Ausencia del Estado: Voces desde la isla Mocha reclaman por salud, conectividad, educación y agua potable

En Lebu

La situación de abandono en la isla Mocha no da para más. Desde la comunidad dicen sentirse atrasados en relación al resto de la región, en cuanto al acceso a educación, salud sexual y reproductiva, agua potable, internet, entre muchos otros aspectos. Por otra parte, eventos como el fallecimiento del joven pescador Alvaro Vielma por falta de oportuno traslado al continente, pone de manifiesto la crisis de conectividad que padece la isla, habitada por más de 600 mochanos y mochanas.

Por Juan Contreras Jara 

Las problemáticas que arrastra Isla Mocha son insostenibles, declara Hugo Guzmán Sáez, presidente de la JJVV del sector norte. Acusa que en sus 40 años en la isla, siempre han estado abandonados por el Estado. Crístian Poza, profesor de la escuela mochana, afirma que la educación es precaria, interrumpiéndose el acceso a este derecho por falta de luz, internet, agua potable e infraestructura. Por su parte, la secretaria del centro de padres de dicha escuela, Estefania Ortiz, apunta a la ausencia de salud sexual y reproductiva de niñas y mujeres de la isla y cómo, factores ligados a la conectividad, les afectan.

En conversación con estas tres voces mochanas, la palabra que se repite es abandono. No solo del municipio o de las autoridades regionales, sino del Estado en su conjunto. Esta insostenible situación se ha traducido en la muerte de pobladores por falta de transporte o que la comunidad haya tenido que acostumbrarse a no consumir agua potable, porque el programa de acceso rural que se les provee desde el MOP es paupérrimo.

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Desde el municipio de Lebu -Municipalidad de la que depende administrativamente Isla Mocha-, estiman razonable el sentimiento de abandono que emana desde el territorio insular. Llaman a las demás autoridades a ser más claras con la población: «Uno tiene que ser claro con los habitantes de isla, entendiendo todas las dificultades que hay para invertir y los plazos, para ellos, son impensables», comenta el alcalde Cristian Peña, con tres periodos en el cuerpo.

Si bien el edil anunció mejoras en educación, con la construcción de una nueva escuela, las y los habitantes de isla Mocha reclaman por soluciones a corto plazo, poniendo énfasis en que las graves problemáticas se arrastran hace décadas.

La comunidad mochana acusa abandono del Estado: Conectividad y acceso al agua

A inicios de marzo, tras la muerte del pescador mochano Alvaro Vielma, de 27 años de edad, la crisis de conectividad que padece la isla volvió a sacudir a la comunidad. Solo después de este evento, se concretó una reunión entre la JJVV, el delegado presidencial provincial, el alcalde y la capitanía de puerto, para darle forma a un protocolo de acción.

En este sentido, el presidente de la JJVV norte, Hugo Guzmán Sáez, expresó que «el abandono del Estado con la isla ha ocurrido siempre. Yo llevo viviendo acá 40 años y tenemos muy mala conectividad, tenemos malo todo y siempre hay una excusa para solucionar los problemas».

En la línea de la conectividad, el dirigente vecinal apunta, por ejemplo, a que, «hay un avión subvencionado acá, que no ha volado, desde el 16 de diciembre, nos tienen en abandono con eso». Si bien la barcaza estaría funcionando, Guzmán explica que, «el año pasado vino un par de veces y se suponía que el contrato era por el año».

Cabe destacar que para la comunidad mochana, no contar con la avioneta subvencionada implica tener que pagar pasajes que bordean los 40 mil pesos cuando la barcaza no puede salir o no da abasto para la demanda. 

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Pero no es solo la conectividad. El problema del acceso al agua en isla Mocha es otra profunda falencia, explican desde la JJVV. Recalcan que, «no es potable» y que «nosotros estamos acostumbrados, pero la gente que viene de afuera, los profesores, ellos tienen que comprar agua». Al sur de la isla, acota Guzmán, la gente mantiene captación propia, porque «el Estado tampoco ha metido la mano ahí, para hacer una buena captación».

Agrega que, «hemos tenido problemas fecales con el agua hace algunos años atrás y todo el mundo se hace el loco. El año pasado se tomaron muestras y dijeron que estaba en mal estado, pero no estaba tan mala como está este año».

 

Acceso a Salud

Sumado al drama en conectividad y acceso al agua, la isla vive serias falencias en torno a la salud y la atención que se le pueda brindar a determinadas emergencias. Expresan que la posta funciona solo de lunes a viernes hasta las 17:00 horas, «y si te enfermas fuera de ese horario, mejor que vayas cotizando el cajón», acotó Hugo Guzmán.

Quien también se refirió a la atención en la isla fue la pobladora Estefanía Ortiz, secretaria de la dirección de apoderados de la escuela, que recalcó que «la isla vive un abandono de parte de las autoridades».

«Hay tres técnicos en enfermería y durante los fines de semana o festivos, se atiende por teléfono con la persona que esté de turno. Aquí solo se pueden administrar algunos medicamentos y llaman al médico de turno del Cesfam en Lebu para pedir indicaciones y si no se puede tratar aquí, se tiene que ir a tratar afuera. Ahí es cuando todo falla, porque no hay disponibilidad para mandar a buscar a un paciente. A veces, un dolor de estómago de tres días, se transforma en una apendicitis. Todos los años tenemos casos de hipotermia por accidentes en el mar y no hay ninguna sala para tratar a esos pacientes», explica Ortiz. 

Salud sexual y reproductiva

Otro tema abordado dentro del ítem de la salud fue la precariedad del acceso a atención ginecológica, controles a embarazadas, y salud sexual y reproductiva en general.

Por ejemplo, la pobladora relata que «aquí viene una matrona dentro de lo posible, una vez al mes, pero hay meses en los que ha saltado la visita. Aquí se toma el PAP, exámenes preventivos de sangre, pero te derivan para ecografías, mamografías y temas más profundos».

Aquí es donde aparece otro gran coletazo de la crisis de conectividad que padece la comunidad mochana. «Si llevo esperando un año por una hora de mamografía y quizás mañana me la dan, voy a tener que decir que no puedo tomarla, porque no tengo avioneta y la voy a perder. Esto ocurre mucho, la mala conectividad hace que falle la salud».

Debido a la falta de una matrona, quienes estén embarazadas deben trasladarse a Lebu según su condición médica lo requiera. «Si es un embarazo normal, lo más probable es que cuando tenga unos 8 meses la saquen para que tenga su parto en el continente, pero si es un embarazo de mayor seguimiento, te tienes que quedar afuera o viajar con más regularidad», afirma Estafania Ortiz.

Desde la comunidad mochana declaran que existe un desmedro de su salud sexual y reproductiva, asegurando que, «falta mucho, no solo en el área de diagnósticos, de tener acceso a más exámenes, sino también de educar, hacer educación a la mujer. Aquí la mujer sufre mucho, vive mucha violencia, está muy atrás en comparación al continente, está muy definido el rol, la crianza, estamos por debajo y educar es primordial. En octavo básico, los niños salen a hacer su enseñanza media y las niñas muchas veces no la terminan y prefieren ponerse a trabajar, porque ven la salida al continente como un escape «. 

Falencias en el acceso a la educación

El derecho a la educación es otro punto a considerar en la vida de los y las mochanas, no solo deteniéndonos en problemas infraestructurales, sino que derechamente sanitarios.

Los niños mochanos deben convivir con ratones en su establecimiento, afirma el docente Crístian Poza, además de apuntar que no cuentan con agua potable. 

«La educación acá en la isla la definiría como algo muy precario. La vulnerabilidad en su máxima expresión», acotó el profesor de educación general básica.

En cuanto a temas como el acceso al agua, el docente cuenta que, «los niños están acostumbrados a las bacterias del agua, pero nosotros, los profesores que venimos de afuera, tomamos agua y nos enfermamos». Comenta que en el invierno, la calidad del agua es aún peor, llegando hasta la escuela con barro: «El estanque tiene una especie de filtro de piscina, pero no influye en nada».

La escuela en la Isla Mocha data de inicios de la década del 60 y más allá de una ampliación realizada a mediados de los 90s, el establecimiento no ha recibido mayor inversión. Los problemas de infraestructura son constantes y debido a la deficiente planificación, situaciones como la vuelta a clases se vieron reprogramadas porque los trabajos de reparación iniciaron junto a ésta y no en enero, como se anunció desde el municipio.

«Faltan recursos, falta infraestructura y faltan planes de estudio», acota Poza. El profesor relata que este año se les informó de una reducción de tres docentes, lo que, según sus palabras, solo profundizará los problemas de calidad y sobrecarga de labores.

La falta de recursos se puede graficar en la falta de internet, situación que este año recién estaría siendo regulada, pero no gracias al ministerio de Educación, sino «que una empresa externa que estaba haciendo unos trabajos y nos donó una antena y así nos podemos colgar a la que está en Carabineros».

Los cortes de luz también han imposibilitado el acceso a la educación de los casi 60 niños y niñas que se educan en la Isla Mocha, debiendo suspender clases reiteradamente o bien, tenerlas, pero sin calefacción.

Sobre el tema educacional, el alcalde Cristian Peña aseguró que la escuela es un tema principal, anunciando que «recibimos la recomendación social del proyecto de la escuela de Isla Mocha».

Según Peña, la inversión superaría los 7 mil millones de pesos y contemplaría la construcción de un nuevo establecimiento. «Los habitantes de Isla Mocha tenían que mandar a sus niños al continente, porque la escuela no reúne las condiciones, eso viene a resolverse con este proyecto» acotó.

Pese a este anuncio, desde la JJVV norte de la Isla Mocha afirman que «tienen que llamar a una licitación, luego que se adjudique y eso va a durar por lo menos un año, o sea, como en dos años o más, tendríamos recién una nueva escuela». En esta línea, lo que recalca Hugo Guzmán es que, «necesitamos urgente la reparación de lo que tenemos, esa es la verdad, para que no tengamos goteras el colegio, para tener mejor calefacción para los niños, etc».

Los mochanos y mochanas reclaman por dignidad. Expresan que el nivel de abandono por parte el Estado da continuas muestras y algunas de ellas recaen en aspectos tan sensibles como no contar con agua potable o con una escuela apta, en su infraestructura, para albergar  a sus casi 60 estudiantes. 

Por ello, el dirigente vecinal enfatizó en que «el llamado a las autoridades es a que se preocupen del estado de abandono en el que nos tienen. Sabemos que muchas soluciones son a mediano y largo plazo, pero nos deben tomar en cuenta, por nuestra dignidad, por el agua, la salud y la educación de los niños».

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