La derecha latinoamericana es cada vez más intransigente contra los derechos reproductivos. Ahora ya condenan incluso los abortos espontáneos. En el derecho penal no hay pena si no hay dolo, intencionalidad de cometer el delito. Indudablemente eso falta en un aborto espontáneo. No es un problema legal, es un tema médico. Pero ese no fue el criterio del juzgado que condenó a Belen, la joven tucumana que perdió a su bebe y además fue condenada a 8 años de prisión.
Por Daniel Mathews / resumen.cl
Inmediatamente la sociedad argentina y sobre todo las mujeres comenzaron a pedir que se revise el caso. Producto de la presión del movimiento de mujeres que tomó como bandera propia la lucha por la libertad por Belén, así como también por la presión de la opinión pública, se logró que la Corte Suprema de Justicia de Tucumán aceptara revisar su sentencia.
Quizá la protesta feminista no hubiera pasado de eso si no se hubiera convertido el escándalo en tema internacional. Ocurre que para los premios Platino que se otorgaron en Punta del Este en julio del año pasado salieron premiados dos artistas argentinos: Dolores Fonzi como mejor actriz por su papel en Paulina (quien pidió liberación para Belén, la joven presa en Tucumán por un aborto espontáneo) y Guillermo Francella como mejor actor por su rol en El clan. Y fue Fonzi quien fue a recibir su premio con un cartel que exigía #LibertadParaBelén.
Ese mismo mes el comité de DD.HH. de la ONU le solicitó al Estado Argentino que revise este caso. Entre sus primeras observaciones el organismo internacional indica especialmente revisar el caso de Belén "con miras a su inmediata liberación".
Esta serie de hechos significó un avance político favorable para la causa de Belén, en donde se le exige a la Corte de Tucumán la inmediata liberación y anulación de su condena. Y, por fin, Belen salió libre luego de más de dos años de prisión. Bien por ella, pero bien también por todas las mujeres. El caso de Belén es emblemático, porque si bien el aborto es ilegal en Argentina, pocas veces la justicia se había atrevido a sentenciar a prisión a una mujer por esta causa. Belén ya estaba presa desde 2014, en una provincia caracterizada por la persecución a las mujeres que llegan con abortos provocados o espontáneos a los hospitales públicos.
Pero al mismo tiempo el caso de Belén permitió que se vuelva a poner en discusión el debate por la necesidad de que el aborto sea legal en Argentina, no solo para que dejen de morir cientos de mujeres por abortos mal realizados en la clandestinidad, sino también para que ¡no haya ni una presa más por abortar!