Esta cinta turco alemana fue estrenada en 2010 y cuenta con la dirección del alemán Feo Aladag. Trata sobre una situación tan conocida y habitual en gran parte del mundo que da vergüenza ajena que así sea: el maltrato hacia las mujeres.
Película que cuenta con actuaciones sobrias y un contexto de multiculturalidad que a veces abusa de la intolerancia, que todos sabemos existe en el mundo árabe, relata la dura lucha de una mujer por divorciarse y emprender una vida nueva junta a su hijo de cinco años; ello se ve aportillado por la cerrazón de una familia tradicional que le da la espalda, obligándola a tomar decisiones que ella preferiría no hacer. Hasta aquí el planteamiento es correcto y el guión se mueve en estas ideas; tanto, que al cabo de un buen trecho, se esperaría más creatividad, más afán en el argumento, tal vez personajes secundarios poco desarrollados podrían haber aportado mucho más.
Estéticamente, la cinta es moderna y audaz, remite a referencias tan actuales que podemos trasladar parte del relato a cualquier sociedad inserta en el sistema mundo capitalista. La dirección es arriesgada e inteligente, una película que es una buena película técnicamente hablando. Sin duda el guión es tremendamente importante, pero debe señalarse lo acertivas que son la fotografía, las cámaras, el trabajo artístico en general y la actuación de la protagonista, sobre quien recae gran parte del peso de la historia que se nos está contando.
En esa misma línea, la denuncia del abuso y la intolerancia peca de buenismo hacia la sociedad cristiano occidental, la película transcurre casi íntegramente en Alemania, y el conflicto nunca llega a tocar a esa sociedad que sólo actúa de receptora y resolutora de los conflictos culturales de los otros, los subdesarrollados, es decir, por descarte, sacamos una lección de esta cinta; porque el director, nos da la impresión, esto no lo quería expresar, es una lectura que hacemos desde nuestro lugar propio.
Película de vuelco inesperado, tiene un final que desentona con el filme en su totalidad y deja el regusto de preguntarse ¿era necesario? Aun así, vale la pena esta cinta, porque todavía es poco todo lo que se haga para denunciar el abuso que se comete dentro de esa rancia institución llamada matrimonio, y da igual que la propuesta se centre en la cultura cristiana, musulmana o civil, mientras allá sometimiento de uno hacia otro, los problemas pueden surgir en cualquier momento, el patriarcado, como el capitalismo, es más universal que la idea de la libertad.