El Senado mexicano recibió, después de 70 días de indiferencia, a los padres de los normalistas de Ayotzinapa. No los recibió porque les haya entrado el virus de la solidaridad. Lo hicieron porque son esos padres y ya no los congresistas quienes representan a la nación mexicana.
Es más, los congresistas se han quedado sin siquiera el derecho a hablar: "No vamos a escucharlos, tampoco vamos a votar por ustedes hasta que veamos resultados" les dijo Mario Contreras González, uno de los padres. Y planteó cinco exigencias que marcan el nivel de la crisis:
La presentación con vida de los normalistas,
La desaparición de poderes en Guerrero,
La cancelación de las elecciones del próximo año en la entidad
Que la Procuraduría General de la República (PGR) abra nuevas líneas de investigación que incluyan al Ejército y al ex gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Que se ratifique de inmediato la competencia del Comité sobre Desapariciones Forzadas de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que pueda intervenir en el caso Iguala.
La primera exigencia es obvia. Mientras no aparezcan con vida los normalistas la crisis va a continuar. El problema es que también va a extenderse si aparecen y declaran haber estado secuestrados en un cuartel como sostiene Edgar Sánchez en el portal rebelión.org Recuerda que "en Iguala hay, a unos metros de donde fueron atacados los estudiantes por parte de la policía municipal, un cuartel militar con más de 600 elementos del ejército". Y, por cierto, no va a cesar si aparecen muertos.
Las exigencias siguientes equivalen a un "que se vayan todos". Si el Ejército es investigado fácilmente tendrá que ser conducido a una reorganización. Si desaparecen los poderes ¿quién administra el Estado? La única respuesta posible es que la soberanía regresa al pueblo. Si se suspenden las elecciones ocurre lo mismo. Los partidos del Estado mexicano (PAN, PRD, PRI) no pueden seguir gobernando. Como el propio Sánchez ha propuesto es necesario convocar una Asamblea Constituyente. Porque el pueblo en las calles es una asamblea destituyente de hecho.
El sentido destituyente de la protesta también quedo claro en el encuentro en el Senado que duró menos de una hora porque los congresistas se quedaron con sus discursos guardados. Los padres, hermanos y amigos de los 43 desaparecidos manifestaron la rabia, el dolor y la impotencia que sienten por la suerte de los estudiantes de Ayotzinapa, e insistieron en que el Senado, como parte del Estado mexicano, también es responsable de ese crimen de "lesa humanidad".
El artículo de Sánchez se encuentra en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=192115
Foto: FronteraD