judicial para los criminales.
La Corte Suprema, sin embargo, en fallo dividido, elevó la condena a cinco años y un día de presidio efectivo y a la inhabilitación a perpetuidad de sus derechos políticos. El ministro Milton Juica estuvo por elevarlas a diez años y un día, en atención a la naturaleza y gravedad del ilícito investigado, en tanto que el ministro Hugo Dolmestch estuvo por mantener las penas de primera instancia de 541 días, remitidas condicionalmente.
Los Centros de Inteligencia Regional fueron creados en 1974 a lo largo del país y funcionaron en aquellos lugares a los que no llegaba la DINA, pero en coordinación con ella. Los integraban los departamentos de inteligencia de las distintas ramas de las fuerzas armadas, Carabineros e Investigaciones. En Concepción tuvo sus dependencias clandestinas en el tercer piso de la esquina de Barros Arana con el pasaje Portales, en los altos de la que fuera la «rotisería Pujol», actual Banco Banefe. Su comandante fue siempre un teniente coronel de ejército y su comando operativo lo integraban los actualmente condenados y el capitán de carabineros Sergio Arévalo Cid, todos ellos en calidad de jefes de un numeroso contingente de marinos, infantes de marina, suboficiales y tropa del ejército, carabineros y policía civil.
Desde su creación en 1974 el CIRE de Concepción tuvo un campo de prisioneros en el complejo deportivo de la Base Naval de Talcahuano en donde funcionó hasta mediados de 1975, oportunidad en que fue trasladado a las antiguas dependencias del Fuerte El Morro, contiguo al Estadio El Morro de avenida Blanco Encalada de ese puerto. En este último lugar permaneció hasta 1982 aproximadamente.
En sus dependencias de la Base Naval de Talcahuano asesinaron, además de Rudy Cárcamo, a la internacionalista brasileña Jane Vanini en diciembre de 1974 y al alcalde socialista de Cañete Elías Jana Santibáñez en febrero de 1975. En septiembre de ese año asesinaron en Lota a Oscar Arros cuando lo conducían desde el fuerte El Morro para obligarlo a delatar a sus compañeros de partido de esa ciudad, a lo que se negó. En coordinación con la DINA asesinaron en Santiago a Eulogio Fritz Monsalve, en febrero de 1975, quien había asumido la jefatura regional del MIR en septiembre de 1973, luego de la deserción de su comité regional. A la época de su ejecución extrajudicial había sobrevivido a la desarticulación de la jefatura encabezada por el periodista José Carrasco Tapia, Pepone, y la internacionalista Jane Vanini en diciembre de 1974.
Cientos de prisioneros políticos fueron secuestrados por agentes de este organismo represivo y torturados tanto en el estadio Francisco Acosta de la Base Naval como en el fuerte El Morro, la casi totalidad de ellos militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, quienes se habían organizado para resistir la dictadura militar desde el momento mismo del golpe de estado en 1973.
La sentencia de presidio para quienes ejecutaron, con medios militares, la represión política al movimiento de resistencia popular a la dictadura militar, restablece por medios jurídicos el orden social, poniendo término a una impunidad que resultaba agraviante y perturbadora para la conciencia civilizada de la comunidad.
La imposición de la pena accesoria, a todos los condenados, de inhabilitación perpetua de sus derechos políticos, los pone al margen de la sociedad, como en justicia debe ser.
Han sido despojados de su calidad de ciudadanos, la sanción máxima en el orden político y social de nuestra patria.