[resumen.cl] Hoy 17 de Agosto, cerca de las 13 horas, un grupo de usuarios y trabajadores de la salud se congregaron en la entrada principal del Hospital Higueras de Talcahuano para hacer visible la realidad de millones de personas que están esperando atención o cirugía en el sistema público de salud.
La convocatoria es una iniciativa de la Mesa de Salud Talcahuano y forma parte de la campaña «la Espera nos está matando» que es impulsada por la Agrupación de Usuarios del Hospital San José, Santiago.
Los manifestantes expresaron en un comunicado que las largas esperas, que pueden demorar hasta 6 años vulneran el derecho fundamental a la salud de la población, incluso el derecho a la vida, indicando que 5 chilenos mueren cada día esperando una cirugía. Agregan que la salud se ha convertido en una mercancía, las clínicas privadas, de acuerdo a sus propios datos, solo el año 2015 obtuvieron 55.00 millones de pesos en ganancias, esto gran parte gracias al desvío de dineros públicos para descongestionar el sistema, pudiendo no obstante invertir estos mismo recursos en los dispositivos públicos de salud, hospitales, postas y CESFAM.
En su comunicado, la Mesa por la salud indicó que a Junio del 2016 hay 1.622.537 personas en lista de espera para una Consulta Nueva de Especialidad y 249.241 personas en lista de espera para Intervenciones Quirúrgicas, como consecuencia de esto entre el año 2010 y 2015 fallecieron cerca de 70.000 personas que no obtuvieron resolución tampoco en el sistema privado de salud debido a su alto costo, es decir mueren esperando atención médica o cirugías las personas más pobres del país.
Algunos datos:
• El costo de los medicamentos es desproporcionado y existe un oligopolio de la industria farmacéutica que fija arbitrariamente los precios e, incluso, en ocasiones se ha coludido para aumentarlos injustificadamente.
• El número de hospitales y la disponibilidad de camas hospitalarias es claramente insuficiente y muchos establecimientos muestran precarias condiciones en su infraestructura y, en algunos casos, condiciones indignas de funcionamiento.
• En el sistema público el acceso de la población a la atención médica en consultorios periféricos suele ser en extremo dificultoso y, a veces, dramáticas por trabas burocráticas y deficiencias organizativas. Las personas deben madrugar para eventualmente conseguir un número para ser atendidas horas después; las listas de espera para exámenes de laboratorio, exploraciones instrumentales e intervenciones quirúrgicas son interminables; el acceso a especialistas cuando se requiere es restringido, particularmente en ciudades y poblados pequeños; la disponibilidad de camas de hospitalización y de unidades de cuidados intensivos es insuficiente y el acceso a ambulancias en situaciones de emergencia suele ser tardío.
• Los Servicios de Urgencias se ven atochados por la demanda, se atienden personas en sillas o camillas, carecen de un número suficiente de camas de hospitalización y los médicos y personal de salud se sienten agobiados por la intensidad de la demanda y las condiciones inadecuadas de trabajo.
• La cobertura de la atención odontológica es limitada: la OMS recomienda 1 dentista por 2.000 habitantes; se estima que Chile tiene alrededor de 18.000 odontólogos, 1 x 958 habitantes; de ellos, sólo alrededor de 4.000 trabajan en el sector público de salud.
Esta injusticia se fundamenta en la privatización de los sistemas de salud en Chile, que abrió el espacio para el lucro con nuestra salud, desmejorando el sistema público que debe garantizar el derecho a la salud de todos los chilenos y engordando a los empresarios de la salud, dueños de ISAPRES y clínicas que buscan el lucro.