Por Colectivo Ojo de Treile
El 25 de noviembre del 2017 ocurrió un terrible accidente que cambió la vida de todos los seres del lavkenmapu en Tirúa. Dos días antes, funcionarios y funcionarias de salud, junto a un grupo de agentes de salud intercultural, viajaron a Icalma, poblado de la zona cordillerana de Malleco, a hacer un intercambio de experiencias y conocimientos con otros agentes de salud. Viajaron un grupo de 34 personas, entre ellos, pichiqueche, machis, ngutamcheve, componedores/as de huesos, puñeñelcheve, parteras y lawentucheve. Todas estas personas eran agentes centrales en la recuperación cultural de las prácticas y conocimientos mapuche de la zona.
Al regreso el bus se volcó en el camino que va a Victoria en el puente Quino, en ese momento fallecieron 10 personas, mientras que otra persona perdió la vida 2 días después, completándose un total de 11 fallecidas/os y toda la comunidad tiruana destrozada de forma irremediable, porque la pérdida de vidas y conocimiento fue mucho para el legado de la salud intercultural.
Varios de los y las fallecidas en el accidente fueron reconocidos durante el año 2014 como Tesoros Humanos Vivos por la Unesco y el Consejo de la Cultura y las Artes. Ellos y ellas fueron quienes brindaron salud a la comunidad de Tirúa antes de que llegaran los Cesfam y el sistema de salud occidental. Tal como quedó expresado por el articulo Las Historias detrás de la Tragedia que enlutó a Tirúa, en el cual se describen los legados de varios de ellos, estas personas «entregaron su vida a la búsqueda del kumen mongen (buen vivir), para enseñar a vivir saludablemente, de esta forma trabajaban juntos enseñando la cultura, recolectando hierbas y compartiendo algunos de sus saberes con médicos y funcionarios del sistema de salud».
En cuanto a la justicia, ésta no ha aparecido. Si bien los familiares de las víctimas, además de los lesionados/as, han logrado armar tres grupos de abogados, no ha habido ningún avance en encontrar la preciada justicia que algo calmaría la pena. Como señala Marisol Rivas, esposa del fallecido Luis Viluñir, "son días difíciles, una anda más sensible, a pesar de que la pena nos va a perseguir para siempre, porque ellos eran parte de nuestras vidas, lo que más duele es que no hay justicia, llevamos 2 años esperando que el proceso avance y no hemos tenido respuesta de ninguna de las partes, porque nosotros sabemos que hay responsables en todo lo que pasó. Nosotros seguiremos luchando hasta que los culpables de esta tragedia se hagan cargo, y que en alguna medida nosotros podamos encontrar tranquilidad, pese a que la pena continuará."
Se sabe de la realización de un peritaje que llevó a cabo la fiscalía donde no se especificaba las condiciones de la carretera, ni la falta de barreras de contención, sino que responsabilizaba exclusivamente al conductor. Luego, se solicitó otro peritaje pero que no resolvió nada. Por otro lado, la persona que conducía el bus, que venía según versiones a acceso de velocidad, está libre, solo con firma quincenal. De la empresa que fue la que prestó servicios al CESFAM, a través de una licitación pública, llegó con una máquina más antigua de la licitada, que no tenía las condiciones mecánicas suficientes para realizar ese viaje.
Claudia Manríquez, pareja de Carlos Martínez, señala "por eso ahora al hablar de justicia como familiares, no ha habido ningún responsable con nombre y apellido y nadie está pagando por la muerte de las 11 personas. En esta conmemoración viajamos como familiares nuevamente al lugar del accidente, pero pasaramos al juzgado a manifestar nuestro descontento por el nulo avance en la justicia".
Flor Huilita, Hija de Albertina Liguempi y hermana de Aylen Huilita, explica que «sería justo que las personas e instituciones responsables puedan pagar o tener una sentencia como corresponde, porque ya han pasado 2 años y no hay ninguna respuesta. Se ha perdido la confianza en la justicia, han hecho peritajes malos, y eso es lo que queremos como familia, que se haga justicia por nuestros seres queridos. Un poquito de justicia alivianaría nuestros corazones."
Las vidas de los y las fallecidas ha sido de suma importancia transversalmente. Se han publicado libros con la importancia de los y las lawentuwugelu (agentes de salud) en la cultura mapuche, como por ejemplo "Lawentuwun Trurwa Mapu Mew, La salud en el territorio de Tirúa", el cual recolectó las experiencias de varias de las personas que fallecieron en el accidente. Además, se han publicado documentales como «Itrofill Mongen – De Todo Vivimos», en donde también se rescata el conocimiento ancestral de estas vitales personas dentro de la cultura lavkenche de Tirúa. Ambos trabajos fueron publicados en 2017, mismo año del fatal accidente, y muestran la lucha cultural que estaban dando éstas personas y sus comunidades por recuperar el legado ancestral mapuche.
A modo de conmemoración el equipo creador del documental «Itrofill Mongen – De Todo Vivimos» decidió liberar el material audiovisual que compartimos también en esta nota.
Lista de los fallecidos y fallecidas:
Ana Colipi Pilquimán
Carmen Pilquiman Mariñán
Carlos Martínez González
Albertina Liguempi Huenupil
Aylen Huilita Liguempi
Amalia Carinao Lincipán
Segundo Properino Huenupil Liguempi
María Vergara Vidal
Esterlina Marihuén Marín
Luis Viluñir Aguayo
Rosa Manquecura Aguayo
Aquí puedes ver el documental Itrofill Mongen – De Todo Vivimos (Tirúa 2017)