La región del Biobío ha sido centro de la noticia durante la última semana en el país debido a cortes de ruta por parte de grupos de camioneros y la huelga de trabajadores subcontratistas de ENAP.
Port una parte los empresarios camioneros mantuvieron un paro durante días, provocando el bloqueo de diversos puntos del centro sur del país, generando caos y desabastecimiento, pero no fueron reprimidos pese a las inconducentes declaraciones de la ministra del Interior, Izkia Siches.
Por otro lado, trabajadores subcontratistas de ENAP fueron violentamente reprimidos, pese a que su movilización no ha impedido el abastecimiento de combustible, como se ha intentado hacer creer.
Si bien es cierto se generó pánico en el Biobío por la existencia de combustible, durante el viernes 6 de mayo, esto fue desmentido por un comunicado emitido por la gerencia de ENAP, la verdadera responsable de la histeria que dejó sin combustible a parte de la población.
Los privilegios que le concede el gobierno de Boric al gremio y empresariado camionero, no se condicen con la forma en que reprime a los trabajadores subcontratistas, grupo históricamente vulnerado por su pésimas condiciones laborales y salariales, en una relación contractual precaria elaborada por la dictadura y que fue tremendamente aplicada a las empresas del Estado durante los gobiernos de la Concertación.
La respuesta diferenciada que ha hecho el Gobierno ante estos dos grupos pone una señal de alerta, en donde nuevamente el Ejecutivo soba las espaldas de grupos bajo el alero del gran empresariado, mientras reprime a quienes se movilizan por legítimas demandas sociales.
Resumen.