El resultado de las últimas elecciones presidenciales y legislativas es catastrófico para el campo popular, el progresismo y la izquierda boliviana, en el poder desde hace dos décadas: un candidato de ultraderecha y otro de centro-derecha pasan a la segunda vuelta por la Presidencia y obtienen mayoría en ambas cámaras.
Por Joaquín Pérez
La oposición vuelve al poder en Bolivia y esta vez sin necesidad de un golpe de Estado, masacres y violaciones a los derechos humanos; lo hace por la vía electoral, luego del desgaste del ciclo progresista e indígena, encabezado primero por Evo Morales Ayma y continuado por Luis Arce Catacora, el cual vivió en sus últimos años de gestión una crisis de combustibles y escasez de dólares, además del público ataque de expresidente Evo Morales y sus seguidores.
Tras el golpe de Estado que impuso a Jeanine Áñez, en noviembre del 2019, el gobierno de Evo Morales y Álvaro García Linera fue derrocado y ambos líderes salieron al exilio gracias a la solidaridad del gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, el golpe dado por la derecha no tenía peso social, la credibilidad del gobierno del MAS era altísima, el país había alcanzado cifras record de crecimiento económico y disminución de la pobreza.
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En los 13 años de gobierno de Evo Morales, con Luis Arce como ministro de Economía y Finanzas Públicas Bolivia redujo la extrema pobreza del 38% al 15%, dejando de ser el país más pobre de Sudamérica.
Junto con el crecimiento económico, las políticas redistributivas apuntaban a la disminución de la desigualdad social, el coeficiente de Gini pasó de 0.60 a 0.47, siendo clasificada Bolivia en el Informe Mundial de Desarrollo Humano de 2018 como un país de "desarrollo alto".
En esos años el PIB en Bolivia pasó de $9.549 (2006) a $40.288 (2018). Y el PIB per capita aumentó de $1.011 a $3.548. Mientras que el desempleo bajó de 8,1% a 4,2% y el salario mínimo de 60 dólares a 310.
Si bien Morales y García Linera huyeron, en el país quedo una resistencia contra los golpistas liderada por un antiguo líder indigenista, no adscrito al MAS: Felipe Quispe "el Malku" y otros dirigentes sociales, sindicales y políticos, como el masista Luis Arce Catacora.
Derrotados los golpistas, con Morales y García Linera en el exilio, Luis Arce en compañía de David Choquehuanca (antiguo canciller del gobierno de Evo Morales) triunfan en las elecciones presidenciales con más del 55% de los votos en primera vuelta.
Sin embargo Evo Morales, retornó del exilio y esperaba que Arce le entregara en mando, nombrar y manejar el gabinete ministerial, lo que no ocurrió.
A partir de ese momento comienza una disputa interna en el MAS entre Arce y Morales, cuestión que se acentuaría tras el intento de golpe de Estado contra el gobierno de Luis Arce de junio del 2024, donde Evo se hizo parte de un discurso para deslegitimar al Gobierno y en respaldo a las Fuerzas Armadas.
A fines de 2023 las encuestas daban al gobierno de Luis Arce índices de aprobación superiores al 50%. Habían logrado en los primeros años de gestión juzgar y encarcelar a Áñez, Luis Fernando Camacho, Marco Pumari y los golpistas de 2019; detener el desastre provocado por la pandemia del Covid-19 durante Áñez, consiguiendo vacunas y bajando las tasas de mortalidad que había superado el 7% a menos del 1%.
Los primeros años del gobierno de Luis Arce las cifras de crecimiento económico fueron récord: 6,11% en 2021, 3,61% en 2022 y 3,08% el 2023. Aquel año Bolivia tuvo tasas de desempleo del 4%, las más bajas de Sudamérica.
El año 2024, los estragos de diversos hechos climáticos, la explotación de gas en Argentina (Vaca Muerta) como un competidor duro, un contexto exterior desfavorable, pero por sobre todo el boicot y sabotaje a la economía impulsado por la derecha, a la cual también se sumaron los sectores de Evo Morales, con continuos cortes de carreteras comenzaron a impactar la economía. Aun así ese año el crecimiento igual positivo 1,31%.
No obstante, el 2025, la alianza transversal de la derecha y los sectores de Evo Morales por derrocar el gobierno se multiplicaron, los bloqueos de carreteras, incluidas las internacionales que abastecen el país, comenzaron a generar un serio problema de escasez de combustibles, se produjeron filas frente a las estaciones de servicios, a la par que comenzaba a escasear el dólar, generando todo un tema especulativo en la económica nacional que repercutían en la inflación, el desabastecimiento y el surgimiento del mercado negro de mercancías a sobreprecios.
El actuar político de Evo Morales, resulta bastante particular, acusado por la Justicia por estupro así como trata y tráfico de personas, escondido en la zona cocalera del Chapare, tras no presentarse en tribunales, levanta tras el quiebre del MAS un partido que lleva su propio nombre "Evo Pueblo" cuyo programa se llama "Evo líder de los humildes", durante su gobierno levantó estatuas suyas, intentando levantar un culto a su personalidad. Desde esa trinchera levantó la guerra al gobierno de Arce, que terminó con la destrucción del MAS y con el desgaste del gobierno.
Bolivia estaba en el centro de la disputa geopolítica internacional, especialmente por su riqueza en litio y otros minerales. Pero la inestabilidad política alimentada desde Estados Unidos y sus gobiernos títeres en la región Perú, Chile, Argentina y Paraguay la aislaron.
Fue todo un logro que Luis Arce lograra terminar su mandato y superar las intentonas golpistas. Hoy la derecha y el imperialismo contaron con un aliado en Evo Morales, pero eso no garantiza para nada que el campo popular no pueda a futuro recomponerse, sacudirse de viejos liderazgos personalistas y volver a proponerse como alternativa de gobierno.
Hoy la oposición ha arrasado en las elecciones, podrá hacer cambios políticos de todo tipo, incluido los constituciones, pero aún existe un movimiento popular que no está dispuesto a dejar perder sus conquistas, no todo son elecciones en política y la historia de Bolivia así lo ha demostrado.