Campaña pro Colún: Propaganda vs hechos

[resumen.cl] Una extraña campaña realizada por grupos de extrema derecha ha sido viralizada en redes sociales estos últimos días, que aprovecha el descontento de la población con las grandes empresas para promover una irrisoria e injustificada campaña de xenofobia, que mezclando peras con manzanas, ha logrado hacer caer a muchos incautos e incautas.

Estas agrupaciones (Movimiento Social Patriota, Chile Digno) plantean una estrategia liberal muy usada en países del capitalismo central: intentar generar cambios a través del consumo. En este caso, instan a la población a preferir productos Colún debido a una colusión entre las empresas Soprole y Nestlé, que éstas son promotoras de la aceptación en la sociedad de los migrantes (¿?), que Colún es una empresa honesta y que promueve la chilenidad (¿?) y que finalmente es sólo ésta la que vende realmente leche. Tomando estos puntos y haciendo el ejercicio básico de contrastarlos con la realidad, es posible establecer los siguientes puntos aclaratorios:

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1) En cuanto a que pudiese existir una colusión, es un hecho que no podemos descartar, basándonos en la experiencia de nuestro libre mercado, sin embargo, no existe evidencia hasta ahora de que tal acusación sea real. Lo cierto es que si observamos los stands de supermercados o almacenes no notaremos mayores diferencias entre los precios de las mercancías, por tanto si existiese una colusión (nunca descartable en nuestro capitalismo prácticamente sin regulación) Colún sería parte de ella. El único dato posiblemente relacionado a esta teoría es que efectivamente hay una denuncia ante la Fiscalía Nacional Económica (FNE) en 2017 contra las compañías Nestlé, Soprole y Watts por prácticas anticompetitivas. Esta denuncia, específicamente, sostiene que ha habido una sostenida baja en los precios de compra de la materia prima a los productores de leche, de alrededor de un 22% desde 2015 y que aquello no se ha traducido en una reducción de precios hacia consumidores y consumidoras. Esta práctica no es nueva ni exclusiva del mercado de la leche en nuestro país, por el contrario, se encuentra bastante extendida en las cadenas productivas de alimentos, repitiéndose en los productores de arándanos, frutilla, vino, pescado, etc., y por supuesto con el papel Tissue cuyo protagonista principal fue justamente, una empresa chilena, CMPC.

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2) La famosa infografía señala a modo de remate que tanto Soprole como Nestlé "promueven la multiculturalidad progresista" mientras Colún la "chilenidad sureña". Considerando lo irrisorio de ambas afirmaciones, en especial que sólo un santiaguino con desconocimiento del territorio y las identidades locales podría señalar que existe una "identidad sureña", y la inocente idealización de la explotación agro-industrial, la campaña se horroriza porque en un comercial de una de estas marcas se muestran personas afrodescendientes, motivo por el que en primera instancia llamaron a dejar de seguir las redes sociales de esta compañía. Es este punto el que desencadenó la campaña, el odio hacia el extranjero no-europeo desató la indignación de los militantes de extrema derecha que se las arreglaron -lamentablemente de manera exitosa- echando base a información a medias de años anteriores, para difundir de manera solapada ideología de odio. La paranoia que acompaña habitualmente al fascismo, llevó esta idea aún más lejos, llegando a sostener que hubo una conspiración por sacar el comercial de Colún (que idealiza la zona agro-industrial ganadera) de la televisión por rescatar «chilenidad», y así aumentar la aceptación de lo «extranjero». En realidad el comercial fue retirado (y ahora modificado) porque hacía alusión indirecta a marcas de la competencia y éstas reaccionaron.

3) El tercer punto, que hace referencia a las buenas prácticas de Colún como empresa, es algo a lo menos cuestionable: Es una compañía que trabaja mayoritariamente con subcontrato, la forma más extendida de precarización laboral, bajos sueldos y despidos injustificados, por lo que ha enfrentado sucesivas demandas por sus políticas laborales. Por otra parte, ha causado graves daños al medioambiente, como derrames de suero y leche descompuesta al Río Llollehue en La Unión.

4) Finalmente, respecto al producto leche, es efectivo que Colún empaca leche que se ha mantenido en su estado líquido y que las otras marcas venden leche reconstituida, que básicamente es leche sometida a alto calor para que pierdan su agua (proceso similar a la fabricación de leche en polvo), que se realiza para maximizar el transporte y  luego ser  rehidratada en las plantas de empaquetado. ¿Afecta esto las propiedades nutricionales de la mercancía? Es un debate en el que se encuentran inmersos profesionales de la nutrición y al respecto hay un proyecto en el Congreso que pretende regular el etiquetado de lo que se entiende como leche propiamente tal y como productos lácteos.

Pero por otro lado, la acusación de que Colún es la única empresa que utiliza leche fresca es fácilmente desmentible por la información entregada por la misma Federación Nacional de Productores de Leche, que si bien señala que durante la primera mitad del 2018 Colún lideró la compra de leche fresca a productores, sólo compra el 27,7% de la producción de leche fresca chilena, siendo que Nestlé compra el 18,4%, Prolesur un 14,1% y Soprole un 11,8%.

Vivimos en una era de saturación de información en redes sociales, por lo que cada vez resulta más complejo distinguir las noticias verdaderas de las falsas, por tanto la precaución y la corroboración de datos resultan indispensables, en especial si la información proviene de grupos con una agenda tan clara y tan perjudicial como son los grupos de extrema derecha.

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