Más de cien vehículos, incluyendo dos buses repletos de personas, y alrededor de cuatrocientas personas fueron parte del rechazo masivo al Proyecto Octopus. La caravana inició desde el Sector Los Marcos, corazón agrícola de Bulnes, en dirección a la Ciudad de Las Camelias para coronar la jornada con un acto cultural y la Primera Fiesta de las Sopaipillas en el Gimnasio del Liceo Santa Cruz de Larqui.
La asistencia de organizaciones de Penco-Lirquén, Tomé, Talcahuano y Santiago demostró la unidad de la región con respecto al gasoducto y la termoeléctrica, entendiendo que son "dos tentáculos de un mismo problema".
En el acto cultural se aprovechó de denunciar las malas prácticas que está llevando a cabo la consultora de la empresa en la Escuela Los Tilos regalando computadores y prometiendo un colegio completamente nuevo en el afán de comprar la consciencias de las personas (adjuntamos la carta publicada en el Diario La Discusión).
El movimiento ha demostrado un crecimiento exponencial en el tiempo. Esto debido a que ha sabido articularse con problemáticas similares o relacionadas en la región, lo que dilata cada vez más la presentación del Estudio de Impacto Ambiental de la termoeléctrica que estaba previsto para mayo. Si sumamos las malas prácticas realizadas en la Escuela Los Tilos, se da la seguridad de que por Bulnes no  van a aparecer, por lo pronto, públicamente gente de la consultora o de la empresa, lo que demuestra que las comunidades empoderadas son soberanas de decidir en la práctica lo que quieren para su territorio.

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