Hace 29 años ocurrió la llamada «Masacre» o «Matanza» de Apoquindo, donde Carabineros dispararon ráfagas de balas contra un bus del transporte público en el cual se transportaban, además de pasajeros, militantes del Movimiento Juvenil Lautaro luego de realizar una acción en el banco O'Higgins de la comuna de Las Condes. ¿El resultado?: Ocho personas muertas, decenas de heridos producto del descontrol policial y una impunidad respaldada por el presidente democratacristiano Patricio Aylwin Azócar.
Por J. Arroyo Olea
Eran las 14:00 horas del 21 de octubre de 1993. Militantes del Movimiento Juvenil Lautaro (MJL) realizaban una acción de «recuperación» en el banco O'Higgins ubicado en la dirección Apoquindo 6417, comuna de Las Condes, en Santiago de Chile, con el objetivo de obtener financiamiento para el rescate de las y los presos políticos.
Realizada la acción, las y los lautaristas se replegaron al subirse a un bus de la locomoción colectiva, el cual es intervenido por una patrulla de Carabineros, generándose un fuego cruzado que terminó en una balacera contra las y los pasajeros.
Pese a que quienes integraban el MJL mostraban pañuelos blancos de rendición, Carabineros avanzó con su ráfaga de balas.
El resultado fue de 8 personas muertas -entre las que se encontraban pasajeros y lautaristas como Raúl González, Alejandro Soza y Yuri Uribe-, 12 heridas y alrededor de 300 impactos de bala que daban cuenta del actuar de la violencia policial pese a que las y los lautaristas ya habían mostrado su cese al fuego minutos antes de la balacera.
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El hecho fue conceptualizado como la «Masacre de Apoquindo» o la «Matanza de Apoquindo», el cual fue abordado por el primer gobierno de la postdictadura con un manto de impunidad. En ese entonces, el presidente Patricio Aylwin Azócar, planteó que «cuando se arrancan los delincuentes se acusa a Carabineros de ineficiencia, de negligencia, de que la autoridad no se ejerce. Cuando se ejerce la autoridad entonces se acusa (...) de excesos«. Pese a las críticas emanadas de parte de la población respecto al actuar policial, el democratacristiano las categorizó como «una crítica absolutamente pasional e irracional«.
Como broche, Aylwin enfatizó en que «yo respaldo plenamente la actuación de Carabineros«. Durante el mismo año, meses antes de Apoquindo, el aparato de inteligencia del Estado conocido como «La Oficina» se daba término para pasar a transformarse en la Dirección de Seguridad Pública e Informaciones, organismo dedicado a la «contrainsurgencia» y las tareas de inteligencia correspondientes.
En este sentido, el trabajo sobre el concepto de seguridad pública fue elemental para establecer el despliegue policial en distintos ámbitos de la vida. Así, el respaldo del Ejecutivo, sumado a la herencia -reciente- de la dictadura cívico-militar, vino a profundizar la tan denunciada impunidad de los agentes del Estado.
A casi 30 años del hecho, este se mantiene vigente en la memoria histórica. En 2012, el «dibujista» Christiano (Pato Lliro, La Momia Roja) publicó un libro de viñetas titulado simplemente como «1993» (editorial Calabaza del Diablo), donde se da cuenta gráficamente de las atrocidades acontecidas en el marco de la matanza.
Los mismo dibujos fueron utilizados para realizar un videoclip a la canción Eugenia de Fiskales Ad-Hok, el cual aparece en el clásico álbum Traga! y que fue escrita por el vocalista de la banda Álvaro España para su prima Tatiana Navarro, una de las pasajeras de la micro que fue asesinada en la Masacre de Apoquindo.
Asimismo, este viernes se realizó un acto político-cultural convocada por organizaciones sociales para abordar la masacre de Apoquindo a 29 años del hecho.