Invitamos a los convencionales, y en particular a quienes han asumido valientemente la promoción de los derechos humanos, a revisar los ciclos que han fijado, a invitar a quienes fueron víctimas de violaciones a los derechos humanos entre 1990 y 1994 a exponer sus casos ante la Convención y a denunciar con energía que la transición a la democracia, aquella que fue duramente impugnada por el pueblo en las calles a partir de octubre de 2019, también tuvo responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos.
Por CLASE
El 17 de agosto de este año la Comisión de Ética de la Convención Constitucional estableció una definición de negacionismo y aprobó una norma que lo sanciona y prohíbe. El término en cuestión remite a tres periodos de la Historia de Chile: La dictadura (1973-1990), los hechos producidos en el contexto del estallido social, a partir de octubre de 2019 y las violaciones a los derechos humanos a los pueblos originarios. En los próximos días está definición y sus alcances deberá ser discutida en el pleno de la Convención.
De esta manera la Convención da un paso importante en la instalación de la temática de los derechos humanos al interior de los debates constitucionales, lo cual permite presumir que los mismos alcanzaran el reconocimiento y el estatuto constitucional que se merecen.
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No obstante, llama la atención la omisión que la Comisión de Ética ha hecho del período que media entre el 11 de marzo de 1990 y el 11 de marzo de 1994, es decir, durante la administración de Patricio Aylwin Azocar. En este período, como se encuentra acreditado en investigaciones históricas y en documentos de organismos nacionales e internacionales también se violaron sistemáticamente los derechos humanos.[1] Entre las situaciones que se pueden destacar se encuentran las siguientes:
Cabe señalar que, en esa misma época, el gobierno de Chile investigó las violaciones a los derechos humanos cometidas en dictadura y publicó un Informe al respecto.[2] Pero a contrapelo de lo que cabía esperar no desplegó ninguna iniciativa tendiente a procesar a quienes habían violado sistemáticamente los derechos humanos. De esta manera, la administración de Patricio Aylwin Azocar, bajo la espuria consigna de "justicia en la medida de lo posible", se hizo cómplice de los delitos cometidos por los agentes del Estado en la etapa anterior.
En mérito a estos antecedentes invitamos a los convencionales, y en particular a quienes han asumido valientemente la promoción de los derechos humanos, a revisar los ciclos que han fijado, a invitar a quienes fueron víctimas de violaciones a los derechos humanos entre 1990 y 1994 a exponer sus casos ante la Convención y a denunciar con energía que la transición a la democracia, aquella que fue duramente impugnada por el pueblo en las calles a partir de octubre de 2019, también tuvo responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos.
CENTRO DE ESTUDIOS HIST"RICOS DE LA IZQUIERDA Y DE LA CLASE TRABAJADORA (CLASE)
Dra. Viviana Bravo Vargas
Dra. Ivette Lozoya López
Dr. Igor Goicovic Donoso
Dr. Claudio Pérez Silva
Dr. Robinson Silva Hidalgo
Dr. José Ignacio Ponce López
Referencias
[1] Rosas Aravena, Pedro, Rosas, Pedro, Rebeldía, subversión y prisión política. Crimen y castigo en la transición chilena, 1990-2004, Santiago de Chile: LOM Ediciones, 2004 y "Jóvenes, rebeldes y armados. Una mirada a la identidad y la memoria militante durante la transición chilena, 1990-2004", Revista Izquierdas, 2: 3 (2009). Goicovic Donoso, Igor, "De la refundación dictatorial a la transición democrática. Chile, 1973-1994", Historia Actual Online, 52: 2 (2020) y "Proceso de transición y violencia política en Chile (1988-1994)", en Molinero, Carmé e Ysas, Peré (eds.), Transiciones. Estudios sobre Europa del sur y América Latina, Madrid: Ediciones La Catarata, 2019.
[2] Rettig, Raúl (coord.), Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, Ministerio del Interior: Santiago de Chile, 1991.