Por Ruperto Concha / resumen.cl
Como habíamos previsto en nuestro análisis del domingo pasado, las elecciones Midterm de Estados Unidos fueron una clara pero muy moderada victoria del Partido Demócrata. Logró recobrar la mayoría en la Cámara de Representantes, superando a los Republicanos por 9 escaños, y ganó también 7 elecciones de gobernador, llegando 23 de las 50 gobernaciones del país.
Sin embargo, en la pugna por el Senado los Demócratas sufrieron una dura derrota. No lograron mayoría. Los vencedores fueron los Republicanos que no sólo mantuvieron su mayoría sino que la aumentaron.
La diferencia de poder que implica la victoria en la Cámara Baja frente a la victoria en el Senado radica en el hecho de que los senadores se mantienen en sus cargos por 6 años y tienen la facultad de aprobar o desaprobar los nombramientos de diversos altos cargos del gobierno, incluyendo los Ministros de la Corte Suprema, mientras que las bancadas de diputados o representantes duran solamente 2 años, y sus mayorías son muy fluctuantes e inestables.
El Partido Demócrata intenta mostrar su victoria en la Cámara Baja como una muestra masiva de la voluntad de la nación, pero, según cifras difundidas el jueves por la red CNBC, en la elección del martes 6 sólo participó un 31% de los ciudadanos con derecho a voto.
Y ello, a pesar de los estruendosos llamamientos al electorado, principalmente por los Demócratas. De hecho, ya el sábado 3 de noviembre el servicio de blogging Tweeter eliminó más de 10 mil cuentas de usuarios porque estaban haciendo llamados a no votar.
Sin embargo, pese al discreto resultado, la elección del martes pasado, al margen de un anecdotario pintoresco, realmente marcó un cambio de rumbo en la política del más amenazante país del mundo contemporáneo.
Vamos viendo.
Partamos por lo pintoresco. Por ejemplo, el candidato a senador por Nevada, Dennis Hof, del Partido Republicano, se hacía llamar el Alcahuete de América pues era propietario de los 4 más lujosos prostíbulos del condado de Lyon. El señor Hof celebró su cumpleaños número 72 justo el fin de semana previo a las elecciones. Y, oiga, lo celebró tan intensamente, que se murió y lo enterraron el lunes previo a la elección.
Por supuesto, su nombre ya estaba en los votos en la lista de candidatos, y, para asombro de los Demócratas, el cafiche Dennis Hof era tan popular que, estando muerto y enterrado, de todos modos ganó con casi el 70% de los votos. Y no habrá una nueva elección. Los Republicanos simplemente designarán a otra persona para que lo reemplace en la Cámara Alta durante los próximos 6 años.
Otra impactante victoria fue la del candidato a senador por Colorado, Jared Polis, a quien, por error, mencioné como Republicano, cuando en realidad es Demócrata. Lo notable del caso es que el ciudadano Polis, de 43 años y millonario dueño de una red de florerías, obtuvo la resonante victoria que lo convirtió en el Primer Senador declaradamente gay, en la historia de los Estados Unidos. Ah, y además, Jared Polis representa al ala más izquierdista y socialista de los Demócratas.
Otra candidata que se suponía muy popular por ser furiosamente homofóbica, la Republicana Kim Davis, se postuló al cargo de Secretaria de Archivos y Documentación en el condado de Rowan, Kentucky, y perdió estruendosamente ante su rival el Demócrata Elwood Caudill.
La señora Davis se hizo un poco famosa en 2015, por haberse negado a extender licencias matrimoniales a parejas del mismo sexo, como lo disponía la ley promulgada ese año. Ella fue condenada a seis meses de prisión por incumplir los deberes propios de su cargo, y se convirtió en símbolo del puritanismo y la homofobia. Pero, al parecer, esta vez la gente prefirió votar por alguien que cumpla sus deberes incluso aunque le de rabia tener que hacerlo.
Por supuesto, esto se trata de casos pintorescos que, sin embargo, resultan expresivos, casi sintomáticos, del carácter que hoy motiva, políticamente, a la base social de los Estados Unidos.
Una de las más confiables publicaciones políticas de Estados Unidos es The Intercept, revista noticiosa digital, dirigida por Glenn Greenwald. Y el mismo 6 de noviembre publicó un artículo analizando la transformación y las duras luchas intestinas que se han producido en el Partido Demócrata.
Recogiendo las estadísticas de las tres últimas campañas electorales, describe cómo ha crecido el ala progresista de ese partido, y los programas de sus candidatos. Por ejemplo, señala que en 2010 sólo un 27% de los militantes apoyaban el proyecto de Medicina Social para Todos, planteado por el senador Bernie Sanders. Ahora, en la elección del lunes pasado, el apoyo a ese proyecto había crecido al 58%.
También la muy prestigiosa encuesta PEW, sobre opinión política, informaba en octubre pasado que, en 1994 un 44% de los demócratas se oponían al otorgamiento de subsidios prolongados para los cesantes. Esa cifra se redujo a sólo un 18% este 2018. También en 1994 un 64% de los Demócratas consideraba que basta trabajar duro para obtener un confortable bienestar. Hoy sólo un 43% sigue creyendo eso.
En política internacional, un 28% de los militantes demócratas apoyaban la estrategia de defender la paz mundial mediante la presencia militar de Estado Unidos. Ahora esa cifra se redujo a sólo un 13%.
Igualmente, la participación de las mujeres en el seno del Partido Demócrata ha tenido un aumento exponencial. De hecho, en las elecciones del martes pasado, 255 mujeres ganaron en las primarias. 233 fueron candidatas a la Cámara y 22 al Senado.
La periodista Aida Chávez, de The Intercept, destaca el alto número de mujeres que han asumido la acción política como trabajo y forma de vida al interior del Partido Demócrata. De hecho, entre las representantes recién elegidas, cuatro de ellas presidirán comités parlamentarios de gran importancia. Y de ellas, Maine Waters, de California, Nydia Velázquez, de Nueva York, y Eddie Bernice Johnson, de Texas, son afroamericanas
Por su parte el periódico The Globe destaca las formidables votaciones alcanzadas por las candidatas, encabezadas por la primera mayoría que ganó en Nueva York, la joven ex camarera Alexandria Ocasio-Cortez, hija de latinos, seguida por Ayanna Pressley, Yahana Hayes, Ilhan Omar y Sharice Davis. Todas ellas de raza negra, latina e india piel roja, una de ellas de religión islámica y otra abiertamente lesbiana.
Es decir, a través de ellas se evidencia la voluntad de un electorado que, en mayoría abrumadora, rechaza el racismo, el odio a los extranjeros, el abuso sexual machista, la homofobia y, en general, la pacatería conservadora.
Prácticamente todos los analistas admiten que, más allá del número de candidatos ganadores del Partido Demócrata, lo verdaderamente significativo es el número de votantes que aparecen respaldando una nueva ideología humanista
Recordemos que la joven Alexandria Ocasio-Cortez, que había sido desdeñada por el aparato oficial del Partido Demócrata, comenzó su campaña de este año imponiéndose por la fuerza de las bases, hasta obligar a los viejos mandamases a respaldar su candidatura.
Otro de los intensos fenómenos surgidos de la polarización extrema que se vive en Estados Unidos, ha sido el duro enfrentamiento en el seno de las comunidades judías del país y también frente al gobierno derechista de Israel. Esto, luego de la masacre del 27 de octubre pasado, en Pittsburgh, donde un frenético anti-sionista mató a balazos a once fieles que acudían a los oficios religiosos en la sinagoga El Árbol de la Vida".
Cuando Israel anunció que enviaría a su Ministro de Salud y Diáspora, Naftalí Bennett, a reunirse con los familiares de las víctimas, un importante sector judío acusó al gobierno de Israel de traicionar a los judíos americanos, dando apoyo a Donald Trump, al que acusan de ser causante indirecto de la tragedia.
Concretamente, el grupo denominado J-Street denunció que el ministro Bennett con su visita está contribuyendo a una política de inculcar miedo, división y odio.
Más aún, un grupo de rabinos y familiares de las víctimas ya había enviado una carta abierta al presidente Donald Trump, señalándole que su presencia en Pittsburgh no sería bien recibida mientras no renuncie a su discurso de intolerancia y supremacía blanca.
La profunda odiosidad que hay entre Demócratas y Republicanos se da también en el seno de las comunidades judías. Y los grupos izquierdizantes o progresistas acusan duramente a los judíos que apoyan a Trump, de, fíjese Ud., "Estar vendiendo la comunidad judía, a cambio de favorecer al gobierno derechista de Israel".
La tradicional revista judía The Forward, publicó un editorial diciendo: "Los que aceptan el discurso de odio en América porque eso le conviene al gobierno de Israel, son parte del problema y no de la solución".
En Israel, las encuestas señalan que un 49% de la gente apoya a Donald Trump, y sólo un 22% lo desaprueba. En cambio, en Estados Unidos, la última encuesta Gallup muestra que el apoyo a Trump en Estados Unidos, está en un 45%, mientras el rechazo ha subido a 54%". Es decir en Israel aman a Donald Trump mucho más que en América.
Y tan aguda es la hostilidad del sector pro Republicano de la judería estadounidense hacia el sector pro Demócrata, que incluso un grupo de rabinos derechistas están negando que la Sinagoga del Árbol de la Vida, de Pittsburgh, fuera realmente una sinagoga.
Para ellos, sería solamente un "Centro Social Judío".
Por cierto, la respuesta de los familiares de las víctimas fue: "Pregunten Uds. a los que fueron víctimas en Pittsburgh si estaban adorando a Dios o simplemente haciendo vida social".
Y el editor de la revista Forward, Batya Ungar-Sargon, emitó un tweeter diciendo: "Si hace una semana alguien me hubiera dicho que judíos derechistas iban a trolearme en las redes sociales después de un ataque terrorista contra mi comunidad..., yo simplemente no lo habría creído".
La nueva correlación de fuerzas en el aparato político del Estado, sin duda alguna comenzará a hacerse sentir desde ya, aunque la nueva mayoría en la Cámara entrará en vigor el próximo año.
Desde ya, los Republicanos han comenzado a negociar con algunos Demócratas moderados, la designación de Presidente de la Cámara y presidentes de los más importantes comités. Esto, previendo que en el sector más "centrista" del partido Demócrata, ya saben que su relación con los más izquierdistas recién llegados va a ser difícil y posiblemente destructiva.
Para la nueva izquierda de los Demócratas, el tema de la destitución del Presidente Donald Trump ha vuelto a ser dominante.
De hecho, ya varios dirigentes han denunciado que Trump destituyó al Fiscal General Jeff Sessions, reemplazándolo por Matthew Whitaker, con el propósito de paralizar y poner término a la investigación encabezada por el fiscal Robert Mueller sobre una supuesta intervención de agentes rusos en la elección presidencial de 2016. La investigación se ha prolongado ya por casi por dos años sin lograr conclusiones fehacientes y se da por supuesto que ya el Gobierno está impaciente por ponerle término.
El jueves pasado el abogado Andrew Miller, miembro del grupo de asesores jurídicos de la presidencia, presentó una consulta a la Corte de Apelaciones del Distrito Federal de Washington, sobre si la investigación y el mismo nombramiento de Mueller como fiscal investigador, son legalmente válidos.
El argumento se basa en que el nombramiento de Mueller y la orden de investigar fueron acciones del Vice Fiscal General Interino Rod Rosenstein. Según los abogados apelantes, Rosenstein no tenía autoridad legal para nombrar a Mueller.
La Ministro de la Corte, Karen Henderson, ya se reunió con los abogados de ambas partes y dio a entender que espera recibir también escritos con argumentos jurídicos tanto de Republicanos como Demócratas.
Y, por tratarse de una materia de seguridad nacional, que implica un posible fallo a través de Gran Jurado, se intentará alcanzar una respuesta antes de fin de mes.
Y, por supuesto, el jurista y periodista John Nichols, del periódico The Nation, ya anunció que si Donald Trump y el nuevo Fiscal General Whitaker, intentan paralizara o anular la investigación de Mueller, se configurará un caso de Delito Político causal de destitución del Presidente.
Además, Nichols señala que el ya destituido fiscal Sessions en realidad le solicitó a Trump que lo cesara del cargo, a fin de no verse involucrado en el intento de declarar ilegal la investigación.
Queda así perfilado un turbulento paisaje por el recalentamiento del clima político de Estados Unidos. Para los Republicanos, la elección del 6 de noviembre fue una fuerte llamada a la disciplina partidista y a la lealtad con el Presidente Trump.
Junto con ello, se propone una renovación de los vínculos con las bases sociales conservadoras que permitieron mantenerse en el control del Senado. Unas bases que podrían ser tan potentes como lo fueron durante el fenómeno del Tea Party para enfrentar a Clinton y darle la victoria a George Bush.
Para los Demócratas, esta victoria en la Cámara Baja es extremadamente peligrosa, pues trae consigo un fortalecimiento intenso del sector más izquierdista, que intentará tomar el mando del aparato burocrático del Partido, imponiendo programas "demasiado socialistas".
Ante eso, la posibilidad de un quiebre del Partido es una catastrófica calamidad.
En tanto, Donald Trump aceptó fríamente las ternezas del presidente francés Emanuel Macron, que lo llamó "querido amigo", apoyándole la mano en la rodilla.
Eso, después de que Trump calificara de "insultante" el llamado de Macron, transmitido en directo por radio y televisión, en que llamó a crear un verdadero ejército europeo, poderoso, capaz de enfrentar las amenazas que pudieran venir de Rusia, de China o de Estados Unidos.
Después, el presidente Trump reiteró su llamado a que Europa, claro, pueda desarrollar sus fuerzas armadas, siempre que pague las deudas que tiene la OTAN, con Estados Unidos, y que compre mucho, mucho material de guerra a la industria estadounidense.
Después de eso, se puso a llover, debido a lo cual anunció Trump que no estará presente en los actos de conmemoración del fin de la Primera Guerra Mundial, en el cementerio de los héroes, de Compiegne, Francia, donde se juntan los jefes de gobierno de Gran Bretaña, Francia y Alemania.
Ante la ausencia de Trump, el nieto del legendario primer ministro británico Winston Churchill, declaró ante la prensa que el Presidente Donald Trump es un personaje "patético".
Así, pues, está claro que lo que se acerca es oscuro. Pero que en esa oscuridad la política está abriendo más y más espacio para las mujeres. De hecho, ya se dice que hasta las más derechistas de las mujeres se dan cuenta de que vamos rumbo a una guerra en que se perdería todo lo que una mujer puede amar: Familia, Casa, Paisaje, Amistad, Respeto Humano.
¡Hasta la próxima, gente amiga! Cuídense, es necesario. El peligro está en el caos. En la oscuridad.
*Imagen: Alexandria Ocasio-Cortez en campaña elecciones de medio mandato 2018