Autocultivo de Cannabis: ¿Y si no estoy en un tratamiento médico como me defiendo?...

Por Triagrama, Investigadores en Desarrollo Esencial Humano.

La Ley 20.000 vigente habla de uso o consumo «personal, exclusivo y próximo en el tiempo» o de un «tratamiento médico», como una justificación válida, un «elemento negativo del tipo penal», que quiere decir que estando presente esta justificación, tu conducta ya no puede ser considerada delito ni falta. Si estás en tratamiento médico, ya sabes (receta, exámenes, etc.).
Si lo tuyo no es un tratamiento médico, sino un uso personal, que puede ser social, recreativo, creativo, sacramental, por ejemplo, o medicinal de un modo doméstico y cotidiano, sin mediar un «tratamiento médico» [como cuando la usas para relajarte, para bajar un dolor de cabeza, para aliviar el dolor menstrual, etc. etc., una conducta legítima que no requiere médico ni receta, simplemente es tu elección particular de cura y de salud, y cae en esta categoría de uso o consumo personal], entonces tienes que exponer esta verdad de tu situación ante la Policía, en caso que estén dispuestos a escucharte en el evento que seas «sorprendido», lo que no garantiza que no te lleven detenido, incauten tus plantas y se desarrolle el procedimiento de todas maneras, pero ya habrás dado un paso de transparencia y consistencia que sumará a tu favor y al de todos los cultivadores y usuarios personales de cannabis. Esta verdad es la que tienes que seguir planteando con franqueza y dignidad durante todo el proceso penal.
Ciertamente la situación es de riesgo, corremos el peligro de ser vulnerados, por eso muchos y por mucho tiempo hemos trabajado y lo seguimos haciendo, para que esta violencia termine y se restituya el respeto. Perfeccionar la ley es un objetivo, pero como vez, el problema no está del todo en la Ley sino en el prejuicio y la inercia instalada, bajo la forma de instrucciones mal concebidas para el proceder de las Policías, los Fiscales e incluso para los Defensores Públicos, y bajo la forma de creencias erradas que se dan por ciertas entre los propios usuarios y cultivadores, y que decir del resto de la sociedad. Este problema de fondo no puede ser cambiado por Ley, esto se supera con un giro evolutivo al que aporta enormemente que los Ciudadanos transparenten, normalicen, aún a riesgo de pasar por estas vejaciones e injusticias que tanto sufrimiento y daño generan no solo a los directamente involucrados sino a toda la Comunidad.
Por supuesto que un ajuste legislativo sería de gran ayuda, pero no el ajuste que se está configurando actualmente en la Cámara de Diputados, ya que con o sin las Indicaciones del Ejecutivo, la ley que se está tramitando simplemente no resuelve el problema de la vulneración, discriminación y criminalización a la que estamos expuestos al desconocerse nuestra condición de Ciudadanos con Soberanía Personal y Derechos Fundamentales, por el contrario, profundiza esta descalificación esencial y propone que nos achiquemos para calzar con una arbitraria cuota que refleja la pobre comprensión que aún tienen respecto de la realidad del uso personal del cannabis, con los distintos fines que este puede tener, incluyendo el uso medicinal, porque lo medicinal no tiene que ver necesariamente con un «tratamiento médico» lo medicinal tiene que ver con un sutil, delicado y muy personal equilibrio espíritu-materia…
Si no estás en un tratamiento medico (con un médico obviamente), sino que haces uso personal del cannabis, para justificarlo simplemente tienes que trasparentar tu situación, mostrar quien eres y que haces con tu marihuana, cannabis, ganja o como la llames, y por supuesto informarte MUY BIEN sobre cómo llevar tu defensa penal como inocente, como una persona en Derecho, un ciudadano ejerciendo un Derecho sin causar daño a terceros, sin poner en riesgo la Salud Pública, sin traficar (que es el comercio ilegal y todas las actividades relacionadas), ya sea que te defiendas a través de un defensor público o de un abogado privado.
Vale la pena saber o recordar desde donde surgió esta defensa, porque no obstante los argumentos están hace rato en el Derecho y en la Ley vigente (no solo en la Ley 20.000 sino en el conjunto del ordenamiento jurídico), no nos habían servido de nada hasta que no se alinearon y fueron puestos en evidencia, gracias al caso del Dr. Milton Flores (dos veces condenado, cuya causa fue denunciada a la Comisión Interamericana de DDHH) y luego el de Paulina González (condenada pero finalmente absuelta por la Corte Suprema), lo que permitió poner en movimiento una visión y una fuerza que hoy nos da la razón y nos protege, y aunque todavía tengamos que defendernos ante la Justicia por la torpeza de las Policías y el Ministerio Público, el Derecho está de nuestra parte y el proceder de los Tribunales se vuelve cada vez más consistente.
La Dignidad nos acompaña y el cambio Evolutivo está en marcha… Si llega a tocarte pasar por esta dura prueba ante la Justicia, cuenta con que estarás bien apoyado y acompañado si quieres defenderte.
Bendiciones!
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