AUDIO | Crónica de Ruperto Concha: Frenar la historia

Por Ruperto Concha / resumen.cl

Un enjambre de 13 drones volando a baja altura a más de 300 kilómetros por hora, penetró durante la noche al espacio de las bases militares rusas de Hmeimim y Tartus, en el norte de Siria. Pese a su vuelo rasante, los aparatos fueron detectados a tiempo e interceptados antes de provocar daños.

7 de los drones fueron destruidos en el aire y los otros 6 fueron alcanzados por las defensas electrónicas rusas que lograron tomar el control de ellos y los forzaron a aterrizar.

El análisis de esos aparatos capturados reveló que, si bien el fuselaje y los motores eran convencionales y posibles de comprar en el mercado negro, en cambio los sofisticados sistemas electrónicos de navegación furtiva, sus avanzadas defensas contra la interferencia electrónica, su conexión a los satélites estadounidenses, sus sistemas de puntería y su armamento, indican que en realidad se trató de artefactos cuyo equipamiento podría costar alrededor de un millón y medio de dólares cada uno, similar al costo de un misil Tomahawk de Estados Unidos.

O sea, se trató de un intento terrorista que, sólo en sus drones, tuvo un costo del orden de los 20 millones de dólares. Se estima que el costo operacional del atentado sería del orden de los 90 millones de dólares. O sea, mucho más que lo que costó el atentado del 11 de setiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono de Washington. ¿Quién se puso con ese capital? ¿Quién efectuó los contactos con el mercado negro y financió las operaciones de contrabando, acondicionamiento tecnológico y entrenamiento de los operadores?

Las bombas que llevaban los drones eran sofisticados artefactos con un núcleo explosivo de 400 gramos de un compuesto potentísimo de nitrógeno cuaternario, con una periferia de esferas metálicas recubiertas también de explosivo incendiario, que actuarían como una mortífera metralla. Ese explosivo sólo se produce en centros que abastecen a las fuerzas armadas de Estados Unidos, a sus aliados de la OTAN, a Rusia y a China. Es decir, los terroristas tenían acceso a los arsenales de las grandes potencias.

Y, desde luego, las instrucciones de vuelo de aquellos drones fueron dadas con extraordinaria precisión, utilizando datos que por su exactitud sólo podían provenir de aparatos de espionaje electrónico instalado en la zona. De hecho, se estableció que el comando de aquel ataque había estado en la zona de Idlib, controlada por rebeldes árabes del grupo Al Nusra, y por fuerzas kurdas, todas con apoyo de Estados Unidos y Arabia Saudita.

Estados Unidos negó tener participación alguna, y Rusia señaló que no tiene sospechas sobre Washington, al menos esta vez. ¿De quién se sospecha, entonces?

A diferencia de Estados Unidos, Rusia se abstiene de lanzar acusaciones que no pueda probar y demostrar. Sin embargo, sus analistas tienen claro el mapa estratégico de quienes son los que intentan revertir, aunque sea en parte, la victoria de Siria sobre la red de alianzas que pretendían destruir esa república.

Una victoria de Siria en Siria, cuyo efecto principal fue crear una poderosa alianza encabezada por Rusia, China e Irán, a la que se integraron las repúblicas árabes de Irak y el Líbano.

Según informa el periódico estadounidense Foreign Policy, a la aniquilación del califato terrorista del Daesh Islámico siguen ahora los intentos más bien desesperados de las potencias que se habían jugado en destruir a Siria y que ahora se ven obligadas a aparecer como partícipes en unas negociaciones de paz que en realidad quisieran hacer fracasar.

Estados Unidos tiene claro que Rusia será el protagonista clave para establecer el futuro de la República de Siria. De hecho, también las Naciones Unidas están considerando la posibilidad de participar en las negociaciones de paz propuestas por Rusia, que se materializarán en la cumbre en la ciudad de Sochi, junto al Mar Negro, ahora, en enero.

Esto es particularmente significativo, ya que Estados Unidos está empeñado en centrar las negociaciones de paz única y exclusivamente en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza. Sin embargo, esas tales negociaciones de paz en Ginebra llevan ya cinco años en un estancamiento total, sin producir ni el menor fruto.

El pasado 24 de diciembre, vísperas de Navidad, el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Abdel al Jubeir, envió un descarnado mensaje a los jefes de las facciones rebeldes que siguen operando en Siria, anunciándoles que la monarquía saudí no seguirá proporcionándoles apoyo financiero y militar para derrocar al gobierno del presidente Bashir Assad.

El canciller saudita les aconsejó a los rebeldes parar la acción militar y concentrar sus capacidades en negociar con el régimen de Assad, en la cumbre de Sochi, siguiendo el plan propuesto en Astana, Kazakstán, por los gobiernos de Rusia, Irán y Turquía, aprobado por el presidente Bashir Assad y también aprobado por el enviado especial de las Naciones Unidas, Stefan de Mistura.

Gracias a ese plan ya se ha logrado la pacificación total en el 80% del territorio sirio, y participan en él, además del gobierno, más de 80 agrupaciones rebeldes que se acogieron a las zonas de seguridad, llevando consigo a sus familias.

Sin embargo, el nuevo giro autoritario impuesto por el príncipe heredero de Arabia Saudita, llevó ahora a rechazar por completo la participación en la cumbre de Sochi, convocada por Rusia, a realizarse a partir de la próxima semana.

Las representaciones en Ginebra apoyadas por Arabia Saudita ya comenzaron por bloquear los acuerdos que se habían logrado anteriormente y que eran apoyados por el embajador Stefan de Mistura. Ante ello, los demás representantes, incluyendo a los del gobierno sirio, se retiraron de la sede, dejando una vez más congeladas las negociaciones.

En tanto, intervenciones semi-secretas, incluyendo las conversaciones sin testigos que tuvieron el presidente de Turquía, Tadyip Erdogan, con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, han dado paso a conclusiones extraoficiales que apuntan a toda una operación que estaría destinada a impedir que se alcance un acuerdo de paz, al menos por ahora, y, paralelamente, a proponer el desmembramiento territorial de la República de Siria, creando un paisito diminuto, similar a lo que fue la creación de Kosovo, cuando arrebataron ese territorio a Serbia.

Este paisito, supuestamente independiente, estaría ocupado principalmente por los habitantes étnicamente turcomanos, afines a Turquía y fieros rivales de los kurdos de la misma zona.

¿Se fija Ud?… Se desplegó ahora una trama de intereses contradictorios y de ambiciones crecidas sobre la pérdida de influencia de Estados Unidos en la región.

De hecho, en Estados Unidos mismo, ya se admite que la Cumbre de Sochi será determinante. Que sus conclusiones tendrán finalmente que ser aceptadas por las Naciones Unidas en Ginebra y que las fantasías de descuartizar a Siria jamás llegarán a materializarse.

Pero, mientras tanto, en la zona de Idblib, al norte de Siria, Turquía está interviniendo contra el avance, tanto del gobierno sirio como en contra del avance de las fuerzas kurdas apoyadas por Estados Unidos.

¿Qué podrá resultar de eso?… ¿Qué carrera desbocada están lanzando las estrategias de esos mini-líderes del Oriente Medio, que tienen en sus resbaladizas manos el poder sobre Turquía y sobre Arabia Saudita?

En tanto, ya la China confirmó oficialmente que ha elaborado un inmenso programa de inversiones en infraestructura y capitalización de empresas productivas, para la reconstrucción de Siria una vez que se alcance un acuerdo de paz.

En tanto, Israel está encarando un clima de creciente hostilidad no sólo en el Medio Oriente sino también en Europa e incluso en Estados Unidos. De hecho, el viernes el Consejo Municipal de Nueva Orleans adoptó una resolución para bloquear relaciones comerciales con Israel, aduciendo que la comunidad de Nueva Orleans exige que sus socios comerciales respeten los valores básicos de la gente. Es decir, Nueva Orleans plantea derechamente un boicot comercial contra Israel.

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, está iniciando una pomposa visita de estado a la India, que durará cuatro días, acompañado de una corte de 136 empresarios israelíes, con el propósito de lograr acuerdos y contratos industriales y militares con el gobierno del primer ministro hindú Narendra Modi, bajo la noción implícita pero calladita, de formar una alianza contra China y contra Rusia.

Eo, en circunstancias de que la India y Rusia han mantenido hasta ahora durante muchas décadas, una potente cooperación militar, industrial y comercial. ¿Estará dispuesto el gobierno de Modi, a cambiar la alianza con Rusia por otra alianza con Israel?

Y eso, en momentos en que el propio gobierno de Netanyahu está encarando gravísimas acusaciones de corrupción, agravadas por las declaraciones que hizo su propio hijo, Yair Netanyahu, estando borracho en una fiesta, en que confesó la manipulación de decenas de millones de dólares, por parte de Netanyahu, en favor de algunos socios privilegiados.

Las palabras del joven Netanyahu fueron grabadas y dadas a conocer por radio y televisión, e incluía que el joven Netanyahu, que ya tiene 26 años, señalara con orgullo que se había dado el lujo de pagarle cien euros a una prostituta.

O sea, en estos momentos la atmósfera política en Israel es de incertidumbre y su gobierno aparece improvisando decisiones estratégicas cada vez menos convincentes, mientras que, en Estados Unidos, ahora sí está cobrando fuerza la tesis de impugnar el gobierno de Washington y procurar la destitución del presidente Trump, quien, de acuerdo al procedimiento, sería reemplazado por el vicepresidente Michel Pence, el cual, con toda seguridad, se propone mantener la misma línea de gobierno que ha seguido Donald Trump.

En tanto, en Corea, también hay una incertidumbre total respecto de cualquiera posible solución a la crisis con amenaza de guerra entre las dos Coreas. En realidad, las conversaciones entre los presidentes Kim Jong-Un, de Corea del Norte, y Moon Jae In, de Corea del Sur, ya han producido el restablecimiento de intercambios concretos, en términos comerciales e industriales, además del restablecimiento de comunicaciones en asuntos militares.

Está claro que el mandatario surcoreano se negará con todas sus fuerzas a cualquiera iniciativa apuntada a iniciar una guerra contra Corea del Norte. Y a la vez, Kim Jong-Un ha asegurado que jamás iniciará una guerra contra Corea del Sur y que sólo hará uso de su arsenal atómico en caso de que se ataque a Corea del Norte.

Por ahora, la única propuesta que se ha insinuado para resolver la crisis de casi guerra mundial en Corea, es la formación de un grupo negociador similar al que se formó para terminar con las sanciones contra Irán. En este caso, participarían China, Rusia, Japón y Estados Unidos, más Corea del Sur, quienes podrían negociar un acuerdo a fin de controlar la actividad atómica de Corea del Norte.

O bien, sencillamente, las potencias tendrían que aceptar que la crisis no tiene solución y Corea del Norte seguiría con su arsenal atómico, aunque bajo la advertencia de que cualquier intento de hacer uso de ese arsenal acarrearía una respuesta letal ya no sólo de Estados Unidos, sino de todas las potencias vecinas.

También en nuestra América Latina la aceleración histórica está cobrando caracteres de mucho peligro. En Honduras se agudiza el derramamiento de sangre en las protestas por el impresentable espectáculo de la elección presidencial, que no pudo ser aprobada por la OEA por sus escandalosas irregularidades. El viernes, la brutal represión contra las protestas incluyó agresión directa contra el ex presidente Manuel Zelaya y contra el candidato presidencial opositor, Salvador Nasralla.

Hasta ahora únicamente Estados Unidos ha reconocido oficialmente el resultado electoral que, inconstitucionalmente, supuestamente llevó a la reelección de Juan Orlando Hernández. Recordemos que en el golpe militar que derrocó al presidente Zelaya en junio de 2009, las fuerzas militares actuaron con apoyo de Estados Unidos y, de hecho, el derrocado presidente Manuel Zelaya fue enviado fuera del país en un avión de la base militar de Estados Unidos en Honduras.

En Guatemala, por su parte, un importante diputado de gobierno fue detenido el viernes por complicidad en el asesinato de dos periodistas, en marzo de2015.

En Venezuela, un diputado de la Asamblea Constituyente fue asesinado a balazos por un sicario de la oposición. Es el tercer asesinato perpetrado contra autoridades de gobierno por elementos de la oposición.

Igualmente, el jueves se produjo una bien planeada invasión de individuos armados contra un predio agrícola destinado a cría de vacas finas, vacas lecheras finas. Los atacantes, diciendo que "actuaban por hambre", dieron muerte a 300 vacas finas antes de darse a la fuga.

Finalmente, también en Venezuela, las Fuerzas Armadas denunciaron persistentes intentos de agentes estadounidenses y de la oposición venezolana, para instigar sublevaciones castrenses.

En declaración oficial, el Ejército Venezolano advirtió que se responderá con dureza máxima, incluso con las armas si fuese necesario, a cualquier intento sedicioso.

Por cierto, los hechos que se están produciendo en Venezuela en estos momentos hacen necesario un reportaje en profundidad.

El proceso que estamos viendo pareciera una aceleración histórica que supera los planes estratégicos de los grandes protagonistas mundiales. Como mencionamos antes, la semana pasada, en realidad ya nadie tiene el control de los acontecimientos, sus crisis y sus desenlaces.

Es como si la humanidad entera, como la manada universal de la animalidad humana, estuviese sumida en los pujos de un parto doloroso, más allá de nuestra racionalidad.

Un parto evolutivo, en que el Hijo del Hombre ya no se parecerá del todo a sus progenitores.

¡Hasta la próxima, gente amiga! Hay que cuidarse, hay peligro y no nos sobra nadie.

 

*Imagen: © Sputnik/ Sergey Pyatakov

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