En la edición de este sábado del Diario de Concepción se destaca en su seción de Economía y Negocios el seminario 5 Conversaciones para Chile realizado en la Universidad del Desarrollo, en el cual Marcos Kremerman de la Fundación Sol señaló a los oyentes un dato desconocido para la opinión pública local: La región del Bío Bío tiene la mayor tasa de trabajadores tercerizados del país; un 29.1%. Lo sectores forestales y agricultura concentran los mayores porcentajes.

Cabe mencionar un par de cosas que no se mencionan en el citado cuerpo.

Trabajadores tercerizados significa subcontratación, o externalización del trabajo, lo que conlleva una serie de pérdida de beneficios laborales para el trabajador que la mayor parte de las veces hacen las mismas labores que un trabajador de planta. Entre los derechos y beneficios que se pierden están el poder optar a salarios mas altos, a contratos en mejores condiciones, a mayores beneficios y prestaciones sociales, mejores jubilaciones, a mejores jornadas laborales, etc. Y lo que es más importante, a negociar directamente con los empleadores, lo que a través de este sistema se distorciona pues promueve que la gran empresa mandante se desvincule de los derechos de los trabajadores y traspase sus obligaciones con ellos a la contratista prestadora de servicios. A través de esta jugada se debilita el poder negociador de los trabajadores reduciendolo a una empresa, sin posibilidad de poner freno a la producción de la mandante.

La subcontratación es una realidad impuesta en Dictadura, pero como ya nos estamos acostumbrando a escuchar, también promulgada a través de una ley por la Concertación. Ley que ha dado un marco juridiccional para el abuso de las empresas mandantes y contratistas con los trabajadores. Y que se ha conjugado con el modelo de la gran empresa que se desliga de obligaciones con los trabajadores, haciendo funcionar muchas veces empresas contratistas como palos blancos -esto es, haciendose pasar como contratistas pero siendo parte de la mandante pero con otro RUT- o sencillamente abusando de los contratistas y los trabajadores como en caso de las empresas que construyeron el Mall del Centro de Concepción.

Kremerman señala la subcontratación como parte de la irrupción de las políticas neoliberales en el mundo laboral. Cabe recordar que el plan laboral impulsado por José Piñera, vino a coronar la pretensión neoliberal de aumentar las utilidades de las grandes empresas sin traba alguna, lo que significo por supuesto, un golpe a las organizaciones sindicales y gremiales, muchas de ellas ilegalizadas, perseguidas, destruidas y desaparecidas por el terror dictatorial.

Los datos que conllevan a conjeturar esta realidad son los entregados por el economista en el Seminario: El 50% de los asalariados chilenos gana menos de 251.620, la brecha entre el 5% más rico y el 5% más pobre a aumentado de 129 veces en 1990 a 257 en 2011.
La propuesta de la Fundación Sol para una reforma laboral en Chile guarda relación con el derecho a negociar colectivamente.

La tercerización del trabajo forma parte de las consecuencias del proceso de Desustitución de importaciones impulsado por la Derecha y la Concertación. Que lideremos a nivel nacional la tasa de tercerización, que nuestras comunas estén en los podios de las cifras de desempleo, que la industria local se haya caído a pedazos son parte de las heridas de una de las regiones mas golpeadas por el terror neoliberal.

Lo que se logró fundamentalmente a través de la debilitación del poder negociador de los trabajadores, golpeando sus organizaciones, la negociación colectiva y el derecho a huelga.