Autocultivo de Cannabis, un derecho consagrado en Chile

Por Equipo Triagrama, Investigadores en Desarrollo Esencial Humano.

La Corte Suprema de Chile, acogiendo el llamado de ciudadanos que no se arrodillaron frente al Status Quo, frente a los hábitos de funcionamiento instalados desde lecturas incompletas de la realidad -como lo estaba siendo la incorrecta aplicación de la ley 20.000 frente al cultivo personal de cannabis-  restituyó el Estado de Derecho, el 4 de junio de 2015, cuando absolvió a Paulina González Céspedes, miembro del Equipo Triagrama, en principio condenada por autocultivo de cannabis por el Tribunal Oral de San Bernardo.

Con este fallo, se estableció que cultivar Cannabis, en el ámbito privado, para uso personal y exclusivo, es decir sin afán de traficar o distribuir a terceros, no es delito, es un derecho ejercido en el espacio de libertad y autonomía consagrado para cada habitante de este país, y por tanto no requiere de ninguna autorización. Esto sin modificar la ley actual, simplemente respetando su espíritu original, de controlar el narcotráfico, no de restringir libertades consagradas en el derecho vigente.

El fallo también aclara que la especificación "uso personal y exclusivo" no necesariamente tiene el carácter de individual. Si un grupo de personas deciden libremente agruparse para cultivar para su consumo exclusivo, también cabe en esta categoría, tal como quedó descrito en la sentencia, lo hace el Equipo Profesional de Triagrama.

Así tal cual, sin delimitar cantidades arbitrarias que restringen el ejercicio de un derecho y degradan la jerarquía de la justicia.

Se reconoció además a través de este fallo del máximo tribunal chileno, la legitimidad del uso ritual de la Cannabis, con fines de desarrollo espiritual.

Quienes realizamos esta práctica, en sus diferentes manifestaciones y formas, por ejemplo el Movimiento Rastafari, practicantes de meditación en estados de expansión consciente, y muchas  otras personas, grupos u organizaciones, hemos sido entonces, reconocidos en nuestros derechos fundamentales y nos sentimos en este momento protegidos y respetados por el Poder Judicial.

Seguimos muy alertas a las señales que desde los poderes Legislativo y Ejecutivo emanen luego de este resultado ya cristalizado.

Esta reivindicación ciudadana, también ha tenido interesantes resultados en el Poder Legislativo.

Durante el 2014, los Diputados Robles y Mirósevic sintónicos con este llamado, dispusieron a sus asesores legislativos, los abogados Ríos y Ramos, al trabajo de redactar, junto a representantes de la ciudadanía, una modificación a la ley 20.000 que respetase el derecho esencial de cultivadores de cannabis y otras plantas y fungis para uso espiritual, recreativo y medicinal, y ofreciese además condiciones adecuadas para garantizar y regular el creciente uso medicinal terapéutico de la cannabis y sus extractos. Este proyecto al ser presentado fue también suscrito por otros 8 diputados, de la nueva mayoría.

Paralelamente la Diputada Karla Rubilar, y con la firma y respaldo de los Diputados Brownne, Godoy y Walker, acogiendo también como argumento central el respeto a la Libertad esencial de las personas, y corrigiendo la vulneración de la mala interpretación de los artículos 8° y 9°, propuso modificar la ley 20.000 simplemente derogando dichos artículos y así despenalizar el autocultivo de cannabis.

Ambos proyectos, en tanto sintónicos, se fundieron y discutieron en la Comisión de Salud de la Cámara Baja.

Desde el Senado, mismo año, la entonces Presidenta, Senadora Isabel Allende Bussi, ingresó a la Comisión de Constitición un proyecto de ley para, en palabras de la Senadora,  "respetar los derechos fundamentales, en especial la libertad de conciencia, la libertad individual y la inviolabilidad del hogar", de personas que cultiven cannabis para uso personal, terapéutico o espiritual. Proyecto que fue suscrito también por los Senadores Letelier, Rossi, Montes y De Urresti, que aún no se discute en dicha comisión.

Sin embargo, este logro ciudadano en el Poder Legislativo, durante la discusión, en la Comisión de Salud de la Cámara, de los proyectos fusionados, se vio boicoteada por las "viejas prácticas" y los mal llamados "cálculos políticos" cuando, bajo el liderazgo de la Diputada Karol Cariola y su equipo asesor, se pervirtió el espíritu original de los proyectos, reinstalando el prohibicionismo, matizado con buenas intenciones, pero finalmente perpetuando la falsa ilusión de que el Estado pueda inmiscuirse en el espacio ya conquistado de libertad y derecho de los ciudadanos.

El proyecto que salió aprobado desde la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y aprobado en general pero con indicaciones por la sala en pleno. Lo ya aprobado, no da cuenta de la realidad, no constituye un avance, por el contrario, un retroceso, cuando solapadamente pretende cristalizar, y profundizar el prohibicionismo y las prácticas de acuerdos políticos, desconectados de los avances ciudadanos. No constituye aporte alguno al proceso de transformación del paradigma que como sociedad merecemos y trabajamos para su instalación definitiva.

Sería un gran error, dejar pasar la oportunidad de recuperar el rumbo y dar un golpe de timón, de osadía parlamentaria, asumir el error y hacer lo que sea necesario, por disruptivo y fuera de libreto que parezca, para detener radicalmente  y sin concesiones "pseudo-evolutivas", esta intromisión del viejo paradigma.

Señales así de radicales recién permitirían ir recuperando la confianza en el Poder Político,  en que es genuino su interés de avanzar hacia mejor para todos, y todas.

Si por el contrario, los parlamentarios deciden perseverar en la dirección que se instaló a través de la Diputada Cariola o el gobierno, será una clara muestra de ceguera crónica frente al cambio que ya está sucediendo en frente suyo y no contará con el apoyo de quienes venimos trabajando para garantizar la altura y coherencia en los ajustes que se realicen, con miras a recuperar verdaderamente el trato respetuoso y digno a la ciudadanía.

Desde el ejecutivo, hasta ahora, las señales han sido francamente penosas e irritantes.

Muestra de ello el hecho que, habiendo el Instituto de Salud Pública, durante la administración anterior, reconocido el uso medicinal de la Cannabis, ingresándola al arsenal terapéutico y de facto retirándola de la lista 1, y habiendo quedado esa comprensión instalada y avanzada en sus trámites oficiales en el SENDA, aún no se ha concretado dicho trámite, con nefastas consecuencias para personas, habitantes de estas tierras, que hoy por ejemplo se encuentran cumpliendo en prisión condenas que se verían reducidas de inmediato al oficializar el retiro de la cannabis de la lista 1.

Otra señal del obscuro y perdido proceder del ejecutivo, es el reciente nombramiento como director de SENDA del Dr. Mariano Montenegro, uno de los profesionales que, desde una mirada desconfiada e ignorante del potencial humano y su capacidad de administrar sus libertades, promueve, justifica y defiende el prohibicionismo en políticas de drogas, desconociendo el grave daño que ya está demostrado ha generado esta manera de aproximarse a comprender la realidad. Peor aún, según ha trascendido, el gobierno pretende ingresar indicaciones para prohibir el autocultivo y regular el expendio medicinal, soslayando de este modo todos los avances en restituir derechos vulnerados. Ciegos del profundo proceso de emancipación ciuadadana al modelo, hacen el ridículo y se siguen distanciando del verdadero sentir de las personas. ¡Una ley de autocultivo, que prohibe el autocultivo! ¡por favor!

La avalancha de manifestaciones del despertar ciudadano que avanza empoderada en el ejercicio de sus derechos y libertades consagradas, seguirá manifestándose. Ese es el escenario en que nos encontramos.

Sinceramente gracias a todos los diferentes protagonistas, que desde sus correspondientes lugares y especificidades han dando vida a este gran avance, hito histórico, que sin duda sube la vara para lo que ha de venir.

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