Vivian Lavín / Radio Universidad de Chile
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Ciertos autores, como la sueca Astrid Lindgren, permiten entender por qué es tan importante la literatura infantil y lo que un libro o la lectura de ellos pueden hacer por un mundo mejor.
Astrid Lindgren está entre las 20 autoras más traducidas del mundo, de modo que estamos hablando de una autora excepcional. Toda su obra fue dirigida a los más pequeños y jóvenes, es decir, a la literatura infantil y juvenil que comenzó de manera tardía, cuando ya tenía más 30 años, con Pippi Calzaslargas. A pesar de tratarse de un libro para niños, fue una obra que incomodó a la sociedad sueca de ese momento, más tradicional, que encontró en este personaje, una niñita de nueve años que vive sola y no va al colegio porque no le resulta interesante, un modelo que no era digno de imitar. Sin embargo, contrariamente a esos temores, su libro se convirtió en un superventas no sólo en Suecia sino que en todo el mundo y, a partir de entonces, Astrid Lindgren fue la autora favorita de los niños.
¿Qué hay en sus libros? Pues historias de niños y niñas, algunos comunes y corrientes, otros más especiales, pero todo ellos gozan de una autonomía y un respeto de sí mismos que los hace excepcionales. Nada de niños sometidos y golpeados, sino que niños y niñas autónomas y con valores que defienden incluso en contra de sus propios padres. Es el caso de Ronja, la hija del bandolero, una niña de 12 años que a pesar de vivir en un castillo y ser muy mimada, decide enfrentar a sus progenitores y luchar por los valores que ellos mismos le habían enseñado.
Nos encontramos con una literatura nada de ingenua que pone en el centro a los niños y su mundo. Por supuesto que estos libros están impregnados de la propia personalidad de una autora, una mujer que demostró su propia decisión y autonomía desde muy joven. Así, a los 18 años, en la década de los 20, quedó embarazada. Pero no quiso casarse y prefirió cuidar de su hijo sola. Lo hizo más tarde, con quien tuviera otra hija, la pequeña que le pedía cada noche que le contara un cuento diferente y la quien inventó el extraño del nombre de Pippi Calzaslargas, a partir del cual ella crea el inolvidable personaje.
Lo que convierte a Astrid Lindgren en un ser original es justamente la humanidad que le imprime a sus personajes. Su defensa en favor de los derechos de los niños, pero también a favor de la paz en el mundo la hacen una de las más importantes activistas. Así es cómo no dudó en denunciar la intervención estadounidense en Vietnam, como también la presencia de los neonazis en Suecia.
Era un líder de opinión de tal envergadura en su país que, a mediados de la década del 70, cuando el gobierno socialdemócrata que ya llevaba 44 años en el poder fue derrotado en las urnas, después de una crítica suya en contra de los impuestos y que los obligó a implementar una reforma tributaria. Astrid Lindgren lo hizo a su manera, a través de un cuento que fue publicado en uno de los diarios más importantes de Suecia. No es que Astrid no estuviera a favor de pagar impuestos, incluso un 80 y hasta un 90 por ciento de sus ingresos, sino que no quería pagar el 102 por ciento, es decir, que le exigían y que era más de lo que percibía.
Uno de sus discursos más importantes, fue el que pronunció en 1978, cuando la Cámara de Libreros alemanes le dieron el Premio por la Paz. Jamás violencia es el título de una pieza sencilla y llena de humanidad en la que explica porqué nunca, pero nunca, se debe tratar a los niños con violencia. Porque ella misma fue una niña querida, modelo que replicó con sus hijos. Fu una gran impulsora para que la enseñanza al interior del hogar fuera en un contexto de amor y buen trato en la convicción de que después se imita en el contexto social. Frente a quienes defienden el golpe y el maltrato como una manera de educar a los niños, ella puso el ojo en en otros niños malcriados. "Hay demasiados niños malcriados en el mundo hoy, demasiados dictadores, tiranos, opresores, torturadores... ¿Qué clase de niñez habrán tenido todo ellos? Creo que detrás de todos ellos hay un padre tirano o una figura que es responsable de su educación empuñando una varilla o un látigo", dijo entonces.
Habló sobre la importancia de la lectura y de los libros a cuando le dieron el Premio Hans Christian Andersen, "el nobel de la literatura infantil", en 1958: "Con la sola compañía de un libro, el niño crea imágenes en algún lugar de la cámara secreta del alma que supera a todas las demás. Estas imágenes son fundamentales para los seres humanos. El día en que los niños ya no logren crear estas imágenes será el día en que la humanidad caiga en la pobreza. Todo lo grandioso que ha ocurrido en el mundo es producto de la imaginación de alguien. Las condiciones del mundo del mañana dependen, en gran medida, de la capacidad imaginativa de quienes en nuestros días están aprendiendo a leer. Por ello, los niños necesitan libros".
La influencia de Astrid Lindgren en la literatura de su país como en la nórdica, en general, es evidente. Por eso, la visita de las literaturas sueca, finlandesa, danesa y noruega a fines de este año a la Feria Internacional del Libro de Santiago es una oportunidad para conocerla mejor, para tomarle el peso y entender. Sin embargo, este arribo podría resultar incómodo incluso peligroso para muchos adultos sobre todo, autoridades que quisieran ver a niños y jóvenes más domesticados que educados en los valores que Astrid Lindgren promovía, como es en la defensa de sus propios derechos.
http://radio.uchile.cl/2015/08/07/el-peligro-de-la-literatura-nordica