Por Juan Contreras Jara
Precariedad laboral y una paupérrima asistencia médica fueron los factores que, según su familia, desencadenaron el lamentable descenso del buzo Héctor Lagos Peñailillo el pasado miércoles 10 de febrero en el hospital de Puerto Aysén. El trabajador llevaba apenas siete días trabajando para Passub, la que tiene como empresa mandante a AquaChile.
La tragedia habría ocurrido luego que el hombre de 42 años sufriera una descompensación que terminó por generarle el Síndrome de descompresión, conocido como "mal de presión", el lunes 9 de febrero. Dicha afectación se produce por la acumulación de burbujas de nitrógeno en el cuerpo, al momento de modificarse dicho gas diluido en los tejidos corporales por factores como la profundidad, el tiempo y la velocidad de ascenso a la superficie.
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Lagos se desempeñaba en el centro de cultivo Aysén 2 siendo contratado por la empresa Passub, la que no dio cuenta al Samu de lo ocurrido, no prestó primeros auxilios, ni tampoco trasladó en una lancha rápida al trabajador hasta el hospital de Pto. Aysén, donde llegó después de siete horas de sufrir la descompensación y por cuenta propia.
Su familia expresa estar desesperada y aseguran que desde de Passub nadie se ha hecho responsable de su muerte, acusando total abandono.
René Osses, sobrino de Héctor Lagos indicó que su tío era un hombre de mar experimentado y que su deceso sólo se debió al abandono de Passub que no lo asistió a tiempo y a las precarias condiciones laborales en sus faenas. Acusan que la empresa no maneja ningún protocolo frente a estas situaciones.
Precariedad laboral con resultado de muerte
Pese a que Héctor Lagos informó a su supervisor sobre su estado de salud y solicitó que lo esperara una ambulancia, al llegar a "tierra nadie lo estaba esperando, él por sus medios pidió a una camioneta que lo llevara", acusó René. Es decir, sumado a que no le prestaron primeros auxilios mar adentro, la empresa Passub habría hecho oídos sordos a la solicitud del buzo y lo abandonó a su suerte pese a presentar evidentes síntomas de mal de presión.
Desde la familia explicaron con angustia que "él llegó al hospital gracias a una persona de buen corazón, totalmente anexa a la empresa, que lo vio mal y lo llevó enseguida". Pese a que el trabajador pudo haberse demorado 50 min en llegar de la orilla en una lancha rápida, éste tardo siete horas en tocar tierra y donde fue dejado a la deriva por su supervisor quien no lo acompañó ni llamó al Samu para socorrerlo.
Sobre este antecedente, su sobrino denunció que "la lancha rápida que fue a buscarlo hizo paradas en otros centros de cultivo antes de irse a puerto. Un compañero de trabajo nos dijo que él (Héctor Lagos) le pedía por favor a su supervisor que se lo llevara, porque sabía de qué se trataba esta situación".
Lagos sufrió el accidente al mediodía. Durante las horas que tardó su traslado hasta la orilla, estando consiente le envió varios mensajes de WhatsApp informándole a su esposa sobre lo ocurrido.
En uno de estos comentó que "la situación en el centro era muy complicada. Había muchas fallas, mangueras rotas, compresores en mal estado, etc.", comentó su sobrino. El familiar hizo hincapié en que Lagos era un excelente trabajador y cumplía con todas las exigencias de seguridad, "su antiguo jefe nos informó que está dispuesto a declarar ante tribunales sobre su correcto desempeño laboral".
La tardía atención medica en el hospital de Puerto Aysén que sólo empeoró la situación de abandono de Passub con su trabajador
Desde la familia relataron que sumado al abandono de la empresa, que no prestó ninguna ayudad a su trabajador, en el hospital de Puerto Aysén no se le habría atendido oportunamente, incluso haciéndolo esperar dos horas pese a su delicado estado de salud.
Hay que destacar que el trabajador pudo llegar al centro médico por su cuenta, pero siete horas más tarde de presentar los síntomas de la descompensación por la falta de protocolos médicos al interior de Passub, evidenciando el riesgo vital que corren los trabajadores de este rubro.
Mediante una publicación en redes sociales, parte de su familia comentó que "no le prestaron la atención necesaria haciéndolo esperar, mi tío estaba consiente, le mandó audios y videos a su familia, luego supuestamente lo ingresaron a la cámara hiperbárica por 3 a 4 horas. Las personas entendidas saben que cuando a un buzo le da el mal de presión, son mínimo 12 horas. Cuando a él lo sacaron de la cámara el doctor se comunicó con la familia diciendo que estaba estable, esto fue aproximadamente a las 3:40 am. Al otro día, a las 08:00am, nos avisan que está en riesgo vital".
Lo anterior describe el contexto de desinformación que sostiene la angustia de su familia, que hasta la fecha no obtiene claridades con respecto a la muerte de su ser querido.
A eso de las 11:00 am de la mañana del miércoles 10 de febrero le comunicaron a su esposa sobre su deceso. "Sus órganos habían reventado por todo el nitrógeno que tenía en su cuerpo. No hicieron nada por él, fue negligencia de la empresa para la que trabajaba y del hospital", relató el documento divulgado en redes sociales.
Su familia en Lirquén aún no ha podido viajar hasta Aysén a corroborar las circunstancias de la muerte del experimentado buzo de 42 años de edad. Afirmaron que Passub no prestó ningún tipo de ayuda a la esposa de Héctor Pañalillo para que pudiese viajar y que en todo momento han entregado información inconclusa y contradictoria.
Lo claro es que la faena de no contaba con los protocolos de emergencia en caso de problemas vitales ligados a la sobrexposición de presión. Por este motivo y según consignó el Tehuelchenoticias el jefe del Dpto. de Acción Sanitaria de la Seremi de Salud ya instruyó una investigación al respecto. Según el medio aisenino, desde la Seremi del Trabajo y Previsión Social también ordenaron un sumario que hasta la fecha permanece en curso.
De todas formas esta información habría llegado a oídos de la familia por medio de la prensa de Aysén, porque ni desde la Seremi de Salud ni de Trabajo se han comunicado aún con ella, quienes exigen justicia por su muerte, la que se reviste de precariedad laboral y desprecio por la vida de un trabajador.
Por otra parte, una vez más quedó al descubierto el abandono de las instituciones para con la comunidad. La falta de fiscalización quedó de manifiesto por lo que la familia del trabajador ya se prepara para tomar acciones legales al respecto. "Éste no es un caso aislado. En el año mueren muchos buzos, es un trabajo arriesgado pero si existieran las medidas adecuadas para realizarlo no habría tantas muertes", lamentó Osses.