Antipoeta: tienes toda la muerte por delante

Por: Sebastián Rojas

«El que sea valiente que siga a Parra», con estas palabras Roberto Bolaño da cuenta de la radicalidad que se contiene en el trabajo de la antipoesía, dejando en evidencia la subversiva apuesta de un escritor que se reveló contra toda la tradición literaria de su tiempo y se esmeró por hacernos ver que el arte reside en la espontaneidad del hablante de la calle y muere en los salones o en los labios de los tontos solemnes. Con rigor científico, demostró que lo sagrado se encuentra en la anécdota y el lugar común, arrinconando contra las cuerdas a la metáfora para dejar todo el ring abierto a la belleza del lenguaje coloquial y el saber popular.

Recogiendo el proyecto político de las vanguardias históricas, se propuso fundir arte y vida, dramática división que se suma a las infinitas dualidades que gobiernan el pensamiento occidental y que con su peso angustian y oprimen a las mujeres y hombres de este tiempo.

Bien sabían los griegos que la experiencia dramática de sus representaciones contenían un evento catártico y liberador. Es necesario desestresarnos para poder pensar y seguir sin repetir ciegamente la esclavitud. En esta misma frecuencia es que Nicanor más que un proyecto poético nos entrega una liberación con su antipoesía, transformando la función de la literatura. Buscó destruir el sufrimiento humano fundado por las convenciones y la tradición, adiestrando a un nuevo lector capaz de incidir en la configuración de un nuevo sujeto para la creación de un nuevo mundo.

Se caracterizó por hablar de manera clara y coherente del profundo, irracional y contradictorio mundo psicológico de los seres humanos. Conjugó el lenguaje coloquial y campechano con el Bagaje cosmopolita. A su vez nutrió su imaginario poético con la incertidumbre de la física cuántica y los misterios de la antimateria. El hermano mayor de la Violeta se agigantará con los años.

Sin duda alguna, una revolución permanente se bate a duelo durante toda su obra. De aquellos poemas espontáneos e inocentes de Cancionero Sin Nombre a los Antipoemas, cuando los antipoemas se institucionalizaron (porqué al mundo de las bellas artes sencillamente no le quedó otra opción) vinieron los ecopoemas, criticando el absurdo proyecto del sistema industrial militar. Llegados los reconocimientos trabajó en una formula antidiscursiva para hacerles frente. Experimentó sin temor a equivocarse. Artefactos, ¿antesala de los memes?, son las esquirlas de mi granada nos dice. Cuando lo invitaron a la moneda para hacer una exposición de sus obras visuales, colgó en uno de sus salones a todos los presidentes de Chile, desde O’Higgins hasta Bachelet.

A pesar de haber sido cuestionado en innumerables ocasiones por no declararse como un escritor militante sumando a esto otras polémicas, como el haber posado en una fotografía durante la guerra fría con la mujer del presidente Nixon, etcetera etcetera, su poesía posee un carácter inevitablemente político y marcadamente revolucionario. Al ser emplazado en el año 1987 durante un programa de televisión española por no declararse abiertamente marxista, respondió que tal vez no era Marx el punto de partida sino Kropotkin, acercándose en algún punto a la anarquía, la cual, según el poeta, entendió mucho mejor la relación del ser humano con su medio y de los hombres entre si. Empero, es el mismo Nicanor quien se boicotea al escribir Yo soy más anarquista que estalinista y más socialdemócrata que anarquista. MAS DE LOS EXTREMOS QUE DEL CENTRO

Como sea, su poesía es reconocida por todas las corrientes literarias y el mismo Harold Bloom sitúa su trabajo como parte del canon occidental. Pero mucho más allá de la evaluación que se pueda hacer de este poeta que bajo del Olimpo, es él mismo quien nos resuelve la ecuación al decir QUE NO SE ME JUZGUE POR LO QUE HE DICHO, SINO POR LO QUE HE DEJADO DE DECIR.

 

Fotografía: http://pilarica.tumblr.com

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