Sr. Director

Esta semana se conocieron los resultados de la «Evaluación de Competencias de la Población Adulta 2023» tomada a Chile por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), donde nuestro país reprobó en diversos indicadores. Entre estos, las personas entre 16 y 65 años obtuvieron en comprensión de lectura apenas 218 puntos, quedando por debajo del promedio de la OCDE y en el último lugar de la lista.

Los desafíos en esta línea son diversos. En simple, no entendemos lo que leemos, lo cual puede tener diversos motivos: calidad de la educación, interés, tiempo para dedicarnos a la lectura, paciencia, constancia y cuestionarnos nuestras fuentes de información son algunos de los puntos que darían para profundizar en una nutritiva discusión. Sin embargo, esta situación era predecible, solo que ahora tenemos un indicador que lo acredita.

El impacto de este fenómeno es gravísimo en un escenario de abierta difusión de noticias falsas, manipulación de la información por parte de sectores conservadores y una constante desmovilización, pese a mantenerse las exigencias arrastradas desde hace décadas, donde la clase política presenta voladeros de luces como falsas soluciones para afrontar este escenario, que no son ni monitoreados ni ampliamente cuestionados por la población.

Esto constituye un gran desafío: ¿Cómo poder fortalecer la comprensión lectora? Más allá del hecho en sí mismo, aquello conlleva importantes habilidades que son importantes de potenciar no solo en los 12 años de escolaridad, sino que establecer políticas públicas que acompañen dicho fortalecimiento durante toda la vida de las personas, en tiempos donde cada vez se lee menos, pese a la diversidad de corrientes y autoras/es que ha acumulado nuestra historia -y seguirá haciendo-. En este sentido ¿Cómo se ha afrontado este desafío en la llamada «era digital»?

El propio Antonio Skármeta, premio nacional de Literatura y conductor del reconocido programa «El show de los libros», el cual duró una década, fue tajante al momento de plantear en 2014 que «es el tiempo de otra generación» al consultársele por la eventual realización de dicho programa producido por TVN. Pero pareciera ser que Chile ha optado por dejar el show de los libros completamente de lado, y no tomar la posta planteada por Skármeta.

Pues bien, aún estamos a tiempo.

Por Alejandro Guillén