Antofagasta de la Sierra y el saqueo de litio

Hugo fue acusado de amenazar con incendiar la empresa. Lo detuvieron en 2019 y la causa sigue abierta sin pruebas. Construyó un galpón con los plásticos que vuelan de los piletones donde procesan el Litio y que él va recolectando como reciclador de la puna. "Los plásticos se vuelan con el viento y llegan hasta acá: sin agua y con plásticos, así estamos".

Por Susi Hurlingham | @susi.maresca

Hugo Calpanchay vive en el Salar del Hombre Muerto desde que nació. Tiene 36 años y se levanta a las 5 de la mañana para darle de comer a sus ovejas y labrar su vida. "Cuando se hizo conocido lo que me hicieron, venía una psicóloga de la empresa y me llevaban al médico. Ahora solo me traen la alfalfa para las ovejas de vez en cuando, desde que se secó el río acá no crece nada. Quieren que nos vayamos, pero ésta es nuestra tierra. Las mineras nos están matando y si nos oponemos vamos presos".

Fotografía: Susi Hurlingham | @susi.maresca

"Hubo varios episodios de criminalización, causas judiciales y persecución policial, como modo de acallar las voces que empezaron a surgir después de tantos años de silencio y tolerancia al avance extractivo de las empresas mineras, la acumulación de riquezas y la destrucción de sus territorios", relata Verónica Gostissa, abogada ambientalista y miembro de la asamblea @aguapucara.

Fotografía: Susi Hurlingham | @susi.maresca

Hugo fue acusado de amenazar con incendiar la empresa. Lo detuvieron en 2019 y la causa sigue abierta sin pruebas. Construyó un galpón con los plásticos que vuelan de los piletones donde procesan el Litio y que él va recolectando como reciclador de la puna. "Los plásticos se vuelan con el viento y llegan hasta acá: sin agua y con plásticos, así estamos".

Fotografía: Susi Hurlingham | @susi.maresca

Las empresas Galaxy y Livent quieren hacer un acueducto de 35 km. y ya comenzaron las obras. El acueducto va desde el Río los Patos hasta la planta de la empresa. Patricia Marconi, Bióloga y presidenta de Fundación Yuchán cuenta "Uno de los impactos inmediatos sobre la extracción de agua dulce para el procesamiento de litio, en los primeros años de la instalación del Proyecto Fénix, fue la desecación completa del Río Trapiche que implicó la pérdida de entre 16 y 20 hectáreas de vega de una formación vegetal que requiere de condiciones de inundación permanente y es uno de los lugares de productividad primaria, en el altiplano, para el pastoreo de llamas y vicuñas. La extracción de agua promedio es de 650.000 metros cúbicos por hora, todos los días. Por eso decimos que es una megaminería de agua».

¡Ni progreso, ni bienestar!

Fotografía: Susi Hurlingham | @susi.maresca

 

Publicación original en redes sociales de la autora.

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