Por Ruperto Concha/ resumen.cl
Una de las noticias más importantes de esta semana pasó prácticamente inadvertida. Y se trata, nada menos, que de la aparente nacionalización del más poderoso organismo bancario privado de los Estados Unidos. Me refiero a la Reserva Federal, que, perteneciendo a la banca privada, funciona en los hechos como el Banco Central, único organismo emisor del dólar americano.
Fíjese Ud. que, metido como a hurtadillas en una ley sobre transporte de carga por carreteras, que fue aprobada por el Congreso de Estados Unidos a última hora el pasado 31 de diciembre, alguien logró introducir un artículo estrambótico, estableciendo que toda ganancia o superávit de ingreso, de la Reserva Federal, que sea superior a 10 mil millones de dólares, será automáticamente transferido al Tesoro Fiscal de los Estados Unidos. O sea, será expropiado.
Así, según se ha entendido, si la Reserva Federal ha estado emitiendo millones de millones de dólares para el llamado "dinero fácil" o "apalancamiento" de la banca, con una tasa de interés de 0,25%, Estados Unidos, al llegar su deuda fiscal a 16 millones de millones de dólares, tendría que pagar 40 mil millones de dólares de intereses. Ahora, con ese articulito que metieron en una ley de transporte carretero, resulta que de aquellos 40 mil millones, la Reserva sólo percibirá 10 mil, y los 30 mil millones restantes, se van rapidito a los bolsillos de Tío Sam, que ya verá cómo los gasta.
Y ahora que la Reserva Federal duplicó la tasa de interés, igual no más sólo podría disponer de los mismos 10 mil millones, y el fisco en cambio se embolsaría 70 mil millones. Se entiende entonces que los banqueros estén comentando que la Reserva Federal, en los hechos, ya fue estatizada y que podría estar al borde de la bancarrota.
Ya son muchos los economistas y operadores financieros de gran envergadura, que coinciden en que las variaciones de ganancias o pérdidas en las operaciones de las bolsas de comercio mundiales, que en el fondo son operaciones puramente especulativas, tienen poco que ver con la economía verdadera, de producción y venta de bienes y servicios reales para satisfacer necesidades reales.
De hecho, los más ilustres pontífices de la economía concuerdan en que los datos oficiales que están presentando todos los gobiernos del mundo, en gran medida no son confiables pues son manipulados para dar cifras favorables a quienes estén en el poder.
Es por eso que resulta interesante lo que opinen los analistas de inversiones, esos que tienen la obligación de acertar en sus predicciones, bajo pena de que, si se equivocan, pierden a su clientela. Y por ello tienen que buscar los rastros concretos que llevan a las conclusiones precisas y concretas también.
Entre aquellos baqueanos, los signos más confiables se encuentran en el transporte neto de mercancías, desde materias primas hasta productos industriales terminados. Por ejemplo, detectaron que las cifras de transporte ferroviario en China, en 2014 y 2015, mostraron una caída de volumen que corresponde con bastante exactitud a la caída de la producción y del consumo interno de ese país.
Y, de hecho, es una disminución que parece confirmar que el crecimiento del producto interno bruto de la China disminuyó un poco más de lo que reconoce el gobierno de Beijing. Pero esa diferencia no es superior a un 0,5 %.
En Estados Unidos también se detectó una caída importante en el transporte ferroviario, pero, en ese caso, los números de aquella contracción aparecen contradiciendo las cifras oficiales que hablan de un supuesto crecimiento y no de una temida contracción.
Pero los números más alarmantes fueron revelados por el llamado Baltic Dry Index, que exhibe las estadísticas de todo el transporte marítimo en las 42 rutas más importantes del planeta, desde minerales en bruto a metales refinados, a trigo, porotos soya, teléfonos, motores, zapatos, telescopios, en fin, cualquier cosa que se quiera vender y que otros quieran comprar.
Pues bien, las cifras del Baltic Dry Index, el jueves 14 de enero, mostraron ni más ni menos que un desplome general de toda la economía mundial. En agosto pasado, las cifras del Index eran de 1.222 puntos.
Luego, en octubre, habían caído a sólo 809 puntos, o sea una pérdida del orden del 40%. En noviembre, el Index seguía cayendo y llegó a sólo 628 puntos. Y ahora, en enero, está ya arrastrándose en un penoso nivel de 383 puntos.
¿Se fija Ud?… El desplome del transporte marítimo mundial de materias primas, alimentos y productos terminados, ha sido tan abrumador como el desplome del precio del petróleo. Si el petróleo cayó de 110 dólares el barril a sólo 30, en poco más de un año, el volumen de transporte marítimo, en sólo 5 meses, cayó de 1.222 a 383.
Se entiende así que los directivos máximos de grandes bancos europeos, como el Royal Bank de Escocia o el Bancos Unidos de Suiza, estén hablando en estos momentos de que se viene encima un "año catastrófico". De hecho el director de créditos del Royal Bank of Scotia advirtió brutalmente a sus clientes: "¡Vendan, vendan todo, mientras todavía tienen tiempo! ¡Hay que salir de esto mientras todavía se puede, porque después la puerta de salida va a hacerse muy estrecha!" ¿Qué tal?
Por su parte, los analistas Jason Margoulis y Mathew Bell, de Asia Times y Asia Unhedged, advierten que el descalabro que llevó a las ventas de acciones en China está repercutiendo en todo el mundo, pero que es ridículo echarle a China la culpa del fracaso mundial de la economía.
Señalan que en países poco desarrollados, como Chile, el valor de sus exportaciones ha caído a niveles ruinosos, y que, al mismo tiempo, el costo de obtener créditos con bonos soberanos se ha elevado en forma desmesurada. De hecho, los intereses por estos créditos, con bonos a 10 años, que eran del 4% en junio de 2014, ahora se dispararon y llegan al 14%, algo que consideraríamos usurario.
En países como Brasil, los bonos que se transaban a 100 dólares, ahora llegan a sólo 70 dólares. Y todos los países de bajo desarrollo han incrementado su endeudamiento al doble de lo que debían hace un año.
En Estados Unidos, el viernes se informó que la gigante del retail WalMart está cerrando 269 de sus multitiendas, lo que implica el despido de 16 mil trabajadores. Según cifras oficiales, el índice de cesantía tuvo un incremento inesperado, a la vez que se están haciendo sentir síntomas de deflación, con caída del precio de venta de los productos. Desde 2015 hasta ahora, los precios han caído en casi un 8%, en parte por el aumento del valor del dólar.
Según un documento del ex subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul Craig Roberts, en estos momentos hay 1 millón 185 mil trabajadores menos que hace un año, y que, según las propias estadísticas del gobierno, de los 292 mil nuevos puestos de trabajo creados en diciembre en Estados Unidos 142 mil fueron ocupados por personas de 55 años o más, mientras que sólo un 5% fue para personas de entre 25 y 54 años.
Y otro informe, del analista Dave Lindorf, señala que el índice verdadero de cesantía en Estados Unidos, llamado el índice U-6, por el Departamento del Trabajo de Washington, señala que la cifra verdadera de desempleo en aquel país está por encima del 10%.
Como Ud. puede ver, lo que se está mostrando va muchísimo más allá de conjeturas y opiniones. Se trata de hechos y cifras concretas que se están haciendo sentir en cada rincón del mundo. Acá en Chile, ya el gobierno tuvo que admitir que una parte muy grande de su programa de reformas y desarrollo, simplemente no va a poder iniciarse porque no habrá dinero para hacerlo.
Y por supuesto las apreturas económicas también están repercutiendo en términos de geopolítica y estrategia mundial. En Europa, la autoridad del gobierno de la Unión Europea aparece gravemente desafiada. Desde el gobierno de Polonia, que está asumiendo rasgos autoritarios y presuntamente antidemocráticos, hasta el de Italia que está exigiendo que se relajen los términos de austeridad, y que además rechaza que se le pague a Turquía 3 mil millones de euros para que frene el paso de inmigrantes hacia Europa, y que anuncia, igual que Grecia, que vetará cualquier intento de prorrogar sanciones contra Rusia.
Hasta ayer sábado, el presidente de la Comisión Europea seguía desplazándose como suplicante en defensa de las propuestas de la Unión Europea que están siendo desafiadas por países miembros. Además de Polonia, Hungría, Alemania e Italia, se está enfrentando también a Gran Bretaña que está exigiendo ahora control y freno al libre tránsito de personas y de bienes comerciales dentro de Europa. El presidente Jean Claude Juncker está clamando que limitar el libre tránsito tendrá por efecto destruir al Euro como unidad monetaria, y paralizar las expectativas de que Europa pueda superar la crisis económica.
En tanto, Rusia ha admitido abiertamente el daño que ha sufrido su economía por las sanciones en su contra impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos. El gobierno admitió que la economía sufrirá una contracción del orden del 4% y que habrá una inflación considerable, quizás del orden del 7%.
Sin embargo, la solidez económica de la Federación Rusa le está permitiendo lograr un desarrollo industrial enorme, unido a extraordinarios avances en tecnología, que permiten prever que en un plazo de no más de 5 años habrá habido una recuperación completa incluso si se mantuviera la agresión económica de Estados Unidos y sus socios.
De hecho, Rusia ha podido cumplir plenamente todos sus programas de desarrollo industrial, agrícola y estratégico, sin recurrir a endeudamiento, y, en cambio, conquistando cada vez más mercados con producción industrial de tecnología avanzada.
Junto con ello, la natural alianza estratégica de Rusia con China e Irán, de hecho ya provocó un cambio dramático en la geografía estratégica mundial sobre todo en el Medio Oriente y en la Cuenca del Pacífico.
El jueves pasado, los analistas internacionales fueron sorprendidos por el inesperado viaje a Rusia de la Subsecretaria de Relaciones Exteriores de Washington, la furibunda rusofóbica Victoria Nuland, para sostener una larga y secreta reunión con uno de los principales asesores del presidente Vladimir Putin.
La reunión fue muy larga y hasta ahora ninguna de las partes ha revelado el contenido de ese diálogo. Únicamente han comentado que se habló sobre Ucrania, sobre Siria y el Medio Oriente, y que la reunión fue muy intensa y fructífera.
En tanto, analistas estratégicos de Israel han destacado, por una parte, que Rusia ha demostrado su espíritu de ecuanimidad, y que Israel considera que el presidente Vladimir Putin es un gobernante confiable. De hecho, pese a las presiones de Estados Unidos, Israel fue uno de los pocos países occidentales que se negó a condenar a Rusia por la reintegración de Crimea y por facilitar el apoyo ruso a la población étnica y culturalmente rusa del oriente de Ucrania.
Esto cobra especial importancia en momentos en que también el reino árabe de Jordania ha llegado a un entendimiento estratégico con Rusia para controlar militarmente la frontera del sur de Siria.
Esto implica nada menos que cerrar militarmente el paso al envío de armamento, pertrechos, dinero y refuerzos de combatientes tanto del Daesh Islámico, como de los rebeldes contra el gobierno de Basher Assad. Esto resulta un golpe extremadamente fuerte contra la estrategia de Arabia Saudita y sus aliados de Turquía y Qatar.
De acuerdo a las declaraciones de Jordania, el propósito de esta alianza con Rusia apunta a defender el desarrollo de las negociaciones de paz para resolver con pleno respeto a la nación siria, la tragedia de una guerra civil que durante ya 5 años ha desgarrado a Siria y ha provocado la ruina de la nación y cientos de miles de muertos.
La tortuosa política conspirativa de Arabia Saudita y sus socios monárquicos, junto con el dictador militar de Egipto y el tristemente maquiavélico presidente turco Tadyip Erdogán, está desembocando en un ruinoso estancamiento, del que no tienen hacia dónde salir.
En realidad, parece cada vez más cercana la posibilidad de un derrumbe de la monarquía saudita, básicamente a partir de la serie de jugadas oscuras, ambiciosas, maquiavélicas, y muy, muy torpes que han terminado en sucesivos fracasos una y otra vez.
De partida el fracaso de los sueños de aniquilar a los shiítas en Yemen, y de desmembrar a Iraq, para crear un país artificial sunnita en el norte, aislando en el sur a la mayoría shiíta, y bloqueando el paso tanto a Irán como a Rusia.
China, que era el principal comprador de petróleo de Arabia Saudita, ahora decidió prescindir de ella, y la reemplaza por Omán, un país de mayoría shiíta y aliado de Irán, que se encuentra al extremo sur del Golfo Pérsico.
Para China está más que claro que el financiamiento del terrorismo islámico por parte de Arabia Saudita incluye también a los terroristas Uigures, del noroeste de China, que están proporcionando tropas al Estado Islámico y que supuestamente están también operando en el sur, en Bangladesh y en Indonesia.
O sea, China cuenta también como aliados estratégicos confiables, a Rusia, Irán, Afganistán y, en el extremo sur del Golfo Pérsico, el emirato de Omán, además de su flamante base naval en Djibuti, sobre el cuerno de África, que le permite a China controlar también la ruta de navegación por el Mar Rojo.
¿Se fija Ud?… Arabia Saudita se encuentra ahora aislada y sin control de las rutas de salida de su producción petrolera, a la vez que sus ingresos están minimizados por el precio actual del petróleo, al extremo de que ya tuvo que suspender las subvenciones para sus súbditos que les permiten vivir plácidamente y prácticamente sin tener que trabajar.
Como si fuera poco, la mayor concentración de población shiíta en Arabia Saudita, se encuentra precisamente en la zona occidental de la península, donde se produce nada menos que el 80% del petróleo.
El viernes se produjeron violentas protestas de los shiítas también en el emirato de Bahrein, donde se albergan las bases militares y navales de Estados Unidos. Y ayer sábado, se reportó que violentas explosiones e incendios habrían paralizado el complejo industrial petrolero de Jubail en el este de Arabia Saudita, que es el centro industrial más grande y productivo de aquel reino. Versiones no confirmadas oficialmente dicen que también hubo intercambio de disparos.
Como Ud. puede ver, todo el andamiaje internacional con que estábamos familiarizados, se está transformando aceleradamente, incluso a pesar de la torpeza y la mezquindad de muchos de los gobernantes que están protagonizando este dramático momento histórico.
Nos damos cuenta de que, detrás de las noticias que llegamos a conocer, hay una multitud de otros hechos, de negociaciones y secretos muy poderosos que, en el mejor de los casos, recién podrán salir a luz dentro de 10 o 20 años más, cuando ya la verdad no lastime a ningún criminal poderoso.
Pero también, en un plano más al fondo, están haciéndose evidentes otras verdades. Por ejemplo, que el crecimiento en dinero de ninguna manera implica desarrollo verdadero. De hecho Arabia Saudita, que todavía tiene reservas internacionales por alrededor de 700 mil millones de dólares, es sin embargo una de las naciones más ignorantes, atrasadas, y dependiente de la fuerza de otras naciones que, aunque sean más pobres son más vigorosas.
Tal como lo ha señalado nuestro querido y tan chileno Manfred Max Neef, la naturaleza nos ha mostrado siempre que el crecimiento sólo debe producirse como parte del desarrollo. Así cómo un bebé, que tiene un crecimiento velocísimo que es indispensable durante algunos meses, pero que, si se mantuviera, haría que a los tres años el pobrecito se hubiera convertido en un monstruo obeso de varias toneladas.
Crecer no basta. Es indispensable desarrollarse. La evolución de la vida lo demuestra. Y, si miramos bien, veremos que revolución y evolución, son prácticamente la misma cosa.
¡Hasta la próxima, amigos! Cuídense, es necesario. Hay peligro.