Bolivia busca desarrollar industria de baterías de litio a gran escala

[resumen.cl] El pasado sábado 4 de agosto, Bolivia alcanzó un acuerdo con la firma alemana ACI Systems GmbH para producir en suelo boliviano hasta 400.000 baterías de litio por año. El desarrollo de la industria del litio en Bolivia, así como de otros recursos minerales y energéticos, ha servido para disminuir la brecha de la desigualdad económica, aún cuando se mantienen e incluso podrían aumentar, los impactos ambientales y la degradación de los ecosistemas en el vecino país.

La producción tendría como mercado principalmente la propia Alemania, según informó la televisión pública alemana.
La noticia, también difundida en medios altiplánicos, apunta a revertir el tradicional papel de exportadores de materias primas en bruto que tienen los países latinoamericanos, característica que ha determinado el subdesarrollo de sus economías desde la época colonial.

La decisión del gobierno boliviano de elegir como socia estratégica a la firma alemana, habría sido tomada luego de recibir al menos 8 propuestas de empresas europeas y asiáticas. El Estado boliviano tiene el monopolio de toda la cadena productiva del litio en su país, a través de la empresa pública Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), la cual por ley "es responsable de realizar las actividades de toda la cadena productiva: prospección, exploración, explotación, beneficio o concentración, instalación, implementación, puesta en marcha, operación y administración de recursos evaporíticos, complejos de química inorgánica, industrialización y comercialización".

 

Planta de cloruro de potasio en el Salar de Uyuni. Fuente: la-razon.com

 

Desde su llegada al gobierno, Evo Morales ha puesto como condición fundamental en el desarrollo de contratos con firmas extranjeras, que este mineral solo saldría del país con la mayor cantidad de capital y fuerza de trabajo agregada, cuestión que se ha venido cumpliendo en el paulatino desarrollo de una industria ligada a este sector en la nación altiplánica.

Desarrollo de la industria del litio en Bolivia

Desde el año 2009 Bolivia ha avanzado en la industrialización de la minería del litio. En 2013 se produjeron las primeras ventas de 250 toneladas de Cloruro de Potasio "Made in Bolivia". En 2014 se inició la construcción de una fábrica piloto de baterías de litio junto con la empresa China Lin Yi Dake. En julio del año 2015 Bolivia firmó contratos con la empresa China Camc Engineering Bolivia Branch, para la puesta en marcha de la Planta Industrial de sales de Potasio en el Salar de Uyuni con capacidad de producción de 300.000 toneladas año.

 

Planta de Cloruro de Potasio en el Salar de Uyuni. Fuente: comunicacion.gob.bo

 

El 2016, comenzaron las firmas de contratos con empresas europeas. La primera de ellas la alemana K-Utec firmó contratos para la construcción de la Planta Industrial de Carbonato de Litio. Ese mismo año se iniciaron las exportaciones a China de 9,3 toneladas de este producto en grado industrial.

Durante el 2017 Bolivia montó en conjunto con la firma francesa Greentech la Planta Piloto de Materiales Catódicos en el complejo industrial de La Palca-Potosí.

 

Del extractivismo al neoextractivismo: un cambio significativo en la economía boliviana

El extractivismo es un modo de acumulación basado principalmente en actividades de extracción de recursos naturales, especialmente minería y combustibles fósiles, principalmente para mercados internacionales. Este concepto se ha utilizado para definir la organización de la economía de los países que presentan una fuerte dependencia de extracción intensiva y en grandes volúmenes de recursos naturales con bajo valor de procesamiento y que están destinados principalmente para su exportación.

 

Mina de Chuquicamata en Chile. Foto: Wikimedia Commons

 

 

El extractivismo tiene una larga historia en América Latina. Durante la época colonial, en el siglo XIX, XX y actualmente, la extracción de minerales proporciona a la región grandes inversiones extranjeras mientras se mantiene la pobreza en la población local y los impactos ambientales de estas operaciones extractivas degradan el ambiente. Hoy, el termino extractivismo no solamente se refiere a las explotaciones mineras sino a cualquier sector económico (agroindustria, pesca, acuicultura, industria forestal) que se dedican a la extracción de recursos a gran escala y bajo nivel de procesamiento con pocos beneficios para las comunidades locales

El neoextractivismo es un concepto frecuentemente aplicado a las políticas económicas de gobiernos asociados con el ala progresista en América Latina al principio del siglo XXI. Para 2009, al menos dos tercios de los latinoamericanos vivían bajo gobiernos de izquierda, sin embargo hoy ese ciclo ha decaído fuertemente. El prefijo «neo» alude al hecho con el que gobiernos llamados progresistas también desarrollan el extractivismo, pero en contraste con sus predecesores, justifican la necesidad de generar una renta suficiente para apoyar métodos de reducción de la pobreza y otros programas de justicia social.

 

Extracción de litio en Bolivia. Foto: chilemineria.cl

 

En Bolivia, el rol del Estado en este tipo de inversiones tomó una forma diferente con los gobiernos progresistas de los 2000, cuyas políticas clave fueron potenciar proyectos sociales a través del impulso de los sectores extractivos. Hasta hace no muchos años, la economía boliviana era la más pobre de Sudamérica. Pero en la última década Bolivia registró el mayor crecimiento económico en toda América Latina, con sobre el 5% anual en promedio, logrando sortear la crisis por el precio de las materias primas iniciada el 2014.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Bolivia, desde 2006 la pobreza del país disminuyó del 59,9% a 36,4%, alcanzando su nivel histórico más bajo. El reporte publicado en abril de este año señala que en zonas rurales, la pobreza disminuyó 1,8 puntos porcentuales entre 2016 y 2017. Mientras tanto, en zonas urbanas, la pobreza disminuyó 2,4 puntos porcentuales en el mismo periodo. Se espera que la tendencia de decrecimiento continúe.

 

 

Gráfico. Incidencia de pobreza, según área. 2006 - 2017 Fuente: Instituto Nacional de Estadística, periodo 2006-2017.

 

Estos porcentajes de población en situación de pobreza son más altos que los de Chile donde, según datos del gobierno, la pobreza está en un 11,7 %, aunque fuentes independientes como la Fundación Sol la elevan hasta el 25 %. Pero además Bolivia, que era uno de los países de mayor desigualdad económica de la región, hoy se presenta como término medio en materia de desigualdad, mostrando considerables avances.

A finales de 2017, un informe del Banco Mundial señaló que Bolivia era uno de los países con mayores logros en el ámbito de la reducción de la brecha salarial entre quienes ganan más y quienes ganan menos, según informó La Razón. Según el coeficiente Gini Laboral, en 2003 la brecha salarial era de 0,53 y en 10 años alcanzó 0,44 puntos. Cabe recordar que el coeficiente de Gini es una cifra entre 0 y 1, donde cero corresponde a una total igualdad y 1 corresponde a una total desigualdad.

En 2017 la economía de Bolivia creció 4,3 %, mientras que Chile lo hacía solo un 1,6 %, según fuentes del Banco Mundial. Análisis indican que las bases del pronunciado crecimiento económico de Bolivia están dadas, en primer término, por la renegociación de contratos con empresas extranjeras que extraían principalmente petróleo y gas natural desde suelo boliviano. Desde las medidas aplicadas por el gobierno de Evo Morales, se aumentó considerablemente el nivel de contribuciones que éstas debían pagar. Sin embargo, ninguna de estas empresas optó por retirarse de Bolivia y del negocio, donde antes tenían condiciones tan favorables como las que tienen las empresas mineras en Chile, que prácticamente no pagan impuestos. Las transnacionales prefirieron compartir las utilidades, antes de que se estatizara la industria y perder todo el negocio.

 

Fotografía satelital del sistema estadounidense Landsat del Salar de Uyuni, la principal reserva de litio del planeta. Fuente: Wikimedia Commons.

 

Estos ingresos, durante la pasada década de auge del precio de la materias primas, permitieron a Bolivia, no solo hacer crecer su economía, desarrollar políticas sociales, sino además aumentar considerablemente los ahorros del país los cuales pasaron de apenas 700 millones de dólares el 2005 a más de 20.000 millones de dólares en la actualidad, lo que le sirve de colchón en caso de ocurrir alguna crisis mayor.

Impactos ambientales de la megaminería del litio: ¿el precio de una transición hacia una economía baja en carbono?

El consumo y contaminación de cursos de agua superficiales y subterráneos, irrupción de caminos e infraestructuras en ecosistemas prístinos del altiplano andino, son algunos de los impactos ambientales asociados a la minería del litio.
Un estudio publicado en 2017 señala que que es en la etapa de fabricación de las baterías donde ocurren los principales impactos ambientales. El estudio señala que las baterías de iones de litio (Li-ion) generan más impactos significativamente que las unidades de baterías estacionarias de polímero (LMP) en las variables de calentamiento global e influencia sobre la capa de ozono. Debido a que la producción de componentes para baterías se realiza en base a una industria de combustibles fósiles, las emisiones asociadas provienen principalmente de estas actividades de manufactura. Mientras tanto, la producción de baterías de iones de litio, es un fuerte contribuyente al agotamiento del ozono estratosférico y fuente de emisiones invernadero. Por otra parte, las baterías LMP actúan con un mayor impacto en ecosistemas de agua dulce por relaves sulfhídricos desde las actividades mineras.

 

 

Explotación del litio en Jujuy, Argentina. Fuente: elfederal.com.ar

 

Un estudio publicado en 2017 consideró que este modelo de desarrollo boliviano, al optar por la extracción de reservas minerales remotas, es necesaria para la transición económica global basada en combustibles fósiles a una economía baja en carbono. Esto debido a que el litio es importante para el almacenamiento de energía, especialmente de la creciente industria de vehículos eléctricos.

Chile y el despilfarro de recursos minerales en pos de la inversión transnacional.

Chile, como el resto de América Latina, ha podido sostener su economía colonial y luego capitalista en la extracción de bienes comunes de una forma acelerada. Con el despilfarro de recursos naturales para el enriquecimiento de grandes grupos económicos como característica. Desde el salitre, pasando por el cobre y hoy nuevamente se repite la historia con el cobre y el litio, entregado a Julio Ponce Lerou, ex yerno del dictador Augusto Pinochet, el cual a través de lo que en Chile se denomina "financiación irregular" de la política, mantiene el control sobre este estratégico recurso, el cual es exportado en bruto al igual que pasa con el cobre.

 

Instalaciones de SQM para la explotación del Salar del Cármen en la región de Atacama. Fuente: asiquim.com

 

Según el Servicio Geológico estadounidense (USGS) Bolivia, Argentina y Chile concentran un 60 % de las reservas mundiales de litio, las cuales se estiman en 40 millones de toneladas y el 85 % de ellas realmente explotables. De hecho Chile seria el país con la principal reserva del mundo (además de mayores ventajas comparativas para la explotación) con 9,5 millones de toneladas, seguido de Bolivia con 9 millones de toneladas y Argentina con algo más de 6 millones de toneladas. Con este nivel de concentración. las tres naciones podrían fijar a su arbitrio el nivel de explotación y del precio internacional del producto, pues son muchos menos países con mayor control en porcentaje que la OPEP en el petróleo; sin embargo, en Chile y Argentina el negocio está totalmente entregado a privados y extranjeros.

En Chile el litio es extraído actualmente por dos empresas que hasta ahora tenían la exclusividad del mercado: Sociedad Química y Minera de Chile (SQM), de capitales nacionales, y Sociedad Chilena del Litio, en manos de la estadounidense Rockwood.

En este escenario, el denominado "milagro económico boliviano", a diferencia de los vaivenes de la economía chilena, podría tener bases más sólidas para continuar proyectándose con los años.

 

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